El Sueño de Jon Nieve

El silencio

-¡Jon!- Le llamó Jorah- Tienes que mantenerte con vida ¿entiendes?

Jon asintió nervioso y observó durante un instante el portón completamente abierto.

A unos cuantos pasos de la puerta, la llama que le había guiado todo su camino apareció de nuevo, pero esta vez la voz no estaba serena, la calma ya no reinaba en el lugar, se movía intensamente y la luz de su fuego parpadeaba sin descanso, Jorah le seguía hablando, pero el muchacho estaba en un trance.

Él escuchaba la voz de antes pero ahora esta le gritaba, le pedía que abandonara el lugar, los gritos eran como chirridos agudos de una puerta antigua al abrirse o como un lobo aullando a la tenue luz de la luna.

-¿¡A DÓNDE IRÉ!?- Gritó para que se le escuchara, pues las voces de los aldeanos no cesaban y una borrasca helada ocupaba el silencio que se escuchaba fuera del poblado. Estaban cerca, él podía sentirlo.

La llama le había estado librando de una muerte horrible pero al ver que el muchacho no le obedeció se desvaneció dejando cenizas.

Con sus ojos puestos en la extensión de árboles congelados, se colocó en posición de lucha. Su instinto no le dejaba huir, se había criado con los Stark. La casa más noble de Poniente y la más leal. Pero en el fondo sabía que no podría enfrentarse a lo que estaba por venir.

La niebla se acercaba al portón, se dejó caer sobre ellos, el gélido viento acarició sus oídos, ahora el silencio, parecía ser el protagonista.