-Soy Cat-Catherine...- Contesté un poco más tranquila que hace un rato.
-Lindo nombre~ yo me llamo Andy, mi apellido es feo, así que si quieres mencionarlo alguna vez tu piensa que es "Sixx".- el me colocó alcohol en las heridas que tenía en los tobillos, solté un par de quejidos, me ardía mucho, pues las heridas eran grandes y estaban muy abiertas.
-tranquila...dolerá pero así te curaras más rapido.- me sorprende lo rápido que un chico que parecía pertenece al
grupo de los populares por ser guapos y atléticos, se detuviera un momento en ¿hacerme caso?
-porque haces esto?- le pregunte de la nada entre quejidos de dolor mientras me colocaba una bolsa con hielos en el ojo que tenía morado, tomaba mi mano, y la colocaba en la bolsita.
-odio que abusen de los débiles.- tomó una toalla de papel y limpio la sangre de mi nariz delicadamente. -es el acto más cobarde y estupido que alguien podría hacer.- su dulce voz ronca se tornó a vengativa y rencorosa.
-yo ya me acostumbré...- deje que siguiera en lo suyo, se veía que le apasionaba cuidar de los demás-.(Narrador omnisciente)
Ella charló un rato con Andy acerca de Janny y su grupo de amigas, cuando las odiaban ambos y finalmente cuando el peli negro terminó de curarla salieron de ahí. Andy y ella intercambiaron sus números telefónicos, ya que ambos se agradaron bastante entre si.
Catherine se sentía feliz, feliz de haber sido golpeada por más extraño que sonara, porque gracias a eso conoció a este maravilloso chico.(Catherine)
Estaba ilusionada con mi primer amigo que he tenido en mucho tiempo, Andy era diferente a cualquier persona que conociera.
Tome mis cosas por segunda vez en el día; me despedí de Andy y salí del colegio feliz, más que nunca. El ambiente del era...demasiado acogedor, lindo, tan frío que me daban escalofríos muy seguido, un clima perfecto si se acompañaba con un el aroma de un buen libro.
Vivo en una ciudad de mierda, con tan poca cultura y amor para el arte, llena de música basura, contaminación y gente estresada en cuatro paredes de una oficina, las bibliotecas aquí eran escasas, no tenía realmente idea de a cuál podía acudir.
Fui hacia un cartel de la calle que marcaba los lugares más relevantes de Nueva Jersey, alguna biblioteca cercana, y la primera que encontré fue la estatal, nadie me sacaría la idea de ir ahí de la mente.
Paré un taxi levantando lo brazo en la calle, subí en el, donde el conductor se veía sin pintas de querer hablar, por lo que le pagué antes de llegar. Rápidamente llegue a mi destino, una vieja y descuidadísima biblioteca con una apariencia de alguna vez haber sido bella y reluciente.Entre al lugar que parecia estar tan vacío, por sus enormes paredes de libreros que dividía cada área. Rapidamente encontré una mesa y coloque ahí mi mochila, y obviamente entusiasmada corrí a estas magníficas estanterías a revisar los libros.
Era increíble! Había demasiada variedad, romance, literatura clásica, horror, suspenso, misterio, fantasía...¡no sabía que escoger!
Sabía que estaba tardando en escoger que leer, pero era tan divertido ver todos los títulos que habían aquí que solo los veía una y otra ves.
Como explique antes, parecía que el lugar estaba vacío, y eso pensé hasta escuchar los pasos de alguien acercándose, pero en ese momento en el que permanecía hipnotizada por los lomos de todos estos libros, me impidió sentir nada al respecto.
-¿Los libros te están haciendo brujería o algo?- escuche la voz de alguien decirme a mi lado, yo no hice mucho caso.
-Evidentemente.- le respondí, finalmente dejando de mirar los libros. Quien se dirigía a mi era un chico de cabello negro, con unas gafas rectangulares y una camiseta blanca con una corbata, tenía unos ojos verdes bellísimos, su nariz era muy respingada y tenía un par de labios rosa que lo hacía ver pálido.
-jamás has visto uno en tu vida o que?- el lindo chico río agachando la mirada manteniendo la cabeza arriba.
-simplemente jamás había venido a un lugar así, es todo.- murmuré avergonzada.
-ya.- el rió.
-ven aquí, te ves tenebrosa teniendo esas pintas y estando en un rincón sola.- el camino hacia un lugar, mientras yo lo seguía.
Se detuvo en una mesa en el segundo piso que tenía una vista espectacular, había una taza de café y un cuadernillo en su mesa, él tomó una silla que estaba al costado y la movió enfrente de la suya.
-y bien...quieres sentarte?- preguntó.
-si, gracias...- contesté timida mientras me sentaba en la silla frente la suya.
-y bien, he de esperar que vienes por un trabajo escolar o algo, porque libros puedes leerlos en tu celular.- dijo admitiendo tonterías que nunca salieron de mi boca.
-vine a leer libros por gusto, no quiero ir a mi casa, así que mejor voy a otra parte.- recargué mi rostro en las palmas de mis manos.
-una adolescente ratona de biblioteca rebelde, pero que normal...- él se rió discretamente encendiendo un cigarrillo. -soy Gerard, quienes vienen seguido me conocen, trabajo aquí.-
-Yo Catherine.- dije fría -no eres demasiado joven para estar fumando?-
-joven? No, de hecho soy demasiado viejo para hablar con una niña como tú.- recargó sus brazos en su espalda.
-máximo tienes 18, no soy tonta.- afirmé muy segura de mis palabras.
-tengo 24, me halagas- habló con un tono narcisista tomando un sorbo de café.
De pronto un chico bastante parecido a Gerard se acercó a nosotros, era rubio, tenía un gorro beanie y un par de lentes cuadrados, por alguna razón tenía la nariz roja.
-Gee! Trajeron una pila de libros de texto que están todos rotos, puedes venir a ayudarme?- dijo el chico que se acercó muy entusiasta.
-si si si, ya voy Mikey...- le dijo Gerard hablando flojo. -trabajo, nos vemos rata de biblioteca.- pareció ya confiar en mí, sentí como si ya nos conociéramos de tiempo.

ESTÁS LEYENDO
||Don't Try||-Gerard Way
FanfictionEse día en el que pude verlo reírse sin parar me di cuenta de que su exterior estaba muerto, pero dentro de él existía un chico común y corriente que anhelaba salir, recuperarse y empezar de nuevo.