El Rey de la Noche

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Jorah acababa de caer al suelo. Su espada yacía a su lado. Y en un momento de confusión y gritos Jorah a Garra cerca de Jon.

Nieve, usando su destreza en las artes de la guerra más que nunca, se abrió paso para salvarle la vida al caballero. La sangre le manaba entre los dedos.

No fue sencillo, Jon esquivó la lanza helada. Se agachó y dió vueltas atacando con Garra en sus puntos débiles. Pero el joven Nieve estaba luchando dos batallas al mismo tiempo, mientras salvaba a Jorah de ser despedazado , en su mente escuchaba los pasos del Rey de la Noche acercándose sigilosa y lentamente hacia él.

Jorah intentaba levantarse, no escuchaba nada más que su corazón latiendo velozmente, el cadáver de uno de los guardias yacía justo delante de él, sin yelmo. Pudo ver su rostro, y fue ahí cuando se dio cuenta de que había muerto siendo casi un niño.

Puso sus manos en la nieve y se levantó vacilando de un lado para otro. Le temblaban las manos a causa del frío al que no estaba acostumbrado.

-¡Jorah!- Gritó Jon- ¡Ponte a salvo!

Pero mientras Jon luchaba, su peor enemigo alzó su espada transparente en el aire y se la clavó a Jorah en la pierna derecha. El caballero sintió un dolor intenso y en los ojos del caminante vio su muerte.

Jon gritó y con su ira despedazó a un caminante. Ya se había hartado de dar espadazos, sólo quería acabar con él de una vez. Más seguro de si mismo que nunca clavó sus pies en la nieve y se colocó en una posición para detener un ataque del Rey de la Noche. Este aceleró el paso hacia él y cuando iba a llegar a su objetivo una explosión les sacudió a ambos.

El fuego había separado a ambos. Jon pensó que era la madre de dragones. Pero en cuanto se pudo poner en pie pudo verlas a ellas, las hijas del bosque. Atacaban a los caminantes con su magia. Mientras Jon se acercaba a Jorah para ponerlo a salvo se podían escuchar las espadas quebrarse ante la hoja de hielo del Rey de la Noche. Jorah sangraba y sus gotas rojas caían como llamas siendo apagadas por el hielo.

El Caminante al que todos temían se aproximaba a ellos de nuevo, su figura era dura y alta y su armadura negra como las alas de un cuervo.

Esta vez envainó la espada de hielo y se limitó a observarles en la oscuridad.

Justo cuando Jon iba a levantar a Jorah el Rey de la Noche puso su mano izquierda en el suelo y la tierra comenzó a temblar creando una grieta de hielo que alcanzó a Jon y le hizo perder el equilibrio. Pero no hubo tiempo para que las espadas se encontraran otra vez, la tormenta de fuego volvió a caer sobre ellos. Daenerys sobrevoló la batalla arrasándolo todo a lomos de Drogon.

El Sueño de Jon NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora