Capitulo 11.

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Me levanto de la cama espantado, cogiendo la almohada de un tirón, usándola para golpear a Derek con fuerza, haciendo que se despierte sobresaltado.

-¿Se puede saber qué haces?- me pregunta aún algo adormilado.

-¿Que haces tu en mi cama... y desnudo?- pregunto en tono cabreado, mirando por primera vez hacia abajo.

Él solo sonríe sin contestar, pero no hace falta, ya que el recuerdo de una conversación con Malia me da la respuesta.

"-Estaba asustada, y huí al pueblo de al lado, ocultándome en forma de coyote durante no se cuantos años.

-Forma de coyote?-Digo mirándola de forma extraña. Ya la había visto transformada, pero no entera.

-Sí, la transformación completa es común en mi familia".

-¿Cómo te atreves a volver a entrar a mi casa y sin permiso?- le grito enfadado.

-Técnicamente si que me diste permiso, de hecho parecías bastante cómodo con mi presencia.- Me recuerda con chulería.

-Vístete y vete.- Digo girándome para evitar seguir viéndole cierta parte de su anatomía.

-¿Por qué? No me molesta estar desnudo, y a juzgar por el aroma que desprendes; a ti tampoco.

Tiemblo al escuchar los muelles de la cama, dándome a entender que se ha levantado y se acerca sigilosamente a mí. Tan cerca que puedo sentir su respiración en mi nuca y mi pulso se acelera, quiero pensar que es por miedo.

-Scott me dijo que no quieres ir a los entrenamientos porque estaré yo.- Habla tras de mi, susurrando.

-No sé porque te sorprendes, ya te dije que no quería volver a verte.-Digo con el tono más frío que puedo, intentando que la voz no me tiemble.

-No me importa, pero me preocupas tu. No sé lo que Malia te habrá enseñado en este tiempo, pero no lo ha hecho bien si no has sabido diferenciar mi olor cuando estaba transformado. Necesitas entrenar, y eres lo suficientemente inteligente para saber que soy el único que puede ayudarte.

-No quiero tu ayuda. Vístete y vete.- Mi tono tajante hace que se separe de mi, escucho como abre las puertas de mi armario y comienza a vestirse. Escucho en completo silencio todo el recorrido por mi habitación hasta la puerta, sale, pero antes de cerrar se gira para decir unas últimas palabras.

-La manada entrena en media hora. Si cambias de opinión sabrás donde encontrarnos.

Vuelvo a respirar con normalidad cuando escucho cerrarse la puerta y me giro para cerciorarme de que realmente se ha ido. No está; y realmente no sé si eso me alivia o me molesta. Me siento en la cama algo extrañado, hay algo que falta. Miro detalladamente y tardo en darme cuenta; la caja de encima de mi armario no está.

-Hijo de puta.- Exclamo al caer en la cuenta de que se la ha llevado Derek. Me levanto de la cama de un salto y bajo hacia la salida de la casa montándome en mi Jeep lo más rápido posible. Se a donde ir, la antigua mansión de los Hale, Malia me enseñó donde estaba y no me resulta difícil reconocer el camino. Al llegar aparco de mala manera  y bajo del coche bajo la atenta mirada de toda la manada.

-Stiles.- Dice Scott acercandose.- Quería disculparme por lo de esta mañana...

-No.- Le interrumpo.- Tu solo te preocupas por mi y yo... bueno; supongo que esta situación me sobrepasa.

-Igualmente no tendría que haberte insistido con lo de Derek.

-Hablando de Derek. ¿Donde está?

-¿Vas a hablar con él?- Pregunta extrañado.

-No, voy a matarlo.- Digo como si nada caminando con decisión hacia la mansión.

-¿Qué?.- Exclama Scott entre asustado y extrañado siguiéndome.

Abro la puerta de la casa encontrándome la entrada, hay unas escaleras que dan a la planta de arriba, la gran mayoría de los muebles son nuevos, pero están destrozados, como si los hubieran roto a golpes. Oigo unas voces procedentes de la puerta de la izquierda y las sigo, entrando al salón donde esta Derek hablando con una chica morena.

