Cada noche desvisto tu sonrisa para reencontrarme con la niñera de mi corazón..
Pálida, llena de trilogía, sentimientos amargos al igual que apasionados..
Endulzada de labia, acaramela por mis llagas..
Ni hilo ni aguja..
Sus cuidados mi cura..
Sabía sanarme..
Quererme..
Sentirme..
Ató sus cordones entre mi piel..
En un entrelace..
Hundiéndose en mi..
Humedeciéndose..
Saboreándome..
Apoderándose de un pulso inexistente..
De mi gusto.. de mi vista..
Hasta obtenerla como mi único sentido..