Me giro sobre la cama con exasperación por vigesimocuarta vez en la última media hora, y es que es imposible conciliar el sueño cuando una camisa de fuerza, a la que la gente suele llamar pijama, se enreda con tesón alrededor de las sábanas haciendo que estas me aten con fuerza, apresándome en una jaula hecha de tela.
Desesperado, comienzo a patalear, deshaciéndome de la odiosa sábana; y, levantándome de la cama, me quito el pijama liberándome por fin de esa tortura.
-Te dije que no podrías dormir con eso.- Murmura Derek desde su cama, sobresaltándome, ya que pensaba que llevaba dormido horas.
-Cállate.- Le reprocho algo molesto por el hecho de que tenga razón.
Y me quedo observándole, está de espaldas a mí, medio desnudo, cubriéndose sólo hasta la cintura con la fina sábana blanca del hostal, por lo que puedo ver con claridad el tatuaje que tiene entre los omoplatos, quedándome embobado al verlo moverse al hipnótico ritmo de su respiración.
-¿Vas a seguir mirándome toda la noche?- Pregunta en tono bajo.
-No te estaba mirando.- Miento intentando usar mi mejor tono de sinceridad.
-¿Y por qué se te está acelerando el ritmo cardiaco?- Dice contra la almohada, y yo me pongo aún más nervioso al verme descubierto.
-Porque me he golpeado el meñique del pie contra la pata de la cama.- Digo como excusa barata.- Voy a por agua.- Aviso, sin tener motivos para hacerlo, simplemente quiero salir de ahí.
Salgo de la habitación sin preocuparme de ir a medio vestir, en dirección a las máquinas expendedoras. Cierro los ojos dejándome caer de espalda sobre esta, sintiendo el frío cristal contra mi piel, lo que se agradece teniendo en cuenta las altas temperaturas.
-¿Una mala noche?- Pregunta la voz de Scott a mi izquierda, asustándome al no haberle oído llegar.
-Algo así.- Abro los ojos, reincorporándome.- Ha sido incómodo.
-Si quieres, puedes venirte a mi habitación. Isaac puede irse con Derek.- Dice en tono comprensivo.
-No, no te preocupes. De todas formas, ya solo quedan unas horas para que amanezca.- Murmuro señalando el reloj de la pared frente a la recepción.
-Está bien, como quieras.- Responde, dándose la vuelta en dirección a su habitación.
-Casi nos besamos.- Suelto, sin saber muy bien por qué, sólo necesito hablarlo con alguien, ya que son demasiadas emociones juntas para procesarlas uno sólo.
-Bueno, no es la primera vez que intenta besarte.- Me recuerda, volviéndose de nuevo hacia mí, y mirándome detalladamente esperando una respuesta.
-Sí, pero... esta vez fue él quien se apartó.- Reconozco, viendo como sus cejas se alzan con asombro.
-Vale... eso es nuevo.- Exclama sin intentar esconder su perplejidad.- Y ¿Qué es lo que te ha molestado? ¿Qué él se haya apartado o que el que no se apartó fuiste tú?- Pregunta con verdadero interés, frunciendo el ceño.
-No lo sé.- Digo sinceramente.- Creo que ambas. Algo más que él se haya apartado.
-Ya te avisé de que no podrías engañarte por mucho tiempo. No puedes actuar como "su amigo" por mucho más.- Me recuerda, mirándome impasible.- Vamos a contrarreloj, rumbo a una muerte casi segura.
-Gracias, Scott. Tu optimismo me abruma.- Respondo de forma sarcástica.
-Solo digo, que no merece la pena que pierdas el tiempo, porque no tienes tiempo. Ve a tu habitación y dile de una vez como te sientes de verdad; sin pararte a pensar en lo que podría pasar mañana, por qué tal vez no haya mañana.- Dice de forma seria.
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Y Tu Te Fuiste (Sterek)
Fiksi PenggemarSegunda temporada de "Y Llegó Ella (Sterek)" Se recomienda a nuevos lectores leer la primera parte que podréis encontrar en mi perfil. Y a los que ya hayáis leído la primera temporada, gracias por haber llegado hasta aquí y vuestra paciencia.