Cometas Por El Cielo

Jess

Londres, 6 am.

Desperté sin necesidad de ningún ruido, el sol comenzaba a aparecer por las enormes ventanas del cuarto solo para impactarme el rostro con sus poderosos rayos. Giro un poco y le descubro, prácticamente desnuda y con una sonrisa en la boca, también noto algo de presión en mi pecho. Era uno de esos enormes abrazos a los que ella me tenía tan acostumbrado, sonrío y le devuelvo el abrazo mientras me quedo mirándole a la cara. Lentamente abre sus ojos y lleva sus manos a mis mejillas solo para acariciarlas un poco mientras sonrío y amenazo con morderle suavemente un dedo.

- ­­Buenos días dormilón – Dice en tono de broma, realmente sé lo mucho que ella odia despertar tan temprano, pero estaba demasiado emocionada después de llegar a nuestra nueva ciudad y conocer a esas magicas personas que habían ambientado tantos momentos de su vida adolescente

- Buenos días pequeña saltamontes, espero que la emoción no esté afectando tu carácter de gato al que me tienes acostumbrado, eso sería raro – Sonrió y decidió simplemente golpearme con una almohada para levantarse de la cama

Recordé esos primeros días en los cuales le veía pasar en la estación, y definitivamente nunca me equivoqué sobre ella, tierna pero divertida, así fue como le conocí.. y que esa escencia no haya desaparecido con todo lo que había pasado era simplemente extraño, pero mágico y me alegraba de que, de algún modo todo siguiera como antes de aquella tragedia, aún hay cicatrices pero de algo debemos aprender, ¿no?

Después de unos segundos reflexionando en la cama, apareció detrás de mí y me tumbó de espaldas a la cama, solo para aprovecharse de mi punto débil. Mis jodidas cosquillas.

- Basta! Basta joder! – Gritaba con todo el aire de mis pulmones mientras me reía y luchaba por liberarme del agarre de sus delicadas pero fuertes manos que hacían mi cuerpo estremecerse y retorcerse mientras ella simplemente sonreía y miraba mi tierno sufrimiento.

- ¿Y si no qué? – Preguntó retándome

- Te follo -Me reí

- Pues follame – Dijo retándome, no esperaba que dijera eso, lo juro por chtulu.

- Eh... Es... ¿En serio?

- Pensé que eras timido, pero no gay – Comenzamos a descojonarnos de la risa hasta que caímos de la cama mientras entre caricias nos despojabamos de nuestra ropa.

Sin mediar palabras comencé a besarle, a lo que respondió salvajemente despertando mis instintos reprimidos. No duré ni tres minutos en su boca antes de comenzar a descender por su cuello, mordiendo suavemente mientras escuchaba como salía uno que otro gemido no contenido de su boca.

Mordisquee su cuello como si fuera una barra de chocolate, a lo que ella respondió aferrándose con más fuerza a mi cuerpo.

-¿Qué cojones estamos haciendo? – Preguntó entre gemidos y jadeos con su cara roja a más no poder, le callé con un mordisco en su clavicula y un suave beso en su boca.

-No tengo ni puta idea – Me río y dejo que ella se haga encima de mí.

-Así que no sabes, Pues yo te voy a enseñar que estamos haciendo.

Después de unos segundos comenzó a atacar mi cuello sin piedad, y me dividía entre la risa que me provocaba porque tenía muchas cosquillas, y el placer que me traían esos besos y mordidas, creo que alguien ahí abajo estaba demasiado despierto y creo que ella lo pudo notar porque después de unos segundos bajó la vista y posó su sexo sobre el mío.

La idea de tener sexo mañanero molaba un montón, habíamos bromeado mucho con ello la noche anterior y simplemente nos quedamos dormidos, pero realmente queríamos hacerlo, como fuera.

-Ven – Le ordené un segundo, y ella me siguió hasta la bañera.

-Entra – Me haló y caímos juntos dentro de la bañera, que estaba completamente seca y debíamos llenar. ¿Por qué no se me ocurrió antes? Ahora me duele el brazo por caer mal. Abrí la llave para que el agua caliente invadiese el pequeño cuarto de baño, y esperar casi media hora para que la puñetera bañera se llenase.

- ¿Qué fue lo que viste en mi desde que nos conocimos? – Preguntó mientras la niebla que causaba el agua que envolvía nuestros cuerpos mientras nos fundíamos en un abrazo tapaba todo el cuarto, rompiendo el silencio y dando paso a una memoria de simples recuerdos que habían tomado parte de mi corazón para el resto de mis días.

-Pregunta difícil, Fácil respuesta – Me giré y me le quedé mirando un rato a los ojos, para después acercarme y besarle lentamente, a lo que ella respondió alejándome no sin antes morderme los labios mientras lo hacía.

- Respóndeme, idiota – Se reía.

- En ti vi muchas cosas que son muy difíciles de encontrar en cualquier chica. Tristemente me habían roto el corazón muchísimas veces. Hasta estaba considerando en convertirme en un mujeriego, pero decidí no hacerlo y esperar. Ahí fue donde sucedió la tragedia y llegaste tú, una chica que no le importaba lo material, o simplemente que el chico que escogieses fuese popular, solo valoras lo que ya nadie hace, y eso hizo que me fijase en ti – Dije mirándole fijamente a los ojos mientras las ultimas gotas llenaban la bañera que contenía nuestra humanidad desnuda, y este mundo de sentimientos desbordados, casi como el agua de esta.

Entonces. ¿Qué haremos? No lo sé.