Capítulo 20.

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Maratón 4/4.

El grito provenía de lejos, probablemente del bosque. Me jode mucho que sea mi primer día aquí y ya hay gritos. Fui corriendo hacia la habitación y empecé a despertar a Rubius.

Yo- RUBIUS DESPIERTA -me tiré encima-. HAY UNA NIÑA FUERA GRITANDO.

Rubius-Cinco minutos más mamá...-se giró haciendo que me cayera a un lado de la cama.

Yo- RUBIUS JODER -me levanté indignada y empecé a vestirme con la ropa del equipo.

Rubius- Eh eh eh -se sentó en la cama frotándose un ojo-, ¿qué haces poniéndote esa ropa?-me miré.

Yo- Joder que puta costumbre -me empecé a quitar la ropa.

Rubius- Podrías venir aquí así y haríamos cositas -me miró con cara de pervertido.

Yo- VETE A LA MIERDA -abrí el armario con fuerza y se levantó de un salto.

Rubius- ¿Qué cojones te pasa mi pequeño saltamontes? -puso su mano en mi mejilla para tranquilizarme como solo él sabía hacer.

Yo- Venimos a una casa nueva a relajarnos y empiezo a oír gritos de niñas pequeñas y mi instinto es...ayudarlas -unas lágrimas me mojaron las mejillas.

Rubius- Yo no he escuchado nada -me limpió las lágrimas de la mejilla derecha y cerré los ojos.

Yo- Es que cuando te duermes no hay quien te despierte -reí y sonrió.

Rubius- Relájate, ¿vale? -me agarró la cara haciendo que mirara a sus preciosos ojos.

Yo- Me tengo que acostumbrar.

Rubius- Lo sé, vístete antes de que te viole -reí.

Yo- Vale señor -dije con una sonrisa de seguramente enamorada.

Saqué del armario unos tejanos cortos un poco rotos, una camiseta de tirantes blanca y una sudadera verde fuerte también. Saqué mis vans del mismo color que la sudadera.

Fui al baño y me di una ducha fresca para pensar y relajarme. Antes de salir me puse la ropa que había cogido y me dejé el pelo suelto.

Rubius- ¿Ya estás? -justo abrí la puerta cuando lo dijo.

Yo- Adivino -puse los ojos en blanco y sonrió.

Rubius- Te sienta mejor la ropa de calle -me miró de arriba a abajo, en otros momentos me hubiera resultado incómodo pero con él no.

Yo- Y a ti, sinceramente, el negro no te va tan bien como lo que llevas puesto -me sonrió.

Rubius- ¿Salimos? -asentí.

Narra Mangel.

Estaba esperando sentado en los banquitos de fuera de la habitación de Rubius a que vinieran Cheeto y Alex. Estaba pensando, ¿qué estará haciendo Rubius en este momento? Cada día lo pienso y siempre me lo imagino lo mejor que pueda. Alguien gracias a dios me despertó de mis pensamientos.

Cheeto- Mangel -le miré.

Alex- ¿Qué tal? -me encogí de hombros.

Yo- Podría estar mejor.

Alex- Voy a entrar, ¿vale? -asentí y Cheeto se sentó a mi lado.

Cheeto- A veces pienso que realmente Rubelangel existe -sonreí.

Yo- Para mí es como un hermano, lo sabes de sobra -sonrió.

Cheeto- Jodeh, quería ponerle dramatismo al asunto -reí.

Vivir o morir. (Rubius) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora