Capítulo 23.

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Ya habían pasado dos días desde que Carolina habló por última vez con Gabriel. Y aunque con cada día que pasaba ella se sentía aún más dolida por el hecho de que le haya sido infiel, no podía negar que en parte agradecía de que estuviera lejos de ella. Así podía estar más tiempo con Agustín y disfrutar de su compañía.

Agustín sonreía mientras veía a Carolina cocinar. Si, definitivamente podría ser la esposa perfecta. Hoy él se encontraba con ella. Desde que Carolina lo invitó a almorzar en su casa, no lo pensó dos veces y fue.

- ¿Te puedo ayudar en algo?- preguntó Agustín con la intención de ayudar.

- Si. Puedes comenzar con cocinar la chuleta de cerdo, por favor.

- Pero no sé cocinar.- dijo, con los ojos fijos en el ágil movimiento que hacían sus manos al cortar las verduras. 

Carolina se río.

- No te preocupes. Ve y coloca la mesa, yo terminaré de preparar el almuerzo aquí. 

Agustín asintió y desapareció por el comedor principal. Tiempo después, ambos se encontraban almorzando juntos y disfrutando de una agradable conversación.

Cuando el celular de Carolina comenzó a sonar y se puso de pié para contestar en otro lugar, Agustín aprovechó el momento para levantarse y caminar por la casa. Entró a una habitación a la cual dedujo que era en donde Carolina dormía. Frunció el ceño cuando vio una cama matrimonial. Una imagen de Carolina con un hombre el cual sería Gabriel haciendo el amor se le vino a la mente. Sin querer, Agustín gruñó en voz alta. Tenía la mandíbula tensa. Sacudió la cabeza y a sí mismo una imagen de Carolina durmiendo en la cama, sola y sufriendo por el engaño de su marido se le pasó por la mente. Apretó los puños. Cuánto deseaba ocupar el lugar de Gabriel para hacerle saber que no estaba sola, y poder hacerle el amor una y otra vez...

Un rayo de luz llegó directo a sus ojos cuando intentó dar un paso, y sólo entonces se dio cuenta que en la misma habitación había otra puerta que daba acceso a algún otro cuarto. La puerta estaba entreabierta y cuando entró, se quedó boquiabierto. Era el estudio de pinturas de Carolina. Habían cuadros de pinturas por todos lados, algunos colgados, mientras que otros sobre las mesas. Pinceles y pinturas estaban en el suelo. Todo estaba desordenado, pero los cuadros le daban alegría al lugar.

De pronto, escuchó la puerta cerrarse. Agustín se volteó y vio a Carolina apoyada en la puerta.

- Al fin te encuentro.- dijo ella, mientras caminaba hacia él.- ¿Qué haces?

- Sólo miraba tus pinturas.- dijo, mientras volvía su mirada hacia los cuadros.- son grandiosas.

- Gracias. Lo único que espero es que sean lo suficientemente buenas para ganar el concurso.- sonrió.

- Lo son. Créeme, tengo fe de que ganarás.

Agustín la miró y aprovechó el momento para estudiarla de perfil. Tenía los labios entreabiertos y unas ganas inmensas le entraron de comérsela a besos. Mordiéndose el labio, Agustín trató de controlar el impulso de volver a besarla pero simplemente no pudo y en contra de su voluntad, se encontraba a sí mismo estirando la mano hacia ella, enmarcando tentativamente el contorno de sus labios con el pulgar. Carolina lo observó y al darse cuenta de su intención, instintivamente retrocedió.

- No.- dijo ella.- estoy casada. 

Él gruñó.

- Juro que si te oigo decir eso una vez más te follaré sin piedad y no me importará lo que digas. 

El rostro de Carolina palideció. Una nube de lujuria se atravesó por los ojos de Agustín .

- N-No te atreverías.- tartamudeó Carolina.

- Claro que si.- sonrió perversamente.- pero ahora, quiero que me hagas un favor.

- ¿Cuál?

- Me gustaría que hagas un retrato de mí.

Maratón.

12/20 🙈

El Stripper-[Aguslina]-[Hot]-[Adaptada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora