Amor Sin Límites || Diego Laínez y Edson Álvarez (Adaptada) ✓

Capítulo 10 || Amor sin Límites

 Mi celular volvió a sonar.

— ¿Hola?

— Galilea, ya está todo listo, solo tienes que ir al departamento y esperar -dijo mi jefe.

— De acuerdo, pero si intenta sobrepasarse, ¿qué hago? -pregunté mirando a Edson que me dió una mueca de fastidio.

— Tú síguele la corriente. -me cortó.

Llegamos al departamento y Edson me dejó en la entrada.

— Ten cuidado y toma. -me dió su arma.

— Adiós. -le sonreí mientras guardaba el arma.

— Hey. -me detuvo, yo lo miré y me dió otro beso.

Entré a mi departamento y me fije de que todo estuviera bien. Espere en el sofá la llamada de Diego. De pronto la luz se cortó.

— Maldita sea, justo ahora te vienes a cortar -dije en voz alta.

Me paré y camine en la oscuridad hasta la mesita donde estaba la linterna, de pronto me abrazan de atrás. Me asusté y dí un grito.

— ¡Aaaah! -grité, pero me agarró de las manos y no me dejo darme la vuelta.

— Sssh, soy yo muñeca, no tengas miedo -me dijo Diego al oído mordiendo el lóbulo de mi oreja haciendo que me estremeciera.

— Linda manera de aparecerte, Laínez -dije irónicamente.

— Me gusta sorprenderte y estar un paso adelante que tú -me susurro.

Estaba tan presionado contra mí que podía sentirlo, se sentía bien pero eso no viene al caso en este momento.

— Suéltame -le ordené. Dió su risa macabra.

— No preciosa, no te dejaré que me veas -dijo poniéndome una venda en los ojos.

— ¿Qué haces? -intenté moverme.

— Hey, tranquila, que el que manda aquí soy yo -Besaba mi cuello mientras me vendaba los ojos.- No sabes cuánto he esperado este momento bebé, eres tan sexi -me decía presionando su boca en mi cuello. Yo no respondía- sabes, me calientan las policías como tú -dijo pícaro

— Oye, qué es lo que quieres Laínez -dije enojada.

— Uuh... -se puso frente a mi- más me calienta que me llamen por mi apellido -dijo cerca de mi boca. Yo aun no veía su rostro pero su voz me hacía sentir algo que no sé qué era.

Estábamos en medio de la oscuridad, yo vendada de los ojos con mi peor enemigo haciéndose el galán. Está bien, tenía que seguirle la corriente, pero me era difícil, yo lo odio pero no debo desaprovechar esta oportunidad.

— Quieres que me ponga cachonda, Laínez. -intente hacerme la sensual. Se acercó y me presionó contra él.

— Si por favor, necesito que me saques esta calentura, muñeca. -dijo casi rosando sus labios con los mios pero...

Corregido ✅