Capítulo 18.

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Me encuentro tumbado en la cama sobre mi espalda, manteniendo los brazos en alto mirando con detenimiento la pequeña alianza, haciéndola girar entre mis dedos una y otra vez. Ese ha sido mi único entretenimiento en la última semana.

El ambiente entre la manada se ha tornado algo turbio, y ya todos lo han notado, pero nadie se atreve a preguntar. Derek no habla con nadie, solo con Braeden, no se separa de ella ni un segundo, lo que dificulta bastante acercarme a él, y preguntarle por qué tiro el anillo, que le sucede... necesito respuestas.

-Ey.- Saluda Lydia entrando a la habitación.

Porque sí, ahora comparto habitación con ella, debido a la insistencia de Braeden en dormir con Derek... Bueno... dormir, no creo que duerman mucho, ya que, a juzgar por el aspecto demacrado de Derek en los últimos días, parece que no descansa desde hace una semana.

-¿Había alguien?- Le pregunto con interés reincorporándome con pereza.

-No.- Dice negando con la cabeza.- La habitación se encuentra vacía. Sólo están las maletas.

Resoplo con irritación, aunque realmente me esperaba esa respuesta. Hace días que descubrimos que Derek y Braeden salen a hurtadillas del motel y desaparecen toda la noche. No sabemos por qué, ni a donde van.

-Oye no te preocupes, seguro que tiene una explicación.- Intenta animarme Lydia, sentándose a mi lado en la cama.- Podrían estar investigando algo sobre las cenizas de Erictho.

-¿Ellos solos? No, no creo. Además, ¿Por qué tiró el anillo?- Recuerdo, volviendo a meter el anillo en su caja, depositándolo sobre la mesita de noche.

-Ni idea.- Responde.- Será mejor que durmamos, mañana será otro día. Y con suerte llegaremos a Salem antes de la hora de almorzar.

La noche pasa lenta, y soy incapaz de dejar la mente en blanco, así que me paso horas dando vueltas en la cama, evitando pensar en Derek, pero me es imposible no hacerlo, estoy preocupado. Finalmente, a pesar del desasosiego, consigo dormirme.

Pero la angustia me persigue en sueños.

Me encuentro en el bosque, es de noche y apenas se ve, ya que la poca luz de la luna es tapada por las copas de los arboles más altos. Comienzo a caminar sin saber bien hacia donde, mis pies andan solos, como si ya tuvieran una dirección asignada.

No sé cuanto llevo andando, pero el camino es largo. El bosque está completamente en silencio, ni si quiera se escucha el crujir de las hojas a mi paso, por lo que me sobresalto en gran medida al escuchar un grito agónico a unos metros de distancia.

Corro, agudizando el oído para orientarme, acercándome cada vez más al destino, pero me paro en seco cuando el olor a sangre fresca me inunda. Es casi insoportable. Sea quien sea se está desangrando.

Me vuelvo a poner en marcha, con el corazón a mil por hora, buscando desesperado a la persona herida, con un mal presentimiento que me comprime el corazón.

No tardo mucho, apenas unos minutos más, hasta que veo un bulto oscuro en el suelo, a poca distancia de mí. Sigo avanzando a paso acelerado, y casi me derrumbo cuando veo quien es.

Derek se encuentra tumbado boca arriba sobre el suelo arenoso, agonizando. Su cuerpo está cubierto de sangre por completo, que brota a través de profundas heridas en pecho y brazos. Corro hacia él, pero por más que corro no llego, no puedo seguir avanzando.

Caigo de rodillas al suelo, llorando ante la impotencia de no poder hacer nada. Grito su nombre, desesperado, haciéndome daño en la garganta a cada palabra, pero es como si no pudiera escucharme.

Y Tu Te Fuiste (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora