Capítulo 2.

7.2K 397 112
                                    

Kia- Pues...no puedo, no voy a superar esta mierda.

Yo- Ni yo.

Chica- Me voy, no puedo, me encerraré hasta que este videojuego acabe.

Kia- Me voy, no quiero hacértelo pasar mal mejor separadas -me abrazó-, ya tenemos bastante con nosotras mismas -le respondí al abrazo.

Yo- Vale Kia, nos vemos.

Kia- No mueras -sonrió.

Yo- Ni tú -sonreí.

Tres meses después.

Creo que ya llevamos en este juego tres meses y aún no hemos derrotado al primer jefe, a este ritmo ni en 2015 acabamos este juego. Por suerte mis padres no me quitaron el casco pero, seguro que están tristes y dolidos; ellos me regalaron el juego para que me divirtiera y al final esto es más bien dicho una tragedia.

Hoy nos reunimos en una pequeña plaza donde nos pondremos de acuerdo para encontrar ya al jefe que me está tocando un poco los ovarios.

Narra Rubius.

Este juego iba a ser lo mejor de lo mejor y al final, mira que mierda, ¿cuándo han echo un videojuego de vida o muerte? Porque yo jamás he jugado ha ninguno. Al llegar a la pequeña plaza me senté en el suelo mientras una chica bajita se sentaba al lado mío.

Chica- ¿Vienes a la reunión?

Yo- Si, ¿tú también? -qué pregunta más idiota acabo de hacer.

Chica- Si no, ¿a qué otra cosa?

Yo- Fue una pregunta muy estúpida -rió asintiendo. Que mona era.

Chica- ¿Cómo te llamas? -me miró con esos destellantes ojos marrón claro.

Yo- Rubius, ¿tú?

Chica- ____ -la chica de pelo color miel suspiró.

Yo- Me quiero ir.

____- Yo igual, me siento culpable porque mis padres me lo regalaron por mi cumpleaños.

Yo- Joder, mis padres estarán fatal -sus ojos se oscurecieron.

____- Los míos igual -ella miró el suelo-, lo peor fue ver niños, menos mal que mis padres no dejaron a mi hermano -rió-; ellos me recuerdan a mi vivo hermano.

Yo- Mi hermana no para la pata -me miró y sonrió.

____- Ni la mía -reímos-. Tú hermana y la mía serían buenas amigas.

Yo- Ya, pero me la imagino mal.

Vivir o morir. (Rubius) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora