Tyrion

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Ya no había ruido, las calles del poblado estaban completamente arrasadas por el fuego de dragón, el viento helado se alejaba sin demora hacia el sur, el suelo era de color rojo a causa del baño de sangre que había ocurrido ahí el día anterior, pocos escaparon con vida, la mayoría de mujeres y niños perdieron la vida, y ahí ,en ese poblado, no había en el suelo... ni un solo cadáver.

Fuertes eran las olas que chocaban contra el barco de la Madre de Dragones, en su interior Tyrion subía las escaleras hacia la proa para comprobar el estado de ánimo de su reina.

-My Reina- Le dijo mirando hacia abajo y con aspecto triste.- Deberíais bajar a vuestros aposentos, pronto caerá la noche de nuevo y nevará.

-No le temo al Invierno- Contestó ella sin ni si quiera girarse a mirarlo.

Hubo un silencio longevo hasta que Daenerys se dignó a girarse y dedicarle una sonrisa forzada.

-El frío nunca ha sido un aliado de la casa Targaryen...- Le dijo para hacerla entrar en razón- el fuego... no mata a un dragón ...es cierto, lo se yo y lo sabe todo tu ejército. Pero mi reina dejadme recordaros que el hielo si.

-El legado de mi casa lo llevo en mi interior, es la llama que nunca se apagará dentro de mi, es por eso por lo que no le temo al Invierno.- Contestó Dany mirando hacia el cielo casi oscuro.

-Está bien- se apresuró a decir Tyrion- Siempre he sabido que no le temerías al fuerte Invierno, una vez te enfrentaras a él , al fin y al cabo, es solo una estación más...que mata a gente dejándolos helados, destruye cosechas y devora con sus enfermedades a los más débiles... - se colocó delante de ella y la miró a los ojos- pero yo sé la verdad, y sé que Daenerys de la Tormenta no es alguien débil.

-Gracias por tus halagos- se puso seria – No me queda duda de que elegí bien a mi Mano- sonrió- pero hay un inconveniente... yo no os elegí para que me brindarais con halagos, para eso servís a vuestra hermana. Que seguro que le gusta escuchar cosas hermosas. – se acercó a Tyrion.-¿a qué viene este discurso?

-Bien, pues... - miró los copos de nieve que caían sobre la plateada melena de su reina mientras pensaba que decir- Viene a que sé que podéis enfrentaros a el Invierno... pero me preocupa algo más... su gran aliado.

-El Rey de la Noche.

Daenerys apartó la mirada de Tyrion y la dirigió hacia las escaleras haciéndole entender que quería estar sola. Tyrion agachó la cabeza y la obedeció, no sin antes apretarle la mano para hacerle entender que siempre iba a estar a su lado

El Sueño de Jon NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora