Con una pose facial cómica consiguió hacerme ver alegre aún que mis lágrimas asomaran:
-¿Por qué te preocupas por mí sin apenas conocerme?
+Porque tú me haces reír sin que haya echo nada por ti para merecerme esos momentos de alegría..
Porque en tu aura sentí sinceridad..
Porque ningún chico me ha transmitido tanta confianza con una mera mirada, con una mera sonrisa..
Interrogante a su contestación, se dispuso a preguntar de nuevo: -¿Por eso me tratas así?
+¿Acaso hago mal?
-No.
+¿Entonces por qué preguntas?
-Porque me extraña.
Aquella mujer le observó con agrado, y se dispuso a aclarar sus dudas:
+Que no te extrañe; si me importas es porque eres merecedor de ello.
-¿Soy merecedor de ti?
+Desde la primera mueca que me dedicaste.
Desde aquel final tan curioso, no podían dejar de observarse mutuamente. como si de un problema escolar se tratase..
Como si sus pupilas llegaran mismamente a rozarse..