No puedo creer que no vuelva a ver ni sentir su alegría y cariño. Que al despertar no estará ahí para mí con sus ocurrencias y comentarios audaces.
—Estamos para dar inicio la lectura del testamento del señor Andrade –anuncia el señor Fernández abogado de mi padre sacándome de mis pensamientos–. La última voluntad del señor Andrade fue; repartir todos sus bienes en sus tres hijos. Primer benefactor Andrés Andrade, hereda lo que le corresponde de la fortuna, más su empresa. Segunda benefactora Gabriela Andrade, hereda lo que le corresponde de la fortuna, más su empresa. Y por último Isabel Andrade, su parte de la fortuna, su empresa y el mando absoluto del resto de las empresas Andrade.
—¿¡Qué, eso no puede ser!? –Exclama mi madre muy furiosa interrumpiendo la lectura del testamento.
El abogado mira a mi madre fríamente.
—No he terminado todavía señora Andrade, cuando lo haga puede opinar –le exclama el señor Fernández callando a mi madre, y él prosigue–. Señorita Andrade su padre me pidió entregarle esta carta, ahí le explicara todo al respeto de esta decisión. Y por último esta casa se la deja a la señora Andrade, es todo. –Concluye el abogado colocándose de pie.
—Espere, ¿eso es todo? –Mi madre le pregunta.
—Sí, señora Andrade eso fue lo que decidió el señor Andrade.
—Eso no puede ser, le dedique mi vida a ese hombre, para que solamente me deje esta casa, tiene que haber un gran error.
El abogado y mis hermanos miran a mi madre con sorpresa al escuchar lo que está diciendo (en realidad a mí no me sorprende en lo absoluto, no sé cómo mi padre se pudo enamorar de esta mujer, que dice llamarse su esposa, y nuestra madre).
—¡Madre por Dios! Respeta la última voluntad de nuestro padre. –Le pido en tono serio al escucharla.
—Cállate Isabel, porque tú saliste muy bien beneficiada de todo esto –mis ojos se agrandan con sorpresa al escucharla–. La que debería de ser dueña absoluta del restante de esas empresas soy yo que soy la esposa.
—Por alguna razón no te las dejo, ¿no crees madre? –Le pregunto.
Ella se acerca y yo me levanto para enfrentarla.
—¿Qué quieres decir con eso? Piensas que desee la muerte de tu padre. –Me pregunta.
—Lo has dicho tú, no yo –su mirada se oscurece con enojo–. Porque si nos preguntas a cada uno de los que estamos aquí lo que opinamos, estaremos de acuerdo que más te interesa el testamento que la muerte de tu esposo...
No he terminado cuando me suelta una bofetada que me hace girar el rostro y sacudir la mejilla de dolor.
—Respeta que soy tu madre, estoy tan abrumada como lo están ustedes.
La miro con la mano en mi mejilla y con desprecio absoluto, al escuchar esa gran mentira.
—Pues compórtate como se debe, ya que no lo aparentas –termino de retirar la silla y me dirijo a la salida del despacho de mi madre–. Señor Fernández lo estaré llamando, gracias. –Sentencio al retirarme por completo..
.
Estando en mi habitación no puedo creer todo esto, mejor dicho no sé si esto es lo que quiero para mí. Lágrimas caen y no puedo parar de llorar.
¿Por qué padre, me dejaste todo esto? Solo no podías darme lo que me correspondía, tenías que irte por todo lo alto.
La puerta se abre y Mark entra.
—Isabel fuiste muy grosera con tu madre, no puedo creerlo. –Exclama el muy serio al entrar en la habitación.
Mark es aparte de ser "Mi novio" digamos que era mi mejor amigo, digo el "Digamos" porque desde que empezamos a salir como novios, ha cambiado demasiado. Y todo tiene que ver con esa amistad que tiene con mi madre. Limpio las lágrimas derramadas y lo miro muy seriamente.
—Veo que ya te lo dijo, te voy a agradecer que en esto no interfieras. –Le digo levantándome de la cama.
Él me detiene tomando del brazo con gesto enojado.
—No me hables así Isabel, y si interfiero es por la amistad que ahí entre tu madre y yo.
Y esto es de lo que ya estoy cansada, tantas peleas entre él y yo, desacuerdo, conflictos y todo tiene que ver es; que pensamos que nos amábamos, cuando en realidad nos hicimos pareja para complacer a otros. Y cree que es mejor terminar con todo esto.
—Demasiada amistad ahí entre ustedes dos, ¿no crees? –él se sorprende por mi pregunta, pero lo trata de ocultar y yo continúo–. Mark es mejor que todo esto termine aquí y ahora. –Le digo soltándome del agarre
—¿A qué te refieres? –Pregunta.
—Aclaremos esto, tú y yo no fusionamos como pareja, creo que fue un error haber dejado de ser amigos para complacer a otros.
Su rostro se endurece tanto, que empiezo a sentir un poco de miedo, pero no se lo hago ver.
—No funcionamos como pareja porque tú no te has entregado a mí –Mark se empieza a acerca a mí y doy un paso atrás–. Pero ahora mismo te lo voy a demostrar.
Asegura él tomándome de los hombros y arrojándome en la cama.
Caigo y Mark se cierne sobre mí, comienza a besarme el cuello, mientras me arranca la camisa.
— ¡Mark detente!... No me obligues, suéltame. –Exclamo entre gritos.
Empiezo a empujar y él toma mis manos y las coloca por encima de mi cabeza.
—Ésta es la única manera en que entiendas que si funcionamos como pareja. –Dice besándome los labios con fuerza.
Lágrimas de miedo y enojo caen de mis ojos.
No puede ser que él vaya a obligarme, no quiero que esto sea así, y con toda la fuerza que me queda levantó mi rodilla y le doy en la entrepierna.
—¡Ayyyyyyyyy!. –Grita Mark por el golpe, haciéndose a un lado.
Aprovecho esa oportunidad, me levanto de la cama y salgo de la habitación. Bajo las escaleras acomodándome la blusa, en dirección al jardín...Habiendo transcurrido más de siete horas, no puedo creer que Mark me allá querido forzar a estar con él, creo que tenía pensado forzarme para probar su punto, del cual estaba equivocado en lo absoluto. Pero esto me aclara lo que tenía días pensando, Mark no es el hombre con quien deseó estar y esto que hizo le costara muy caro.
¿Qué piensas hacer? Comenta mi voz interior.
Ya lo veras.
Salgo del jardín y me dirijo a mi habitación para enfrentarme con Mark. Al entrar en la habitación no lo encuentro, la cama está revuelta por lo sucedido, y siento un escalofrío recorrerme el cuerpo, al pensar sí hubiera cumplido su cometido. Salgo de la habitación y lo buscó, en la cocina, sala, comedor, patio trasero, cuartos restantes, pero nada.
Me dirijo al único lugar que me falta, el despacho de mi madre y si no está ahí es porque se ha ido. Al llegar voy a abrir cuando oigo voces.
—Cómo que ¿Isabel quiere terminar contigo? –Le pregunta mi madre.
Sé muy bien que es ella, esa voz la reconozco a kilómetros de distancia.
—Así como lo oyes, ella quiere terminar todo. Y lo peor es que intente hacerla mía a la fuerza. –Exclama Mark en tono preocupado.
—Esa estupidez dañara todos los planes, así que resuélvelo.
¿Planes?... Que están tramando estos dos.
—¡Ya ese plan no funcionará! Ella quiere terminar conmigo, no me estás oyendo. –Le suelta Mark entre gritos.
—Seguiremos con el plan, convéncela de que deben estar justos, te casaras con ella, y repentinamente morirá en un accidente –me tapo la boca, para detener el grito de sorpresa al escuchar eso–. Y tú te quedaras con todo, luego me lo sedes a mí y seré la dueña de todo lo que es mío por derecho ¿te ha quedado claro?
¡¡Ohhh por Dios no lo puedo creer!!
Ahora entiendo todo, ellos siempre lo había planeado. Necesito salir de aquí ya, salgo corriendo escalera arriba y entro en la habitación en búsqueda de algunas cosas, reúno lo que necesito y salgo en dirección al aeropuerto. Está decidido me iré del país ya después veo el resto, pero no pienso quedarme aquí y ver como ellos acaban conmigo sólo por un estúpido poder que me ha cedido mi padre.
¿Estás segura de todo esto?
Es la única manera, porque si no me van a matar….
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Destino ¿Te atreverías a creer en él?
RomanceSinopsis La música es el más grande sueño para Isabel Banner, una mujer hermosa y brillante que, huyendo de su familia y de su pasado, decide comenzar de nuevo la historia de su vida mudándose con su tío Ben. Desde aquel trágico día que marcó su vid...