El Señor de Luz

947 42 0
                                    

Podía abrir sus ojos poco a poco, solo necesitaba aclarar la vista para poder observar a quien fuera que tuviera delante, tan solo veía destellos rojos del fuego reflejado en su melena.

-Ygritte...- Dijo al fin Jon intentando incorporarse rápidamente.

-No te incorpores todavía, estás agotado- Dijo la mujer que estaba sentada a su lado.- Estoy aquí para cumplir mi misión.

Jon no emitió ningún sonido, había vuelto a cerrar los ojos, si no era Ygritte no quería mirar a la mujer que le había recordado a su amada. La piel ya no estaba tan pálida y helada, Jon recuperaba fuerzas poco a poco.

-Ya me conocíais mi Rey.- Dijo la dama.

-No soy ningún rey- se apresuró a decir él sin todavía abrir los ojos.

Jon se tapó más con las mantas e intentó no mostrar su cara de dolor.

-Melisandre- Dijo con frialdad- ¿Qué hacéis en el barco de Daenerys Targaryen?

Melisandre se levantó de su silla y le señaló un pequeño fuego que había encendido.

-He dejado que os adentrarais en las visiones de las llamas. Todo lo que habéis contemplado ha sido lo que podría llegar a pasar si obráis erróneamente.- Hizo una pausa y la llama empequeñeció- Mira por la ventana mi rey, se encuentra la señal que esperabas, moran por los cielos. Su fuego es tan real como la amenaza que se acerca desde el norte.

Jon respiró de nuevo, en cierto modo se había alegrado de que todo lo que le había sucedido no fuera real, mirando por la ventana solo lograba ver sombras con enormes alas en mitad de un cielo revuelto. Cuando dejó de fijarse en el cielo volvió en si.

-Invernalia ... no está destruida entonces.- Dijo mirándola con esperanzas. Deseando poder salvar a su hermana ahora que contaba con un ejército de Dothrakis e Inmaculados.

Melisandre negó con la cabeza y volvió a mirar a las llamas.

-Eso no significa que en un futuro no muy próximo ocurra y vuestras pesadillas se hagan tan reales como los dragones.- Le miró malhumorada y casi sin parpadear- La gran guerra que creéis haber luchado, en la que Daenerys os salvó la vida... es solo un augurio que nuestro señor nos ha dejado ver. Si tan claras fueran las pista que nos deja nuestro único señor... yo habría detenido la muerte de Viserion. – Se acercó a él inclinando el torso, parecía analizar cada herida del rostro de Jon.

-Y mis heridas, si que son reales...- Dijo incorporándose al fin, y palpándoselas con las yemas de los dedos.

-Fuisteis asesinado por la Guardia de la Noche, nada más ocurrió eso ,te levantaste y vagaste hasta un bosque... donde casualmente viste unas llamas- Se calló al ver que el joven Nieve no entendía lo que le había ocurrido- o tal vez no fue tanta casualidad...Daenerys os trajo al barco y todo lo que has vivido ha sido algo que todavía está por llegar y que solo el señor sabe si es cierto.

Jon parecía ir encajando las piezas, no había vuelto a luchar contra los caminantes, ni mucho menos había sido salvado por la madre de dragones, pero lo que más le aliviaba era que Invernalia y sus habitantes estaba a salvo.

Él tenía conocimientos sobre quién la custodiaba ahora y sabía que tenía como rehén a su hermana Sansa. Su corazón volvió a latir con facilidad y notable ritmo al caer en la cuenta de que su hermana seguía con vida.

El Sueño de Jon NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora