Capítulo Trece - El Baño de los Prefectos

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13. El Baño de los Prefectos.

Los grifos se accionaron en cuanto los chicos pusieron un pie dentro. Unos instantes después, el olor de diferentes perfumes se mezclaron y llenaron el lugar. No era un olor desagradable ni fuerte, de hecho se estaba muy a gusto e incluso relajaba. La pequeña piscina que había dentro se llenó en cuestión de segundos y se formaron burbujas por toda su superficie.

  —¿Cómo narices conoces este baño? —preguntó Draco, sorprendido—. ¡Es de prefectos!

Harry se encogió de hombros.

  —Cedric me dijo el año pasado dónde se encontraba, y a Ron se le escapa de vez en cuando la contraseña, así que no me ha sido muy difícil sumar dos y dos.

 Draco sacudió la cabeza.

  —Te lo tienes bien montado para ni siquiera ser prefecto —se dirigió a uno de los estantes y cogió un par de toallas —. ¿Qué, vas a quedarte ahí plantado todo el rato?

Harry entrecerró los ojos.

—Pues claro que no, bobo.

Se acercó al borde y observó cómo Draco se quitaba la túnica y la apartaba a un lado. Este se dio cuenta de que no se movía y le miró.

  —¿Tú te bañas vestido?

—No, es que... —Draco alzó las cejas y una sonrisa burlona apareció en su rostro—. Espero que se enfríe un poco el agua, sólo eso.

  —No seas ridículo.

El rubio se descalzó, se quitó los calcetines y los metió dentro de los zapatos. Después, se llevó las manos al borde de la camisa y con gestos ágiles y confiados se la quitó de un movimiento, dejando al descubierto su trabajado torso. La dobló cuidadosamente y la puso en el suelo. Se quitó el pantalón, quedándose en ropa interior. Volvió a mirar al pelinegro cansinamente y, al ver que seguía igual, se acercó a él.

  —Yo también quiero un poco de espectáculo —le murmuró al oído, haciendo que Harry sintiera que su pecho iba a explotar. Draco le despojó de su túnica y le desató la corbata roja y amarilla—. Para ser de Griffindor tienes muy pocas agallas.

Harry tragó saliva con dificultad. Aunque la distancia le abrumaba, se obligó a quitarse la camisa. La dejó a un lado y la mirada de Draco le observó, y vio cómo se humedecía los labios, asintiendo con la cabeza.

—Así mejor —dijo, y se volvió a acercar al borde.

Harry se apartó y se giró para no incomodarle y comenzó a desabrochar los cordones de sus zapatos. Se los quitó, junto a los calcetines y los pantalones, quedándose en calzoncillos, y los posicionó al lado de la camisa. Se giró y vio que Draco ya estaba metido en el agua, con espuma a su alrededor y con el cabello mojado y alborotado. 

—¿De verdad vas a meterte así? —preguntó alzando las cejas al ver que Harry se había vuelto a acercar al borde sin hacer ademán de quitarse nada. 

—No te pongas a darme la charla, Draco —replicó Harry metiéndose en el agua tibia, saltándose el escalón—. No hay tanta confianza entre nosotros.

El rubio sonrió burlonamente.

  —No me refería a tu ropa interior, sino a tus gafas.  

Harry bufó, se quitó las gafas y hundió la cabeza, cerrando los ojos y dejando que el agua caliente relajara todo su cuerpo. Salió a la superficie dando una bocanada y se alborotó el cabello.

  —Cómo me gusta este sitio —suspiró, mordiéndose el labio inferior y dejando que el agua cubriera hasta su barbilla.

Escuchó un chapoteo a su derecha y en pocos instantes la mano de Draco le empujó la frente, hundiendo su cabeza en el agua. Harry, sorprendido, tragó agua y salió a la superficie tosiendo y dando torpes bocanadas de aire. Logró llegar hasta el borde y sujetarse para calmarse.

A Por Él || Drarry || TERMINADA y EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora