XI. Locura mexicana

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Diciembre 2017

POV DANIELA

Fue ella quien me animó a cometer esta locura. En menos de dos días preparé un vuelo express hacia México y encubrí mi escapada diciendo a la peña que iba a estar de viaje varios días (tampoco quise especificar mucho, no vaya a ser que investiguen demasiado...).

Esperé a que terminara toda la jornada de promoción con la gente de Super Shore y a eso de la una de la madrugada me acerqué a su hotel.

Me quedé un rato parada frente a la puerta de su habitación, con el brazo preparado para tocar dar unos cuantos golpes.

Di un pequeño respingo porque no me esperaba su voz a mis espaldas, ni mucho menos que viniera hacia donde yo estaba para abrazarme por detrás. Fue muy sigilosa.

- Amore... -dijo mientras seguía abrazándose a mis espaldas.

Oh, la había pillado cariñosita. Gracios a Dios. Nuestra conversación mientras yo iba en el avión no había acabado muy bien y tenía miedo por cómo iba a recibirme.

No me esperaba hasta la mañana siguiente, pero decidí aparecer antes de tiempo...

Bueno, no es que hubiéramos discutido ni nada de eso. Solo que... hablamos un rato sobre Super Shore y estuvo insistiéndome un buen rato en que me notaba rara cada vez que salía el tema de su ligue mexicano Tadeo. Un ligue de verano. Que no llegó ni a cuatro días. Eso era exactamente cómo lo definía ella. Claro que por ese tiempo nosotras aún ni habíamos hablado... Así que yo no tenía por qué sentirme mal por aquella... unión. Sin embargo, el hecho de que se reencontraran en las promociones de Mexico me inquietaba un poco (qué tontería, ¿no? Nosotras ni siquiera estábamos teniendo nada serio, ¿no? Bueno, no lo sé, ya tenía la cabeza hecha un lio...)

Elettra no sabía qué hacer ya para sonsacarme que estaba celosa y yo no quería darle ese gusto.

Para nada. No me gusta ser celosa. Pero he de reconocer...

Nada, olvidadlo.

El caso es que eso sirvió para que me diera aquel tierno recibimiento. Estaba calentita y yo aún sentía frío hasta en los huesos, pues no pensaba que Mexico fuera tan gélido por la noche.

- Ciao bella -le dije, aferrándome a sus brazos, que se cernían sobre mi abdomen. Dejó apoyar la barbilla sobre mi hombro y me habló entre risas.

- ¿Sabes qué? Cuando estás celosa... me gustas aún más, baby.

Me reí. Me parecía maravilloso que se atreviera a decir frases tan trascendentales cuando hace unos meses no habían creado más que problemas entre nosotras.

- A ver niña, que no estoy celosa cómo quieres que te lo diga.

- Claro, claro -decía riéndose y aferrándose más a mi cuerpo-. Oye, vamos dentro que estás congelada.

Seguimos andando hasta el interior de la habitación. Ella seguía caminando pegada a mis espaldas, cerniendo sus brazos en torno a mi barriga. Si su misión era calentarme un poco lo estaba consiguiendo, aunque enseguida noté el calentor que emanaba de la chimenea de leña. La habitación era preciosa. Con un toque exótico y a la vez campero que me transmitía mucho buen rollo.

Me invitó a sentarme a su lado en el sofá.

- Vente -dijo-, cuéntame.

Le hice caso y me senté a su lado, aunque seguí mi táctica de hacerme la dura porque vi que eso despertaba en ella una actitud tan tierna y atenta que me derretía las entrañas.

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⏰ Última actualización: Oct 21, 2021 ⏰

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