Capitulo 4

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Había ha pasado una semana desde que visité aquel curioso lugar en el que había ido por ese libro, muchas cosas pasaron en esos siete días que estuve poco activa en mi vida social y escolar.
¿Alguna vez pensaron en cuál sería la peor pesadilla de una chica que depende por completo de su madre? Si, que la separen de ella. Y bien, al fin que mis padres tomaron la decisión de divorciarse después de cientos de engaños entre ellos.

En el juzgado en el que decidieron mi custodia (porque claramente soy un objeto que se lo dan a alguien solamente.) mi padre testificó que mi madre era una adicta al alcohol, y que no podía estar conmigo.
La única decisión que pude tomar ese día fue ir a un orfanato o quedarme con mi padre.
Y bien, si mi padre no es tan malo, realmente nunca en mi vida me sentí como si él fuera parte de la familia.
Mis principios que mis familiares me han creado me impedían rotundamente aceptar un comportamiento semejante al que mis dos padres tuvieron durante su matrimonio, así que claramente para mí es una persona más a quien le digo "padre".

Igualmente, seguí asistiendo diario a la biblioteca estatal donde renté aquel libro con nombre tan peculiar. Admito que gracias a los problemas que tuve, he tenido una actitud más melosa y amorosa, igualmente buscando cariño de todos lados, la que demostré a Andy durante el final de las clases todos los dias.

–Hey Catherine...¿todo bien? Te ves muy mal...– Murmuró el rubio de gafas dándome una palmada en la espalda.

–Si...solo que sigo un poco...–
–¿deprimida?–
-Iba a decir triste, pero eso igual.-
Sentí como sus brazos rodearon mi torso, sus brazos estaban fríos y me dio un escalofrío. –tú...no te preocupes, todo se soluciona.-
-Mikey...no.- lo aparté. -tienes novia...-

-Sarah no es mi novia...- Mikey se apartó algo apenado y recogió una pila de hojas sueltas que había dejado en la mesa donde yo estaba.
Al escuchar las palabras de Michael me puse un poco feliz, ¿qué pasa conmigo?

–¿Sarah es la chica de la foto en la estantería que hay en el mostrador, cierto?– Cerré el libro de Three Tales of Chemical Romance, el cual curiosamente tenía que entregar justo hoy, lo estaba utilizando para una ilustración que pidieron en mi escuela de mi libro favorito, en parte sí era tarea, pero de la divertida.

–Si...pero ella y yo ya no somos nada...– no parecía darle algún remordimiento recordarla.

–Ya ya, Mike...No es necesario que me lo expliques.– sonreí y le extendí la mano con el libro que ya había terminado de leer, fue muy bueno.
El me devolvió la sonrisa y tomó este y me dio una palmada en la cabeza.
-Logré que te olvidarás de el problema con tus padres por unos minutos.- Sonó burlón.

Mierda, lo hizo.

Asentí tratando de evitar lo obvio y levantándome de mi asiento, acomodé mi mochila en mi espalda nuevamente .

-te vas ya?- fingió un puchero cruzándose de brazos, su actitud que daba la pinta de un niño pequeño me mató de ternura.
–eso iba a hacer.– miré la hora en mi reloj y eran las 4:30 aún.
-Hmmm...es muy temprano para volver a casa...-
-¿Y si vamos a la plaza?- frotó su barbilla. -no no, mejor no.-
-¿porque no?- cuestioné.
-es complicado explicarlo, tengo que vigilar a Gerard.- su mirada se puso deprimida y sus bellos ojos se entre cerraron.
-Puedes contarme lo que quieras...- quise hacerlo sentir mejor, aunque tenía unas enormes ganas de abrazarlo con todas mis fuerzas me resistí y únicamente le puse el brazo alrededor de su espalda. Sus mejillas se enrojecieron de una manera adorable.
Tomé asiento nuevamente y di una palmada a la silla que estaba a mi lado haciendo un gesto que le decía a Mikey que se sentará, lo que él rápidamente captó.
–Desde el cumpleaños 25 de Gerard, él entró en una depresión enorme, comenzó a drogarse, beber alcohol en exceso todo el día y especialmente fumar cigarrillos. En ese entonces yo era el único que lo sabía, no tienes idea de cómo sufrí por llevarlo a rehabilitación, pero él se negaba.– escuchaba atenta la conversación, vi como acomodaba sus gafas blancas en exceso, y miraba a un punto fijo de la mesa, se veía concentrado en lo que decía.
—Seguro te preguntas porque pudo llegar a este extremo.— asentí.
—Gerard y yo, pero más el, teníamos un increíble lazo con nuestra abuela. Con ella aprendimos a hacer muchas cosas, nuestra abuela nos enseñó a leer y escribir, nos creó el hábito de leer diariamente, a mí me enseñó a tocar una guitarra y el bajo, a Gee a cantar y dibujar, era realmente una mujer fantástica.- Al recordar esos momentos sus ojos brillaron.
-pero un día cuando ella iba en su auto en camino a nuestra casa a dejarnos un pastel, descuidó el volante y...y sufrió un accidente de auto.– Su imponente y grave voz se quebró, agachó la cabeza como si fuera un niño a punto de ser regañado por sus padres.

Vi como lentamente una lagrima escurría por su mejilla y recorría todo su rostro hasta caer en la mesa, era sorprendente sensible con este tema.

–L-Lo siento...no quería que me vieras así...– sonrió forzadamente para que no me sintiera mal.
–Esta bien Mike...realmente es algo fuerte de vivir, no puedo decir que entiendo cómo te sientes pero sé que es horrible.– Acaricié su cabello y le dediqué una sonrisa dulce. –¿crees poder seguir?- el afirmó inocente con la cabeza.
–Gerard se sumergió en todo eso, vicios y excesos en todos los sentidos. Se le veía en un día común fumando marihuana y bebiendo alcohol en el desayuno, comida y cena. Yo vivía enfrente suyo, y cuando coincidía con el, podía verlo entrar a su casa con diferentes chicas vestidas muy provocativas y todas con un par de tacones inmensos, labial rojo intenso y un escote enorme.–

Realmente no podía creer que carajos decía Mikey, no conocía muy bien a Gerard, pero tenía una imagen de el que de verdad me gusta.

[Flashback]

Hace una semana, cuando apenas me enteré de mi problema con mis padres, estaba con un ánimo pésimo, tuve la visión nublada gracias a las constantes lágrimas en mis párpados, estaba aún más pálida de lo normal y no pude evitar encorvarme al caminar. Era extraño como una parte de mí me decía que fuera a leer algo, era ya una adicción salir de mi sombría realidad, me había obsesionado con los libros de Stephen King, el suspenso y misterio de sus obras me fascinaba.
–¿De qué trata tu libro?– llegó el, no sé cómo pudo encontrarme ya que estaba escondida en una mesa con un montón de estanterías a su alrededor.

Se veía tan lindo, su cabello tenía un mechón de cabello decolorado de rubio que no estaba antes, sus ojos color esmeralda resaltaban en su blanca piel, y que se veían aún más grandes detrás de sus enormes gafas.

–De una niña con poderes que mata a sus amigos.– le dije tratando de no transmitirle mis sentimientos negativos.
–¿Carrie, uh?– se sentó frente a mí.
–Si...– re-dirigí mis ojos al libro,
Gerard actuaba como un adolescente la mayoría de las veces, de reojo lo miré apoyando su barbilla en sus manos que estaban así recargadas en la mesa, creo que me miraba.
–¿Te dolió hacerte ese piercing?– con una de sus manos, tocó mis labios, entendí que se refería a la perforación de mi labio inferior.
Gerard me ponía nerviosa con solo estar ahí, todo en el causaba en mí ese "temor" de hacer alguna tontería y quedar en ridículo, así me pasa siempre con todos los adultos con los que no tengo una relación cercana desde que tengo memoria.
–¿Uh? Hmmm...si, dolió un poco.– vi como él seguía con la mano en mi rostro, ¡maldición! No puedo con él.
–Si aguantas ese dolor aguantaras cualquier mierda que te esté pasando para que estés constantemente jodidamente blanca, triste y medio muerta.– Rápidamente me soltó y se levanto de la silla.
–Tu no sabes que me pasa, no lo entenderías tampoco.- me crucé de brazos.
–No, los adultos no entendemos los problemas de adolescentes hormonales con tendencias suicidas y emos.– rió despreocupado y me dio una palmadita en la cabeza.
–Cállate, ¿Quieres?– fingí estar irritada para terminar de quitarle el tiempo de tal manera estupida.

Definitivamente el era insoportable en ocasiones.

Holaaaa :3 que tal? Espero que les esté gustando la historia, los quiero ❤️

||Don't Try||-Gerard WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora