Amor Sin Límites || Diego Laínez y Edson Álvarez (Adaptada) ✓

Capítulo 32 || Amor sin Límites

— Tengo que salir princesa -dijo Edson mientras ella recién despertaba.

— ¿A dónde vas? -lo miró seria.

— Cosas de trabajo, mi amor -dijo sonriéndole al salir.

Galilea se encogió de hombros y siguió durmiendo, esto de estar embarazada estaba matándola.

Edson salió pero en realidad no iba al departamento de FBI, iba por su propósito, saber antes que ella los resultados de la prueba de ADN.

— Buenos días doctor. -le extendió su mano.

— Bien, ¿qué te trae de nuevo por aquí muchacho? -dijo amable.

— Pues bueno, como usted ya sabe Galilea está embarazada...

— Si claro, yo le hice los estudios.

— Pues en ella se ha despertado una cierta duda sobre de quien es el padre del bebé -dijo Edson serio.

— Entiendo -lo miraba atento.

— Ella quiere hacerse una prueba de ADN -lo miró y se quedó callado.

— Pues si, de eso no hay problema -le sonrió.

— Si lo sé, pero doctor, yo necesito saber antes que ella los resultados, es de vida o muerte y si ese resultado es diferente quiero que usted lo cambie -dijo firme.

— Edson, yo no puedo hacer eso, yo...

Edson sacó de su abrigo una paquete con una gran suma de dinero y lo puso sobre la mesa.

— Dígame ¿es suficiente? -lo miró fijo con una mirada frívola.

El doctor bajo la vista y sonrió por lo bajo mientras extendía su mano hacia el dinero.

— Creo que usted y yo nos entendemos, Álvarez -le dijo y Edson dio una carcajada y salió de su consultorio satisfecho de que las cosas le salieron como él quería.

En los días siguientes, Edson le dijo que su turno estaba reservado, que solo tenía que ir tranquila y sacarse la duda, pero él sabía perfectamente lo que iba a suceder.

— ¿No vas a acompañarme? -le preguntó Galilea desde la puerta.

— Mmm... no mi amor, tú eres la que tiene la duda, no yo... -dijo volviendo su vista al televisor. Ella rodó sus ojos y salió azotando la puerta, era tan maldito cuando él quería.

Llegó y el doctor la atendió como si nada, le sacó sangre de su antebrazo y le dijo que en dos semanas recibiría los resultados. Ahora solo restaba esperar.

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— No Diego, el que no entiende las cosas eres tú hermano, estás dejándolo todo por una mujer, mira, mujeres hermosas hay en todo el mundo -le decía Haret enojado mientras Diego caminaba de un lado a otro.

— ¡Ya! ¿qué no entiendes o qué? el que da las ordenes aquí soy yo y tú las obedeces y si no quieres hacerlo, ya te lo dije, lárgate de aquí -le gritaba Diego.

— ¿Sabes? eres un imbécil, si vuelves a la ciudad, te atraparán y el novio de "tu chica" se encargará de ponerte tras las rejas -le dijo y Diego furioso rompió el vaso que tenia en la mano.

— ¡No! eso no pasará, no pasará nada, nos iremos para allá quieras o no, me importa una mierda lo que digas.

Haret solo bajó la vista para no estallar de ira y salió furioso, ya no soportaba a Diego, eso estaba claro, no soportaba que le grite y que lo trate como basura, por eso le va a demostrar que él no es un títere de nadie.

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— ¿Hola? -contestó Edson.

— ¿Tú quieres atrapar a Diego Laínez? -dijo una voz en el teléfono.

— ¿Quién habla? -dijo Edson poniéndose serio.

— ¿¡Quieres o no!? -le gritó.

— Si, claro que quiero atrapar a ese infeliz.

— Sólo te diré donde está, pero quiero que me libres de todo peso ¿me entiendes? -dijo Haret mientras veía a Diego subir las escaleras.

— ¿Cómo sé que no estas mintiendo? -dudó Edson.

— Oye ¿quieres seguir buscando a Diego a tu manera? está bien, adiós -dijo dispuesto a colgar.

— No no ¡espera! -dijo enseguida Edson- dime, dime ¿dónde esta?

— Solo te diré que el lugar que tu sabes y que tu noviecita sabe, pues es ahí a donde regresará Diego y óyeme, regresará por Galilea -dijo en tono molesto.

— No si lo mato primero -dijo irritado- pero oye ¿qué quieres a cambio de esta información?

Haret dio una carcajada.

— Que pague por como me trató -le colgó.

— ¿Hola? ¿hola? -decía Edson alterado justo cuando Galilea entraba.

— ¿Qué pasa?

— Eh, no nada, equivocado -mintió.

Pobre de Diego, ni se imaginaba que quien creía su mano derecha estaba a punto de traicionarlo, y clavarle un puñal por la espalda.

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Al día siguiente, Edson de nuevo se levantó apresurado pero esta vez si iba al departamento del FBI, tenía que avisar y armar cual sería la estrategia para atrapar a Diego.

— ¿Otra vez apurado? -le dijo ella desde la cocina.

— Pues si princesa, hay muchos casos por resolver -dijo tomando un sorbo de café y poniéndose su chaqueta.

— Oye, ya diles que me dejen regresar -se quejó.

— Gali, estás embarazada, tú debes quedarte aquí mi amor, Nailea está ayudándome, no te preocupes -dijo agarrando su celular listo para salir.

— ¿Qué? ¿pusieron a esa en mi lugar? -dijo molesta

— ¡Galilea basta! -la miró serio- adiós -la besó y se fue apresurado.

Cuando llegó, antes de entrar en la oficina de Peláez, su celular suena.

— Diga...

- Álvarez, soy yo -era el doctor que de seguro tiene los resultados.

— Dígame. -se puso serio.

— Los resultado están listos.

— Bien, dígame ¿soy el padre de ese bebé? -dijo en voz baja.

— Álvarez...

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— ¡¡¡Ay porque a mí!!! -dijo mientras el agua de la tina se había rebalsado. Cuando su teléfono suena.

— ¿¡¡Qué!!? -atendió de mala manera.

— Wow, tranquila nena, estás alterada... -dijo Diego riendo.

— Ah, mi amor, eres tú -sonrió- es que tuve un inconveniente con la bañera, definitivamente me odia -dijo rodando sus ojos.

— Mi amor tú tranquila, cuida a mi bebé -dijo divertido.

— Lo cuido con mi vida -sonrió ella y puso la mano en su vientre- ojalá sea tuyo mi amor -dijo triste.

— Eso lo veremos ¿si?  volveré a la ciudad en unos días mi amor, voy por ti muñeca, iré a recuperarte -dijo

— Diego, es peligroso.

— Lo sé, pero no me resignaré a perderte bebé, espera mi llamada ¿si? te amo -le dijo colgando y Galilea sonrió al oírlo decir eso.

— ¡Princesa llegué! -oyó a Edson entrar y rodó sus ojos.

— Ay Edson ¿qué tienes? -lo miró rara al ver su cara.

— Mi amor, ese bebé...

Corregido ✅