Cap.14:la noche cae sobre el pueblo

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N/A:AVISO
en este capitulo hay lemon

La luz del atardecer empezó a hacerse presente en el pueblo,y según caía,la gente se asustaba más porque sabían que el lobo saldría a atacar.
Ciel se encontraba en su casa,junto con su hermano Alois y Sebastian,ya que hace apenas un rato que habían quedado los dos juntos para jugar,y no era extraño que esté allí ya que Sebastian también quería huir de sus padres como fuera.
El tío Claude no estaba en la casa,porque tenía que hacer un par de recados y había salido del pueblo para ello.
Ciel y Sebastian estaban en el salón,tan tranquilamente tomando un té,cuando Alois apareció.
-¿Qué hace él aquí?-dijo Alois indignado.
-Hemos quedado,así que si no te importa...-aclaró Ciel.
-Quiero que se vaya...ahora...-contestó Alois en un tono amenazante.
Ciel estuvo a punto de levantarse para replicarle algo,pero Sebastian le detuvo.
-Si estás celoso,te sugiero que dejes en paz a Ciel.No tienes motivos para ponerte así.
Alois se enfadó más que nunca.Jamás le habían visto así.
-Está bien,si tanto insistís mejor me voy.
-¡Espera,hermano!¡¿A dónde vas?!
-Afuera...
-¡¿Estás loco?!¡Sabes que hay un hombre-lobo!
-¿Y qué?Me da igual,además,nunca he creído en esas chorradas.
Y sin más,Alois abandonó la sala de un portazo y se fue solo en mitad de la noche a las calles.
-¡Alois,espera...!
Sebastian puso su mano sobre el hombro de Ciel,en señal de que no siguiera con ello.
-Déjalo,no vale la pena.
-Está bien,Sebastian...tienes razón,solo espero que siga vivo mañana.
-Por supuesto,Bocchan...
Ciel,aunque estaba algo afligido,procuró no pensar en su hermano en el resto de la noche.

...

Pasó una hora,y Ciel y Sebastian seguían solos en casa,conversando alguna que otra cosa junto al cálido fuego de la chimenea en el salón.
-Escucha,Ciel-dijo de pronto Sebastian-por tu cara sé que piensas lo mismo que yo.
-¿En qué?...No puedes saberlo.
-En que quieres besarme de nuevo.
-Oh,venga,Sebastian,no digas ton...
Y ahí fue cuando Sebastian se abalanzó sobre Ciel para besarle.
-¡Sebastian!¡¿Qué haces?!
-¿Es necesario que volvamos a pasar por esto,Bocchan?
Ciel miró al suelo,confuso y a la vez enfadado.Miró a Sebastian,sintiendo una sensación extraña por dentro...
-Anda,ven aquí.-y en cuanto Ciel dijo esto,agarró a Sebastian del cuello de su camisa y le devolvió el beso.
Pero no de la misma manera,Sebastian antes solo le había dado un piquito,mientras que ahora Ciel le besaba apasionada y constantemente.
No tardaron mucho tiempo hasta que pararon,y fue entonces cuando sus miradas se cruzaron.
-Atácame,Sebastian.
-Yes,my lord...
Sebastian obedeció sin rechistar,y en breve se puso a cuatro patas sobre Ciel,al cual sujetaba las muñecas para que este no escapara.
Pasó sus mano por dentro de su camisa,sintiendo su pecho,hasta que por fin le quitó la camisa a Ciel.Sebastian no tardó en quitarse la suya rápido,y después se acercó hasta el cuello de Ciel el cual no dejaba de oler.
-Hueles bien,bocchan.Casi como un niño.
-No soy un niño...-dijo Ciel sonrojado-y no te he ordenado que pares.
-Sí,allá voy.
Sebastian continuó,esta vez se fue acercando lentamente a la oreja de Ciel.
La lamió un poco,y después la mordió ligeramente.
Viendo que a Ciel no le gustaba esto,decidió ir a otra parte.
Sebastian se bajó ligeramente sus pantalones,lo suficiente para dejar su entrepierna al descubierto.
Le quitó bruscamente a Ciel la ropa que le quedaba,sus pantalones y sus calzoncillos de lino.
-Ah...Sebastian...-gemía Ciel levemente mientras su ropa le era arrebatada por aquel demonio insaciable.
En cuestión de segundos,Ciel ya se encontraba completamente desnudo,listo para cualquier cosa...
Sebastian agarró a Ciel,puso su enorme mano debajo de su trasero y...
sin pensarlo dos veces,introdujo un dedo en el cuerpo de Ciel.
-¡AH!...¡Sebastian,me haces daño!
-Tú me has dicho que te ataque,no puedo detenerme ahora...
Sebastian no se cortó e introdujo dos dedos en el ano de Ciel...después 3...4...
-¡Ah!...¡Cómo duele!
Sebastian decidió apartar su mano del trasero de Ciel,y entonces...levantó sus piernas,se las puso encima de sus hombros forzosamente y...
se la metió.
-¡AH!...¡AH!...¡SEBASTIAN!...¡VAS A DESTROZARME LOS ÓRGANOS!
-Aguanta un poco más...yo también estoy disfrutando mucho...
Sebastian comenzó a moverla dentro,de arriba a abajo constantemente,cada vez más fuerte.
Así hasta que se corrió,con tanta fuerza que tanto a él como a Ciel se les agotaron las fuerzas.
Después de eso estaban tan cansados,que ambos se durmieron allí mismo,en la moqueta del salón,Ciel aferrado al pecho de Sebastian,ambos bajo la calidez del fuego de la chimenea.

Caperucita Roja Kuroshitsuji:la leyenda del hombre lobo(I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora