Amor Sin Límites || Diego Laínez y Edson Álvarez (Adaptada) ✓

Capítulo 17 || Amor sin Límites

— Buenos días, princesa -dijo Edson besándome tiernamente en los labios.

— Mmm -me quejé y sonreí- buenos días -dije poniéndome de lado.

Edson se me quedó mirando y sonreía.

— ¿Qué pasa? -dije al verlo sonreír.

— Es que he esperado esto durante tanto años Gali, no sabes lo loco que me tienes -dijo mirándome fijo.

Él era muy tierno conmigo, tenía que ser sincera con él.

— Edson, mira no quiero que apresuremos las cosas mejor disfrutemos del momento ¿si? -dije sincera.

— Tranquila bonita, no te presionaré -dijo acariciando mi mejilla y besándome en los labios.

Moría por decirle a Edson lo del mail pero no quería ponerlo paranoico ni nada, quería enfrentar esto sola y así volver a ganarme la confianza de mi jefe.

— Estás pensativa, ¿todo está bien? -preguntó mientras caminábamos por los pasillos del edificio.

— Si si, todo bien... oye hablamos luego, tengo una cosa que hacer -dije sonriéndole y dándole un beso, me agarró del brazo y me robó otro beso... Dios, era tan dulce.

— Hey Alex -dije entrando a toda prisa en su oficina.

— Despacio Galilea, te vas a matar -dijo riéndose.

— Ya ya, no tengo tiempo para bromas, necesito que me des las llaves del cuarto de archivos -dije misteriosa.

Él me miro achinando los ojos.

— ¿Qué te traes en mente?

— Luego te explico -dije tomando las llaves y saliendo de ahí a toda prisa.

Fui hasta el cuarto donde se encontraban todos los archivos de todos los casos, busqué el apellido Laínez, pues había como 50 casos con ese mismo apellido...

— ¡Bien! lo encontré. Aquí lo tengo -dije saliendo de ahí sin que nadie me viera. Sin querer choqué con alguien.

— ¡Auch! -dije al golpearme.

— Princesa, ten cuidado ¿a dónde vas tan apurada? -era Edson.

— Emm yo... yo... voy a hacer algo que me pidieron -dije nerviosa, tragando saliva.

— ¿Estás bien? -dijo sospechosamente.

— Si, todo bien -dije besándolo en los labios y saliendo corriendo como una niña.

Comencé a leer el archivo de Diego... Nació el 9 de junio de 1991 (recuerden que Diego en la novela tiene 25 años) en Villahermosa, Tabasco... -leía en voz alta. Pasé algunas paginas fui hacia el punto y en una parte vi el nombre de Laura Illanes, 22 años, bailarina exhibicionista, fue cómplice junto a dos hombres mas en el caso del robo al Millonario Elvert Ruppert...

— Entonces esta chica es novia de Diego -pensé mirando sin entender; entonces tiene novia... -dije sonando como apenada pero ¿porque? -dios, voy a volverme loca -dije quitándome los anteojos y agarrando mi cara.

Tocaron mi puerta

— Adelante. -dije guardando el archivo en mi carpeta.

— ¿Tampoco vas a salir a almorzar? -preguntó Edson divertido. Le sonreí y salí con él.

No podía dejar de pensar en ese mail, en Diego, en esa chica... esto me tiene cada vez peor.

— Gali, ¿me estás escuchando? -preguntó Edson entre risas, yo reaccioné.

— Lo siento mi amor, es que estab...

— Pensando en ese idiota ¿verdad? -dijo alzando una ceja.

— Si, lo siento -dije apenada.

— Hey -acarició mi mejilla -cálmate, ¿qué te parece si salimos a cenar esta noche? -dijo sonriéndome.

— Si, claro-lo besé.

Narra Edson:

Me choca tanto que esté todo el tiempo pensando en como atrapar a ese idiota que pensar en nosotros, ese infeliz tiene la culpa de todo esto... pues no me quitara lo que es mio, cuando tengo que defenderlo lo hago con uñas y dientes sin importarme lo que tenga que hacer.

Narra Galilea:

Hoy es sábado y por la noche saldré a cenar con Edson, pues he venido al centro comercial por algo de ropa.

— Hola ¿en qué puedo ayudarle? -preguntó la vendedora.

— Hola, quería probarme esto -dije mostrándole una falda negra con una blusa azul marino.

— Si, pasa por aquí -dijo amable.

Estaba en sostén, comencé a ponerme la falda -¡maldita sea!- me queje al ver que no podía levantar el cierre de mi falda, cerré mis ojos mientras lo intentaba; de pronto siento que me respiran en el cuello, abrí mis ojos exaltada y era Diego...

— ¿Diego? -lo miré detrás de mí por el espejo. Se presionó contra mi y me hablaba al oído.

— ¿Me extrañaste? -me susurraba mientras lentamente bajaba el cierre de mi falda.

— No sabes cuanto -dije irónicamente. Me giró hacia él bruscamente y me presionó contra la pared y observaba mis pechos.

— ¿Qué quieres? ¿vas a entregarte? -dije mirándolo mientras él me miraba.

— No, vine a que tú te entregues -dijo a centímetros de mi boca.

— Eso nunca -me aparte de él y me puse mi remera.

Dió una carcajada.

— Eso lo veremos muñeca -dijo agarrándome del cuello y pasándome su lengua. No sé porque no hacia nada, pues me sentía débil ante su contacto, no podía reaccionar.

Me puse de nuevo mi pantalón, mire por una fracción de segundos mi bolso, pues ahí traía las esposas y el arma.

— Ni lo pienses... -dijo agarrando mi bolso y quitando de él mis cosas.

— ¡Dame eso! -intenté quitárselo, pero no pude, él solo me agarro del pelo.

— Shh, no te alteres, o me alteraré yo -dijo amenazante- sal como si nada -me ordenó.

Salimos de la tienda y él me llevaba agarrada del brazo.

— ¿A dónde vamos? -dije intentando safarme. Él no me contestó y seguido me metió en su auto.

— ¡Dejame salir idiota! -dije golpeándolo, pero él solo reía y encendió su auto.

Me llevo por una calle que parecía abandonada, de repente...

Corregido ✅