Amor Sin Límites || Diego Laínez y Edson Álvarez (Adaptada) ✓

Capítulo 37 || Amor sin Límites

- Estás haciendo las cosas mal Galilea, estas del lado del mal y no del bien -dijo atacándola.

- Mira cállate, no quiero hablar porque discutiremos y no quiero alterarme, tengo un bebé en mi vientre ¿¡oíste!?

- Estya bien -alzó sus manos- está bien, no te diré nada pero tú sabes bien que lo atraparemos -dijo señalándola.

- No me importa, Diego me odiará de todos modos, si este bebé no llega a ser suyo -dijo bajando la vista.

- Pero si los resultados dijeron que el bebe es mío, ¿aún dudas?

Galilea olvidó que no podía decir nada.

- No, claro que no dudo.

Luego de discutir, Galilea estaba sentada en el sofá viendo una película mientras Edson estaba en el escritorio terminando un par de cosas, ninguno de los dos se hablaba, pero él se paró y se acercó a ella sentándose a su lado acariciando su mejilla.

- No sigas enojada conmigo princesa, no puedo verte así.

- Déjame -quitó su mano- eres tú el que se gana mi enojo.

- Princesa, solo quiero que te des cuenta de que estas eligiendo mal...

- ¡No! no estoy eligiendo mal, entiende que yo amo a Diego, lamento haberte ilusionado pero no pensé que esto pasaría, uno no planea lo que le va a pasar al otro día -dijo mirándolo seria.

- No puedo resignarme a perderte Galilea, no, y más ahora que tienes un bebé y es mío, debemos estar juntos y darle a ese bebé el amor que se merece -tomó sus manos- princesa, no me dejes solo.

Ahora no se veía al Edson obsesivo, manipulador y frívolo en el que se había convertido, ahora se veía a un hombre desesperado, suplicando el amor de una mujer, una mujer que no puede aclarar sus pensamientos, le lastima que Edson esté así pero su corazón le dice que ame a Diego.

- Edson... -puso la mano en su mejilla- sé que no eres mala persona, eres un gran hombre, ya lo hemos charlado, tú te mereces a alguien que te ame y te cuide... y yo no puedo ser esa mujer.

- Pero... ¿y nuestro bebé? -la mira triste.

- El bebé estará bien, tendrá a sus padres siempre pero sólo quiero que sepas que si me quedo contigo es por el bebé, no porque quiera ser algo mas de ti.

Tal vez Galilea estaba siendo dura y fría con él pero era lo que realmente sentía.

- Sé que lo hemos hablado y yo sigo manteniendo mi postura... te amo aunque ames a otro. -dijo firme.

- Edson... -bufó y lo abrazó y él puso su cara en el cuello de Galilea como un niño indefenso.

- Te amo, princesa.

Ella no le contestó, sólo le dio un beso en la mejilla y se fue a dormir y Edson se quedó sentado, pensativo.

- No puedo amarte tanto Galilea y no puedo soportar que lo ames a él -apretó sus puños- Diego Laínez, juro que pagarás esto con tu propia sangre... maldigo el momento en que permití que te acerques a Galilea, pero no me resignaré, no dejaré ir a mi princesa aunque tenga que hacer lo último -dijo convencido.

Y realmente lo haría, cuando sepan lo que tiene planeado Edson para el día del operativo, se darán cuenta de las locuras que puede llevar a cometer el amor.

9 DÍAS PARA EL OPERATIVO:

Pero no olvidaba de que yo tenía que atraparlo, yo tenía que ser la carnada y no quiero pensar en cuanto me odiará cuando lo sepa.

- ¿Por qué estas pensativa mi amor? -me preguntó mientras yo tenia mi cabeza en su pecho, ambos sentados en el sofá.

- Es que si te digo vas a odiarme para toda la vida Diego... -dije con la vista baja.

- Hey -levantó mi cabeza- no digas eso muñeca, te amo y nunca te odiaría -besó mi frente.

No podía decírselo pero necesitaba hacerlo, tengo que ser sincera con él, no puedo mentirle.

- Edson te encontrará Diego, él tiene armado un operativo para cuando regrese a TREBOL. -lo mire triste.

- ¿Qué? oh no me sorprende pero ¿cómo lo sabe?

- No lo sé, yo no he dicho nada, lo juro -lo miré con sinceridad.

- Si te creo mi amor, pero ¿quién podría decirle? -Diego se quedó pensativo y se le vino a la mente Haret, su comportamiento no era el mejor en este ultimo tiempo, pero luego pensaría en eso.

- Pero hay algo más, y es algo peor.

- ¿Qué es Gali? habla, no entiendo -dijo ansioso.

Lo mire y en sus ojos vi preocupación.

- Diego, yo debo...

- ¿Tú debes...? venga, ya dilo de una vez -rió.

- Debo ser yo quien te atrape -lo miré fijo y él borró su sonrisa y me miraba sin entender- perdóname, yo no quiero hacerlo, ellos me obligan y entiendo que me odies que te alej... -me interrumpió y me abrazó- ¿por qué me abrazas?

- Por ser sincera conmigo, muñeca.

- Si, pero no quiero hacerlo Diego -le dije con los ojos llorosos.

- Tranquila, haremos algo muñeca, no dejaré que te separen de mí -me dio un beso tierno y me presionó contra él con fuerza.

Corregido ✅