Desearía ser como esas chicas clichés que se levantan por los rayos de sol en su ventana, o por los sonidos de los pájaros cantando en sus ventanas... pero mi forma de despertar es muy distinta.
—¿Hola? —atiendo la llamada.
—¡Rain! ¡¿Dónde demonios te metiste en toda la mañana?! —era mi representante.
—Pues en mi casa, ¿en dónde estaría si no?
—En el set no, claramente —suspira—. ¡Tenías que estar aquí hace cinco horas!
Mierda.
Con rapidez mire la hora en mi teléfono, ¡eran las doce y media!
Yo tenía que haber ido a grabar.
—Gina, se me olvido.
—Ya veo, ¡el director está furioso, les hiciste perder un día!
—Lo siento, no fue mi culpa —resoplo— ¿no les puedes decir que tengo fiebre o algo así?
—Ya les dije que te surgió un asunto familiar y no habías podido llegar a grabar.
Por eso amaba a mi representante.
—¿Te he dicho lo mucho que te amo?
—No, lo deberías hacer me seguido... siempre me sacas canas verdes —aunque no la viera sabía estaba rodando los ojos— procura no llegar tarde el lunes.
—No lo haré.
—Más te vale, adiós chica problema.
Y sin más, cuelga.
Demonios, ¿como pude olvidar que tenía que ir al set?
...
Blank Space de Taylor Swift sonaba en la radio mientras yo cocinaba. No era la mejor en eso, pero lo intentaba.
La conversación con Danel aún estaba en mi mente, sus palabras taladraban en mi cabeza y mi yo interna me decía que era cierto. Necesitaba un cambio.
Necesitaba estar en paz conmigo misma y dejar de cargar con viejos acontecimientos.
Tenía que soltar el pasado porque si no me destruiría, a mi y a todo lo que he logrado estos años.
Mi reputación... también tenía que limpiarla. Tenía que dejar de tratar como basura a las demás personas, la Rain del pasado no era así. Pero no me gustaba recordarla.
El ángel caído estaba en la sala viendo alguna terrible película de comedia, no se me había acercado desde aquella planta y en cierto modo, se lo agradecía.
Necesitaba pensar.
El timbre del departamento suena sacándome de mis pensamientos:
—¿Quieres que vaya a ver quién es? —pregunta.
—No, yo voy.
—Vale.
Al abrir la puerta recibo un para nada delicado empujón de Marcus.
Estaba molesto, jamás lo había visto así y realmente, daba miedo.
Sus siempre alegres y amables facciones parecían haber sido remplazadas. Este Marcus no reflejaba nada más que odio y despreció.
—Eres una puta.
Cada palabra es pronunciada lentamente. Cada palabra es soltada con verdadera repulsión y odio hacia mi persona.
Ya me habían llamado así antes, incluso, me llamaban por nombres peores. Estaba acostumbrada a leer comentarios de haters en mis redes sociales, los tomaba a burla porque no me dolían.
Ahora, que lo haya dicho alguien a quien quería y a quien antes consideraba mi amigo... si lo hacía.
—Creo que no entiendo.
—¡Eres una jodida puta, Rain! —suelta de nuevo— ¡me das asco, me repugnas!
—¡¿De qué demonios hablas?!
—¿Qué de que hablo? —ríe secamente y me lanza unas revistas a la cara— de eso hablo.
Pase cada una de las revistas con rapidez sin creer lo que veía.
"La diva ha conseguido nueva carnada."
"¿Nuevo juguete? ¿Cuando durará con este?"
"La perra ha conseguido un nuevo hueso al cual roer."
Y como esos más títulos decoraban las portadas de las revistas. Mi cara volvía a aparecer y nuevamente, no de una buena forma.
Fotos de Danel y yo caminando en el set aparecían... incluso, había una donde salíamos abrazados con Dylan.
¿Cómo demonios habían sacado esas fotos?
—Marcus, yo...
—¿Qué, Rain? ¡¿Tú qué?! —resopla— ¡Todos estos días no te había buscado porque pensé que necesitabas tiempo para pensar! ¡Que necesitabas asimilar las cosas y luego podríamos empezar algo! ¿Pero cuál es la sorpresa que me llevo esta mañana?
—Marcus...
—¡Que la chica que me gusta aparece de titular en muchas revistas junto con su nuevo novio! —señala a Danel quien estaba mirando la escena atentamente— ¿Por qué demonios fui tan estúpido? ¡Caí en tus garras, en tus encantos!
—Marcus, por favor —suplico.
—No, ya basta... eres una vulgar y común perra.
—Hey —Danel se para a mi lado— ya basta.
—Oh, y aquí tenemos al idiota del año —ríe sarcásticamente— ¿en cuánto tiempo lo cambiaras, Rain? ¿Cuánto te tomará abrirte de piernas a otro?
—Que poco hombre eres.
—Yo solo digo la verdad. Ya verás que dentro de poco, Rain te dejará.
—¡Vete de mi casa, Marcus! —le grito— ¡vete!
—Oh, la perra ha ladrado.
