Lagrimas de enojo resbalaban por mi rostro. Odiaba que las cosas no salieran como yo quería, estaba 100% segura de que muchos futuros proyectos que tenía, se irían a la basura por ese estúpido asunto de mi siendo una diva.
Además, la pelea con mi madre y mi hermano tampoco me había dejado muy satisfecha.
Busque mi auto en el garaje de la casa, me subí y maneje en dirección a mi departamento. Realmente, no tenía idea de porque vivía con mi madre, teniendo mi propio espacio... lo único que ganaba bajo el mismo techo que ella eran quejas, regaños y "consejos" sobre cómo mejorar mi comportamiento. No gracias.
Las calles de la cuidad estaban vacías a esta hora, cosa que agradecí puesto que me facilitó llegar a mi departamento.
Una sensación de calma me atravesó el pecho al visualizar el edifico. Pasaría la noche en paz y no en una casa llena de tensión por culpa de una estúpida pelea.
Baje del auto y entre en el edificio. Era un lugar realmente lindo y lujoso. Lo había comprado el año pasado a raíz de una muy buena paga en una película con Dylan O'Brien, quien por cierto, aún me seguía llamando para que saliéramos alguna vez. Y así era con todos, caían rendidos a mis pies y solo conseguían de mi partir un revolcón y un rechazo.
Eso era todo.
Al llegar a mi piso, abrí la puerta y me introduje en el con rapidez. Solo quería un buen baño y dormir, este día había sido un verdadero asco.
Ni siquiera me dio tiempo de reaccionar, cuando escuche un golpe proveniente de la cocina. Genial, lo que me faltaba.
Un robo.
Tome el primer objeto que me sirviera de defensa, y me dirigí con pasos lentos hacia el lugar de donde había venido el golpe.
Encendí las luces y me prepare para golpear a quien sea que estuviera en aquel lugar, pero el objeto cayó de mis manos al ver al guapo chico sentado en una de las encimeras. ¿Que demoni...?
—¿Quien eres tú? —solté.
El rubio me miró de pies a cabeza y sonrío coquetamente.
Perfecto, ahora no sólo me robaría si no que también me violaría.
—Hola, linda.
—Dime quien eres o llamaré a la policía.
—Oh no, no lo harás —rió— no creo que quieras hacerlo.
—Oh si, si lo haré —dije mientras me volteaba y tomaba el teléfono— cree que si quiero hacerlo.
Lo siguiente que ocurrió fue extraño, demasiado diría yo. El chico... ya no estaba. Había desaparecido.
No estaba en ningún lugar del apartamento. ¿Me estaría volviendo loca?
Negué con la cabeza y me dirigí a darme una buena ducha. De seguro, era solo una mala jugada de mi mente....
Al día siguiente, todo había estado en orden, no había rastros de aquel chico y todo indicaba que efectivamente, lo había imaginado.
Ahora, si hablemos de lo sucedido con mi familia y los extensos rumores causados por mi aparición en revistas, y por si fuera poco, también en diversos noticieros... todo volvía al caos.
Esa mañana, sabía perfectamente lo que vendría. El regaño por parte del director de la película... y posiblemente, el sermón de Dylan.
¿Estaba preparada? En definitiva... no.
En camino al estudio, mi mente dio muchas vueltas en el asunto de anoche. Tenía que dejar de pensar en eso, o me volvería más loca de lo que ya estaba.
Negué con la cabeza al bajar de mi auto y visualizar a Dylan en la entrada del set.
—Hey —sonrió al verme— ¿que tal estás?
—¿Quieres la verdad o la mentira?
—Mmm... —simuló pensar la respuesta— la mentira.
—Excelente.
—Ya, Rain —rió— sé que tu cara en revistas...
—Y programas de farándula.
—No olvidemos algunos periódicos.
—¿En periódicos también? —asiente— vaya... apuesto a que he perdido demasiada fama.
—Bueno, de hecho no, has ganado bastante.
—Pero no de la manera en la que debería —bufé.
—Oye, arriba el animo. Ya verás que todo mejorara.
—¡No, Dylan! ¡Todo va de mal en peor en mi vida!
—No digas eso, cielo.
—Si, si lo digo. Ayer pelee con mi mamá y con el idiota.
—¿De nuevo? —asiento— ¿y ahora por qué?
—Porque mi madre quiere que cambie.
—Y... ¿no haz pensado que tal vez sea lo mejor? ¿Cambiar?
—No, ya hemos hablado de esto. Por favor, ya tengo suficiente.
—Bueno, yo solo digo que...
—Dyl, basta —suspiro— ¿has visto a mi asistente? Necesito un café bien car...
—¡Rain Mendes!
Oh no.
El director...
—Buenos días, señor James —le sonreí— ¿como amaneció?
—¿Como amanecí? ¡Amanecí con miles de malos comentarios sobre la protagonista de mi película!
Ya me lo esperaba.
—Señor, yo...
—¿Tú que, Rain? ¡¿Tú que?! —gritó captando la atención de varias personas— ¡estoy harto! ¡Madura de una buena vez, niña!
No, no y no. No lo había dicho.
—¿Como dijo? —enarque una ceja.
—¡Dije que madures! ¡No puedes seguir haciendo estos escándalos de niña malcriada que...!
—¿Sabe algo? —sonreí— si tanto le molestan mis escándalos, bien puedo renunciar y dejarlo buscar a otra actriz, que le aseguro, no será ni la mitad de buena que yo.
—No, Rain... oye... no hay que hablar de renuncios ni nada por el estilo.
Su gesto había cambiado de enojado a preocupado.
¿Que había dicho?
Soy la mejor y aún así teniendo una mala reputación, atraía al público y eso el lo sabía.
No se arriesgaría a perder a su mejor actriz.
—Ni crea que va a poder volverme a hablar así. A la próxima, renuncio.
—Te lo prometo, no habrá próxima.
—Eso espero.
Y con un guiño, me dirigí a mi camerino.Dylan en la galería
Créditos para:Sofia castillo
Intentaremos subir diariamente, las amo💕
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Dead Wings
FantasíaElla era fuego, pecado y avaricia. El odio, resentimiento y dolor. Dos mundos distintos, una misma solución.