Por fin. Vacaciones. Hacía bastante que no tenía tiempo para mí, ya que desde el accidente de mis padres hace 3 años he tenido que trabajar sin parar para poder vivir. Ésta era la primera vez en mucho tiempo que subía la colina que había cerca de mi casa y me sentaba en el césped, simplemente para disfrutar de la brisa nocturna, y levantar la cabeza y perderme en las estrellas.
En ese momento tenía la mente en blanco. Todos los problemas de mi vida se desvanecieron al ritmo de las estrellas que tintineaban. Las facturas, mi falta de actividad social… Cerré los ojos y dejé que mi pelo jugara con las ráfagas de viento que pasaban a mi lado, ondeándolo.
-Ah… Algunas veces desearía no estar sola. Alguien con el que pudiera hablar.
¿Amigos? La verdad, ninguno. El instituto al que atendía hasta el año pasado era pequeño, ya que el pueblo en el que vivía no era exactamente una gran ciudad. Es más, para llenarlo tenían que traer estudiantes de los pueblos vecinos.
Volví a abrir mis ojos y eché un vistazo a mi casa. Había estado allí incluso antes de que se construyera el pueblo, así que se encontraba a unos 3 kilómetros, apartada en medio de colinas, árboles y mucho césped. Aunque tenía mucho, muchos años, mis abuelos y mis padres la habían remodelado a lo largo de los años, así que tampoco parecía tan vieja. No era una mansión, pero era demasiado grande para una persona sola.
Tenía dos pisos. En el de abajo estaban el salón, la cocina, el comedor y un baño. En el piso de arriba había cuatro dormitorios y el otro baño. Y al final del pasillo se levantaba una escalera de caracol que conducía hasta el ático, donde guardaba todo lo que pensaba que podría necesitar, pero no tenía donde ponerlo. ¿Y por qué cuatro dormitorios? Fácil. Uno era de mis padres. Otro era mío. El otro era de mi abuela, ya que vivía con nosotros hasta que se murió cuando yo tenía 12 años. Y el otro era porque mis padres planeaban darme un hermanito. Claro, todo eso antes del accidente. Mi familia pasó de tener a cinco personas si contábamos con mi hermano (o hermana) no nacid@, a de repente una. Qué desgracia no…
Caminar sola por mi casa es… No sé, raro… Siempre tengo la sensación de qué de pronto de todas las habitaciones saldrá gente con cámaras y micrófonos, diciéndome “¡Hola, somos de MTV, y has sido Cazada!” El problema es que la bromita tendría que haberse acabado hace 3 años.
Me asusta estar sola en casa. No me gusta. Cada vez que camino por las escaleras de madera el chirrido bota en las paredes y me recuerda lo sola que estoy. Un amigo estaría bien. El problema es que si no le caes bien a la persona más popular del instituto, tienes a todo el instituto en tu contra. Y la verdad, yo no recuerdo haberle hecho nada nunca a nadie…
Levanté la vista y me puse a mirar las estrellas. Bueno, por lo menos cuando hacía cosas como esta podía olvidarme de todo...
¡Shiiiiuuuun~! Una estrella fugaz. “Debo pedir un deseo”, pensé. Así que cerré los ojos, y juntando las manos rogué que mi soledad se desvaneciera igual que vino, rápidamente.
-Por favor…
Después de quedarme mirando un buen rato a la estrella fugaz, me di cuenta de que, por extraño que pareciera, daba la impresión de que se estaba acercando a mí. Decidí levantarme para observarla mejor. Entrecerré los ojos y vi cómo la luz se iba haciendo cada vez más intensa. ¿Se está acercando? ¿De verdad? Me pellizqué la mejilla para asegurarme de que no estaba soñando. No, no estaba soñando. Oye, cada vez estaba más cerca… ¿Me lo parece a mí o viene directa hacia donde estoy yo? Oh… Pues sí… ¡¡CACHIS, QUE VIENE DIRECTA HACIA MÍ!!
De repente, un fuerte estampido rompió el silencio del cielo nocturno, y por encima de mi cabeza pasó a una velocidad de vértigo una luz que se estrelló a unos 2 kilómetros de mí. Iba tan rápido que al impactar contra el suelo me lanzó por el aire, y aunque no me hizo nada, oí cómo a unos metros de mí todos los cristales de mi casa se iban a hacer gárgaras.
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Las Leyendas de EXO
FanfictionNunca pensé que mi vida fuera a dar tal giro de 180º. Los días solitarios y llenos de silencio se transformaron en ruidosas tardes en las que me divertía como nunca lo había hecho. Aún así, se acerca algo que cambiará todo como lo hemos conocido. No...