—Vete o llamo a la policía.
—Ya la oíste, te vas por las buenas o por las malas.
—Me las vas a pagar Rain —me señala— pagarás por todo lo que has hecho, eres una puta, una basura humana... me das asco, lastima. Eres tan poca cosa que ni tu familia te quiere —me estaba conteniendo para no estamparle la cabeza contra el vidrio de la puerta— todo el teatrito que tienes no tardará en caer, vas a quedar expuesta como lo que eres... una vulgar y corrient...
Danel no lo deja terminar, se abalanza contra él y lo empieza a golpear sin siquiera darle chance de reaccionar.
Marcus no se queda muy atrás cuando trata de estamparle el puño en la nariz al ángel caído. Demonios, esto iba a terminar mal y tenía que pararlo ya.
—¡Basta, chicos paren! —me ignoran— ¡DANEL, DÉJALO, POR FAVOR!
Algo parece tomar conciencia en él y suelta a Marcus, la nariz del mencionado sangre y su ojo está bastante hinchado... era seguro que se le pondría morado.
—Vete de mi casa.
Le señaló la puerta a Marcus.
—Me las vas a pagar, te vas a arrepentir y te vas a arrastrar en el piso como la puta que eres.
¿Es mal momento para acordarme de Nevel y su "Plañirás"?
Marcus nos dirige una última mirada a ambos y se va azotando la puerta.
—Danel...
—Tranquila, estoy bien.
—¡Tú labio está sangrando, no estás bien!
—Rain, cálmate.
—¡No, no me calmo! —resoplo— ¡ya no puedo más con esto, no puedo!
—Mira, sé que no debe ser fácil...
—¡No lo es, mi cara aparece en revistas, periódicos, programas de farándula! —halo mi cabello— ¡mi reputación está por el piso!
—Por eso tienes que confiar en mi —Danel se acerca a mi y trata de tomar mis manos.
—No puedo confiar en ti así como así, la confianza no se da de gratis, se gana.
—Entonces vamos a conocernos, salgamos a tomar un helado o a caminar —suspira— necesito que confíes en mí.
—Está bien, vayamos a caminar.
...
La situación ahora era muy incómoda. Yo había tomado mi auto y había manejado hasta el parque más lejano y solitario de la ciudad.
Danel había comprado unos helados y ahora ambos caminábamos en silencio a lo largo del parque.
¿De donde habrá sacado el dinero? ¿Se prostituiría?
—El director de la película me pagó, por eso tengo dinero —ríe— no me prostituyo.
¿Qué demon...?
¿Ahora lee mentes?
—No Rain, no leo mentes.
—Okay, me estás asustando.
—Estabas pensando en voz alta.
—Oh —ambos reímos— suelo hacerlo.
—Okay, anotado... Lluvia piensa en voz alta.
—Anotado, Daniel es muy malo con los apodos.
—¿Daniel? —enarca una ceja— así no es mi nombre.
—Lluvia tampoco es el mío.
—Buen punto.
—Entonces Daniel, ¿me vas a contar bien por qué eres un ángel caído?POST DANEL:
(Oh sii este nene)—Ya te dije, mi comportamiento no era de lo mejor.
—No, ya en serio —suspira— cuéntame bien.
—Rain, me peleaba mucho, hace tiempo había dejado de ser pacífico.
—¿Y por qué lo hacías?
—Ni yo mismo lo sé —bajo la mirada— era como un instinto.
—¿Instinto?
—Hoy la preguntona eres tú.
—Solo tengo curiosidad —se encoge de hombros.
—Oye, yo también tengo curiosidad.
—¿Sobre qué?
—Tú padre, tu hermano... muchos aspectos de tu vida me confunden.
Su cara cambió cuando mencioné lo último... debía ser incomodo para ella.
—Creí que sabías todo sobre mí.
—Lo básico —suspiro— tu vida es bastante agitada.
—Si, antes nada era fácil para mi.
—Y ahora con esto, supongo que tampoco.
—No, para nada.
—¿Me vas a contar sobre tu padre?
Parece pensárselo un rato antes de asentir.
Rain era una chica preciosa, la primera vez que la había visto me había deslumbrado.
Sus ojos eran lo más atrayente en ella, resaltaban con su color de piel.
Era alguien que llamaba la atención.
—Te contaré, todo comenzó cuando... —su teléfono comienza a sonar— espera.
Genial, justo ahora.
—¿Hola? ¿Gina?
Su cara expresaba confusión.
—¿Dónde estás?
De pronto el teléfono se resbala de las manos de Rain y su mirada se empieza a nublar.
—Lluvia, ¿estás bien?
No me contesta, parece sumergida en su propio mundo.
—Rain, me estás asustando.
—E-es mi mamá —susurra.
—¿Qué le pasó a tu mamá?
—T-tuvo un accidente.Gracias por leer
Créditos:Sofia Castillo
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Dead Wings
FantasyElla era fuego, pecado y avaricia. El odio, resentimiento y dolor. Dos mundos distintos, una misma solución.