*Narra Dakota*
Entro a mi habitación llorando y hablando por teléfono con mi tia.
*conversación telefónica *
-Tía, por favor tengo que volver. Lo estoy pasando fatal, te juro que he cambiado. De verdad.-digo entre sollozos.
-No, la última vez que me dijiste eso fue por qué te deje en la calle por haberme robado 60€ para comprarte un patinete. Así que NO.-dice indignada.
-Joder eres una pedazo de imbecil, si a ti te hubieran hecho lo que a mí ya verías como le suplicarías a cualquiera que te acogiera en su puta casa.-digo rompiendo a llorar y colgando.
Cuando colgué me di cuenta de que Corbyn estaba con las gemelas en la habitación ha eu habían escuchado toda la conversación. Corbyn vino a abrazarme pero le rechace apartándolo.
No sabía si les había contado algo, pero ahora mismo solo quería estar sola. Cogí mis convers rojas y me las puse.-A la hora de comer estaré aquí, lo prometo.
No les deje tiempo para que me hicieran preguntas por qué salí caminando lo más rápido que pude, me dirigí a la verja trasera y la salte por el único punto donde las cámaras no apuntaban.
Empecé a correr por un camino de tierra que lleva a un mirador en la montaña y después de estar 20 minutos subiendo la montaña llegue a la cima del mirador y me senté en el borde a ver cómo se alzaba el sol entre los edificios.
Me dio mucha paz, pero sobretodo me dieron ganas de saltar y poder reunirme con mis padres. Pero sabía que no lo haría.Después de estar 1 hora ahí sentada escucho las pisadas de alguien tras de mi. No quise girarme, podía ser Zach, el siempre sabe dónde encontrarme. Pero no, me llegaba el olor de otra persona.
-Yo antes cuando era algo más normal venía aquí a desahogarme, gritaba hasta quedar afónico, cantaba, pensaba... me gustaba tanto venir aquí. Pero desde que soy un gilipollas no me acuerdo de nada del pasado. Me he ganado una reputación de mierda por culpa de todo lo que he hecho, por follarme a tías que ni me llamaban la atención, por jugar con los sentimientos de todas haciéndoles pensar que conmigo iban a estar bien. Y cuando te vi a ti, en la cafetería. Te vi preciosa con tu uniforme, con ese pelo liso y esos ojos verdes. Me hizo gracia la cara de dormida que tenias, y sabía que tenía que hablar contigo ese día. Sabía que tenías que ser mía. Pero no del mismo modo que las demás. Nunca me habían importado mis sentimientos, pero vi que conectamos cuando me vacilaste, sentí algo. Pensé que una chica como tú no podía tener su primera vez conmigo, por eso no te desnude del todo, espero que recuerdes que te pregunte si eras virgen, y cuando escuche tu respuesta me quite de la cabeza el pensamiento de llegar a más. -digo mientras los dos miramos los altos edificios de la ciudad.
-Yo vengo aquí cuando quiero estar sola. Y mientras estaba aquí he pensado en tirarme. Echo de menos a mis padres... recuerdo que hace un par de años mi madre me contó cómo fue su primera vez, fue horrible por qué la violaron y tenía miedo de que a mí me hubiera pasado igual que a ella. Daniel, he estado pensando en lo de anoche, y si, me atraías mucho por qué joder, cuando te vi con esos ojos azules y esa sonrisa... me derretí. No me imaginé que fueras un cabron, pero cuando Elena me contó lo que te pasó con ella me hice una imagen de cómo debías ser... anoche me pase bebiendo y no debí haberte hablado ni intentar joderte yo a ti. He salido perdiendo.
-¿vas a volver con tus padres?-pregunte mirándole a la cara, cosa que ella no hacía.
-Ojalá pudiera volver con ellos, pero ellos... bueno puedes imaginarte.-y ahí me partió el corazón.
-Quiero hacerte feliz, quiero seguir teniendo peleas contigo en los pasillos. Quiero besarte.-nuestras miradas se juntaron y pude ver cómo ella tenía los ojos rojos e hinchados de llorar.
-Lo siento Daniel, pero no creo que después de lo de anoche puedas hacerme feliz.-dijo mientras se levantaba.-le diré a Corbyn que te devuelva tú camiseta.
-Puedes quedártela, no te preocupes...-y se marchó de nuevo.
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15 votos y sigo.
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El huracán Seavey.(Why Don't We) #DestinyAwards2017
Roman pour AdolescentsDicen que de los errores se aprende. Y ojalá tú hubieras sido un error para aprender a no cometerte de nuevo...