Capítulo Dieciséis - El Final

31.7K 3K 1.6K
                                    

16. El Final.

No le encontró hasta que estuvo en el expreso de Hogwarts. Estaban tan cerca de separarse que un terror súbito invadió a Draco y le hizo paralizarse por unos momentos. Había estado buscando el momento adecuado para ir a su compartimento sin dificultades, pero ningún Weasley parecía querer irse de allí, y a Draco no le hacía mucha gracia plantarse allí con todos ellos juntos. Sin embargo, como tampoco le quedaba ninguna mejor opción, se tragó su orgullo y se acercó cauteloso al compartimento, muerto de miedo.

Abrió la puerta y, cuando les vio a todos en grupo, supo que nada iba a poder ir bien. Sólo le dio tiempo a ver cómo Harry levantaba la vista cansinamente, triste y cabizbajo, con la túnica mal abrochada, cómo Ron Weasley se giraba a mirarle rápidamente, cómo Hermione fruncía el entrecejo cuando le vio, y cómo los demás le enviaban una mirada gélida, previendo sus acciones, malinterpretándole.

Cuatro personas se levantaron al mismo tiempo y vio cómo cuatro varitas le apuntaban directamente a la cara. Después de unos destellos de todos los colores, la oscuridad le consumió sin ni siquiera darle tiempo a explicarse.

(---)

  —¿No vas a comer nada? —le preguntó su padre al ver cómo Draco revolvía la comida en el plato con desgana.

—No tengo hambre.

—Pues hasta que no dejes el plato vacío, no te levantas de la mesa.

Cerró los ojos un par de segundos y luego los abrió. Se llevó la cuchara a la boca. Vio de reojo cómo su madre se revolvía incómoda en el asiento, obviamente sabiendo que algo le pasaba a su hijo, y cómo su padre le miraba amenazadoramente, como si temiera que el rubio le replicara.

 —Algún topo le chivó a Potter que todo era una trampa —comentó Lucius mirando a su hijo inquisidoramente. Este no hizo ademán de levantar la mirada—. El Señor Tenebroso no ha conseguido la profecía y, por algún motivo, me culpa a mí.

Draco siguió sin decir nada.

  —Sólo hay una forma para que  su perdón recaiga sobre nosotros y poder quitarnos de su lista negra.

  —Si me vas a decir que tengo que hacerme mortífago, ahórrate las palabras, porque no pienso serlo —dijo Draco sosteniendo la mirada a su padre.

—¿Perdón?

—No creo que matar a Potter sea lo más conveniente en estos momentos, estando bajo el ala protectora de Dumbledore y teniendo a sus amigos. Son astutos, y él es buen mago. Debería dejar de intentar matarle y dejar de creerse esa estúpida profecía.

Su padre se quedó de piedra ante esas palabras. 

  —¿Acaso estás insinuando...?

—Sinceramente, no creo que creerse lo que le dijo Snape sea lo más sensato. ¿Habría oído bien la profecía? ¿Cómo sabe que no se equivoca? Tampoco es seguro que se cumpla la profecía, pues muchas de ellas no lo hacen. Así que creo que Voldemort debería dejar en paz a Potter. 

Su padre abrió y cerró la boca repetidamente y vio cómo su madre palidecía, con los músculos del cuello totalmente contraídos.

  —Si no te conociera, cualquiera diría que te estás pasando al otro bando —dijo su padre con un destello de inquietud en su voz.

Draco sonrió.

  —Pero tú me conoces y sabes que eso no es verdad.

—¿Te ha hecho algo Potter? ¿Y esa sangre sucia? ¿Te han dado algo...?

A Por Él || Drarry || TERMINADA y EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora