Capítulo cinco.

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No podía creer que estaba haciendo esto.

Había aceptado hablar con él, pero no sabia porque, no es como si tuviera alguien más con quien hablar, ella estaba sola, y en parte era eso lo que le afectaba.

Sale de su casa y busca a Ethan con la mirada por los alrededores.

-¿Ethan?- Pregunta suavemente.

Un movimiento en la sombra llama su atención, de allí sale Ethan, haciendo que ella de un pequeño respingo.

-Joder, me has asustado.- Susurra llevándose una mano al pecho.

-¿Quieres hablar?

-Claro.- Suspira y se sienta en el suelo en posición de indio.- Pues todo ha sido muy difícil últimamente.- Comienza a narrar con la mirada fija en el suelo.- Mi padre realmente sólo vive conmigo porque es obligado por la ley, no me quiere y jamás lo hizo, siempre me recuerda que soy un error en su vida, el peor de todos.- Susurra voz se quiebra.- Estoy sola, no tengo a nadie y supongo que pensar en eso me hizo explotar.- Se encoje de hombros.

Ethan se sienta a su lado, mirándola con atención y curiosidad.

-¿Y tú mamá?- Pregunta sin apartar la vista de ella.

-Ella...- Toma aire intentando no quebrarse antes de terminar su frase.- Ella esta enferma.- Susurra simplemente bajando la mirada para que él no pudiera verla llorar.

Ethan se quedó en silencio unos minutos, pero cuando oyó los pequeños y débiles sollozos de ella, sin pensarlo dos veces, se acercó y la abrazó, porque sabía que era lo que ella necesitaba en ese momento. No hablaban, sólo estaban abrazados, pero no un abrazo cualquiera, era de esos abrazos que confortan, que reparan, esos abrazos que son capaces de hacerte sentir mejor con sólo durar un segundo, ese abrazo que si te lo da la persona indicada, puede ser lo único que necesites para que todo mejore.

Pasaron así unos cuantos minutos, hasta que Alex pudo por fin calmar su llanto, entonces se apartaron uno del otro.

-Ethan.- Susurra suavemente.

-¿Si?

-Gracias.

-¿Por qué?- Pregunta confundido.

-Por escucharme.

-De nada supongo.- Dice y ambos se levantan. Alex se voltea dispuesta a irse, pero él la toma del brazo y hace que voltee a verlo.- Oye.

-¿Si?- Pregunta mirándolo a los ojos.

-Nadie puede enterarse de esto, si alguien se entera que estuve contigo, mi reputación se irá al caño.

Alex rueda los ojos y se safa su agarre.

-Eres un idiota.- Escupe antes de entrar a su casa, dejando atrás a un confundido y desorientado Ethan.

Luego de mirar la puerta como por veinte minutos, decide irse a su casa. Al entrar vuelve a subir a su habitación y se encuentra a sí mismo mirando por la ventana hacia la habitación de aquella chica, viéndola sentada en su escritorio, con sus cuadernos sobre este. Al darse cuenta de lo que estaba haciendo, se aparta rápidamente de la ventana y se sienta en su cama.

¿Qué me pasa? 

Sacude su cabeza para alejar todo tipo de pensamientos extraños y se levanta de su cama, acercándose a la ventana. Le hace señas a Alex para que ella se acerque también.

-¿Qué fue todo eso de allá abajo?- Pregunta una vez que ella abre su ventana.

-Nada.

- Vamos Alex.- Rueda los ojos mirándola.

-Es que estoy un poco sensible aún, creo.

-De acuerdo.- Dice no muy convencido.- Oh y una cosa más.

-¿Si?

-Nadie puede enterarse de esto, ¿de acuerdo? Eso de allá abajo jamás pasó. - Aclara mirándola fijamente.

-Y luego preguntas porque digo que eres un idiota.- Rueda sus ojos y cierra su ventana.

Él observa estas acciones y sólo puede pensar en una cosa

¿Y ahora qué hice?

In a Heartbeat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora