Preludio. Un libro, un otoño.

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Las hojas rojas, aquellas con peculiares formas de estrellas se apilaban al borde de la acera decorando con tonos rojizos el gris; la ciudad permanecía impasible, pero esos pequeños aspectos aun hacían posible ver las estaciones posarse en los días

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Las hojas rojas, aquellas con peculiares formas de estrellas se apilaban al borde de la acera decorando con tonos rojizos el gris; la ciudad permanecía impasible, pero esos pequeños aspectos aun hacían posible ver las estaciones posarse en los días.

A él le encantaba el otoño, aunque a aquella persona, que llenaba sus días, admiraba con infantil emoción el invierno, algo que no entendía; él pensaba que le quedaba mejor el verano, con una personalidad tan vivaz, tan alegre, bastante molesta, pero encantadora sin duda; los días radiantes de esa estación, en su opinión, lo definían a él.

—Es un procedimiento experimental...— El médico le repitió, como otras tantas veces lo hizo antes: el solo lo miró con aquella expresión que no daba lugar a más argumentos, una que le caracterizaba.

—¿Y hay otra alternativa? Me han dejado claro que ya no se puede hacer nada, no hay cura— Su voz era cortante, pero mantenía un volumen bajo. Sus ojos se fijaron en la puerta de la habitación donde estaba él.

—Sé que ya ha tomado una decisión...pero quiero que sea consciente que esto puede llevar muchos años, aun si funciona.

—Su familia también acepto, ¿está discutiendo una decisión ya tomada? — Suspiró cansado de las interminables platicas, que le han agotado más de lo que admitiría.

El viejo medico solo asintió, con su cabeza en alto se retiró, entonces pudo entrar tranquilamente a la habitación; el blanco del lugar le irritaba, no le quedaba a él.

Pero ese hombre ya ni si quiera podía saber eso, o poder distinguir aquello que lo definía; saludándole como si hubiese entrado ayer, perdido en lagunas, cada vez más lejos de los recuerdos e imágenes que componían su vida.

Lo único que aun permanecía, eran esos ojos azules de tonalidad grisácea que siempre, sin importar si ese día podía decir su nombre, lo saludaban como si le hubiese esperado por días, a pesar de que cada tarde lo veía sin falta.

Le saludó, repitiendo quien era, como desde un año hacia; el otro le sonrió, hablándole de infinidad de cosas, vagas, inconexas, pero siempre con una enorme sonrisa.

Pasarían años, quizá décadas, y a veces, temía que incluso un siglo, el día que encontraran algo que hacer, como salvarlo; no importaba, el seria paciente; talvez esa era una espera que nunca acabaría, a la cual el no llegaría a su final.

Con la familia a su lado días después; él estaba cruzado de brazos; ellos lloraban, el permanecía como siempre, a pesar de que estaba tan, o más destrozado que ellos. Los preparativos se realizaron, aquella puerta se cerró, comenzando un periodo larguísimo en el que el vería año tras año irse; pero era consciente, en el fondo, de que probablemente esa era una despedida.

Fue a la casa, se sentó en un sillón de color oscuro junto a un pequeño mueble. Los años fueron eternos, alargándose, sin anunciar nunca el final de aquella espera; el solo seguía ahí, siendo paciente; escribiendo un libro, que envolvió con extremo cuidado asegurándose de que el tiempo no le afectara; escribió una carta con la letra más cuidada que pudo, tan clara como le fue posible.

El libro y la carta le tomaron meses, años; el resto de su vida trascurrió con ellos.

Los años se apilaron, enormes, reales y casi acompasados para él; siguió pronunciando su nombre.

El esperó.

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Es una historia que me surgió a comienzos Icing (por escuchar canciones coreanas tristes jeje).

El tiempo en que transcurre esta historia, el pasado ( o época del preludio) son veinte años más de nuestro presente.

Y el tiempo "presente" de la historia, son sesenta y un poco más años después del preludio (un poco más de 80 años de nuestro tiempo).

Para fines del argumento, y por la profesión de los personajes, las edades han sido modificadas, Otabek es varios años mayor que Jean, como Yurio.

Los amo <3

Until Tomorrow [YOI] [JJBek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora