Destino ¿Te atreverías a creer en él?

Capítulo 17

Me encuentro en un club esperando a Andrea, la llame y le pregunte que si quería salir a tomar algo, y no le pareció mala la idea. Bueno acepto después de convencerla de que estaría bien salir, ya que mi tío Ben le informo que no podría salir, y todo ese misterioso asunto que se niega a contarme.

—Hola Isa. –Oigo decir Andrea.

Haciéndome salir de mis pensamientos, y hacerme saber que ya está aquí.

—Gracias por venir, ¿pido lo de siempre? –Pregunto, al verla tomar asiento a mi lado.
—Si, lo de siempre. –Responde.

Busco al barman que me ha preguntado más de cinco veces, que deseo  tomar desde que tome asiento en la barra. Le hago una señal para que se acerque.

—Veo que ya decidiste que pedirás. –Comenta, con cierta diversión.
—Si, que sean dos margaritas. –Le pido.

Él me guiña el ojo y se retira.

Tal vez haciendo que Andrea beba un poco, pueda conseguir que me diga algo.

—El lugar está en su mejor momento. –Me hace ver Andrea.

Al ver como el club esta abarrotado de personas, mientras suena “Justin Bieber Somebody To Love”  Prácticamente las personas rozan unas con las otras. Es uno de los mejores club, sencillo pero increíble. Gran salón al entrar, barra en el centro, un pequeño escenario en una esquina para el que se atreva a cantar karaoke, y una gran DJ  a la derecha.

—Estoy de acuerdo, está en su mejor momento. –Le doy la razón.
—Aquí están sus bebidas preciosas. –Nos comunica el barman.
—Gracias. –Decimos al unánime Andrea y yo.
—Un placer. –Nos hacer ver a retirarse.

Un hombre no tan guapo, se queda viendo a Andrea al pasar por su lado., pero ella ni siquiera le hace caso. y logro entender al hombre, Andrea es una mujer muy hermosas, trae puesto un vestido rojo ceñido al cuerpo, más arriba de las rodilla, unas sandalias en negro, y unos accesorios muy hermosos.

Yo por otra parte traigo un vestido en negro ceñido al cuerpo, más arriba de las rodillas, con un pronunciado escote en V dejando ver un poco mis pechos, cabello suelto y unas sandalias plateadas. Quiero que cuando Nicholas me vea, se arrepienta de haberme dejado así de excitada, dos veces este día.

Y ya quiero divertirme con su reacción…

Después de un buen rato, y de unas cuantas margaritas, Andrea y yo seguimos en el club hablando de todo un poco. Pero por más que trato, no he podido sacarle nada de lo que mi tío Ben y Nicholas me están ocultando.

De repente mi iPhone comienza a sonar, y hablando del rey de romas, ya debió darse cuenta, que no estoy en su apartamento.
Dejo que la llamada se desvíe al buzón, con una sonrisa triunfal.

—¿Quién es? –Pregunta Andrea.
—No es nadie. –Respondo quitándole importancia.

Ella me mira confundida, pero lo deja pasar.

—¿Y dónde te estás quedando? –Pregunta.

Su pregunta me toma por sorpresa.

—Es una larga historia Andrea. –Respondo  tratando de evadir esa pregunta.

Mi iPhone, suena con un aviso de mensaje.

Nicholas: ¿Dónde estás?
Isabel: Adivina, adivinador.

—Hagamos algo, yo te digo donde me estoy quedando, y tú me dices que está ocurriendo. –Propongo.
—Isa no me pongas en aprietos. –Pide.
—Pensé que eras mi amiga. –Exclamo un poco molesta.