-Devuélvemela.- Exijo evitando que se me note la molestia de ver a Derek tan cerca de ella.

-No sé de que me hablas.

-No hagas como si nada. Dámela.- Digo comenzando a cabrearme, lo suficiente para notar como mis ojos arden mostrando su amarillo ámbar.

-Me dijiste que no querías volver a verme. Y como yo salgo en todas las fotos y vídeos de esa caja, pensé que te estaba haciendo un favor.- Dice acercándose.- Pero si la quieres de vuelta, te las devolveré.

-¿Dónde está?- Pregunto mirando alrededor buscándola.

-No tan rápido. Te las iré devólviendo poco a poco. Hagamos un trato: a cada día que vengas a los entrenamientos, te devolveré una parte.

-Eso es un chantaje.

-Tómatelo como un incentivo.- Dice sonriendo.- ¿Empezamos?

Él se gira saliendo del salón y caminando hacia la puerta de atrás, y a pesar de que cada parte de mi ser racional me pide que no lo siga, lo hago.

-¿Quién es ella?- Pregunto una vez que salimos.

-¿Celoso?- Pregunta con chulería aun sin darse la vuelta.

-Más bien curioso.- Miento, y él lo sabe.

-Es Cora, mi hermana. ¿Malia no te habló de ella?- Pregunta mirándome con el ceño fruncido.

-No; pero si me habló de tí.

-¿De mí? ¿Qué te dijo?- Me mira con sincera curiosidad.

-Que eres como una viuda negra. Todas tu parejas han terminado muertas, Paige, Kate,... y yo.-Digo fríamente.

-Yo te veo bastante vivo.- Responde algo sarcástico, pero noto que le ha molestado que se lo recuerde.

-Dejemos el tema, cuanto antes empecemos a entrenar antes acabaremos.- Digo y Derek asiente.

-De acuerdo, empezaremos perfeccionando tu oído.

-Oh, por favor. Soy un hombre lobo, tengo 4 veces mejor oído que un humano promedio.- Digo con arrogancia.

-Está bien, vamos a comprobarlo.- Saca una venda anudándola a la altura de mis ojos, privándome de este sentido.- Yo me escondo, y tu intentaras pillarme. Es como jugar al ratón y al gato, y según recuerdo, eso te encantaba.- Habla bajando el tono de voz, muy cerca de mi oído, poniéndome la piel de gallina.- Empecemos. 

Se separa de mí, y empieza a correr, no sabría decir por donde, me tambaleo varias veces y me caigo otras muchas cuando me abalanzo intentando alcanzarlo, pero nunca lo consigo.

-¿Creías que te lo iba a poner fácil?- dice riéndose a mi izquierda, pero cuando intento atraparle ya no está.- Incluso cuando eras humano lo hacías mejor que ahora.- Se burla consiguiendo cabrearme. Me abalanzo a la derecha, consiguiendo atraparle pero se escapa del agarre fácilmente.

-Eh, eso no vale. Te he atrapado.- Digo molesto.

-En la vida real no vale con eso.- Dice frente a mi, empujándome contra un árbol. Me quita la venda de los ojos, y cuando me acostumbro de nuevo a la luz puedo verle, muy cerca de mi rostro.- Esto no es un juego, debes dejar a tu oponente desprotegido...- Comienza a acercarse cada vez más, hasta que su rostro se encuentra a apenas a unos milímetros del mío, sintiendo su aliento.-... y completamente a tu merced...- Coge mis manos y tira de ellas hasta colocarlas por encima de mi cabeza; dejándome inmovilizado.-... es entonces cuando atacas.- Baja su rostro hasta mi cuello, arañando en esa zona con sus dientes.

-Para.-Gimo, le empujo y él no opone resistencia. Salgo corriendo de allí, sin mirar atrás, a través del bosque, hasta que mis pulmones no pueden más y caigo de rodillas al suelo, apoyando mis manos en este, viendo como salen mis garras. Me he transformado sin darme cuenta, es la primera vez que pierdo el control de esta manera. ¿Qué me está pasando?

Y Tu Te Fuiste (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora