Soñar es gratis {blumettra}

III. Vitoria (2ª parte)

((Continuación FesTVal Vitoria 6-9-2017))

POV DANIELA

Me desperté un poco aturdida y cegada por los rayos de sol que traspasaban la pantalla. Todo lo que había pasado esa noche era tan perfecto que hasta me parecía un sueño, de no ser porque al mirar a mi izquierda la encontré durmiendo plácidamente boca abajo. Reposaba la mano sobre mi barriga, y yo me giré un poco hacia ella para acariciarle el brazo con delicadeza. No me sentía muy cansada pese a haber dormido apenas un par de horas, mientras que ella, al contrario, parecía estar rendida. Y no me extraña. Imaginaba que Elettra sería una bomba explosiva en la cama, pero no tanto... Creo que la había subestimado. Con ella todo era distinto y conseguía despertar en mí cosas que nunca antes había experimentado con nadie.

No al menos de forma tan especial. Nos complementábamos a la perfección y nos dimos el máximo placer la una a la otra.

Me encantaba verla dormir. Estaba tan relajada y bonita... Me habría pasado el día entero allí mirándola, olvidándome del mundo exterior.

Cambió de postura, girándose hacia mí, y no pude evitar inclinarme hacia abajo besarla en la frente. Aunque fui lo más delicada y silenciosa que pude, Elettra se removió y emitió un leve sonido de somnolencia, esbozando una pequeña sonrisa.

- Buongiorno principessa -le dije, pasando ahora a acariciarle las greñas de pelo oscuro que se le habían salido de la coleta y le caían por la nuca.

- Buenos días -dijo con la voz algo ronca y todavía con los ojos cerrados. La tía estaba tan concentrada en disfrutar de mi masaje mañanero, que ni siquiera se dio cuenta de que estaba sonándole el móvil desde la mesilla.

- Eli... tu móvil -le avisé.

- ¿Mm? ¿Dices? -contestó aún adormecida.

- Te está sonando el móvil.

- ¡Coño! -se incorporaba con toda la rapidez que pudo-. Mamma mia... Qué tarde es... -decía justo antes de llevarse el iPhone a la oreja. Escuchaba la voz masculina de su interlocutor y parecía bastante nervioso-. Sí, sí, tranquilo, enseguida bajo. Oh pues... no, claro, es que no me sonó el despertador (...) Puede ser que estuviera en la ducha -me miró haciendo un gesto de cansancio que me pareció divertido. Sacó la lengua y rodó los ojos. Me reí, y ella me colocó la mano sobre la boca para que no se me escuchara-. No tardo, no tardo (...) OK, ciao...

Dio un profundo resoplido mientras le daba al botón de colgar, y aún mantenía la mano sobre mi boca. Aproveché para besársela pero ella ya estaba en modo apresurado y con cara de preocupación.

- Tengo que ir a mi habitación... antes de que descubran que no he pasado allí la noche... -se quejó, echando la cabeza hacia atrás y luego me miró como si yo fuera un ser divino que pudiera salvarla de esa situación.

- Tranquila, que yo no saldré de aquí hasta que te vayas. Y cuando lo haga seré la persona más discreta del mundo.

- ¿Y el FBI?

- Las tengo controladas. Me sé casi todos sus movimientos. Solo tengo que entrar a Twitter y ver sus conversaciones...

- Ecco! -se rió, y después volvió a subirse un momento a la cama y gateó hasta mí para plantarme un inesperado beso en los labios. Ninguna de las dos quería pararlo y el móvil de Elettra volvía a sonar.

- Corre -le dije aún con mis labios pegados a su boca-. Vamos.

- Vaffanculo. No me dejan en paz -masculló al separarse-. Le voy a decir a la agencia que tengo que parar otra vez en Barcelona, porque hasta las 4 no sale el vuelo a Venecia.

- Me parece perfecto. Yo intentaré salir también esta mañana -me dedicó una mirada que entendí enseguida. Esta niña...- Sí, tendré cuidado -me sonrió y se acercó otra vez para besarme, esta vez más suave y lento. Esa faceta suya me encantaba-. Joder, en la casa no te despertabas tan cariñosita.

- A ver, a ver -decía en tono vacilón. Me hablaba muy cerca de la cara-. Que yo soy una lesbiana romanticona.

- Qué bien.

Tenía muchas ganas de que siguiera desmostrándomelo, pero su móvil seguía sonando, y ella se apartó para cogerlo.

- Que sí, que ya voy -le habló a su agente en un tono bastante seco-. Estoy vistiéndome.

Se fue hasta la puerta para recoger el albornoz que la noche anterior había dejado caer allí mismo. Su figura desnuda me parecía una obra de arte, y no entendía para nada por qué había gente a la que no le gustaban sus manchas de leopardo tatuadas. A mí me parecían lo más sexy que había visto en mucho tiempo.

Me dijo que luego nos veríamos, y por enésima vez, que tuviera cuidado para no ser vista. Eso me recordó que tenía que echar un vistazo a mis redes sociales para ver qué se estaba cociendo. La gente comentaba que yo estuve un poco desaparecida el día anterior y que era raro que no diera señales de vida en toda la noche.

- Joder -dije en voz alta mirando la pantalla del móvil. Comenté un gif en del día en que Elettra llevaba puestos unos guantes de boxeo por la prueba semanal de las abducciones y provoqué algo de revuelo. Me bombardearon un poco con más gifs de nosotras dos y a mí se me dibujaba una sonrisa tonta en la cara mientras los veía. Les dije que a mí también me removían los recuerdos cuando los veía, y era totalmente cierto. Si pudiera volver atrás cambiaría muchas cosas, empezando por no haber nombrado ni una sola vez al indeseable. Tanto Elettra como yo nos habríamos ahorrado muchas discusiones que no conducían a nada.

En fin, permanecí en la habitación toda la mañana mientras Elettra me iba informando a través de mensajes de todos sus movimientos y sobre cómo estaba la zona de despejada. Aún había fans esperándola para despedirse, así que aún no era mi momento para salir y pillar un billete para Barcelona.