2.

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Su enfermedad para su suerte no podía ir a peor, ya que era de los que se podían curar gracias a pillarlo a tiempo, pero eso no quería decir que, ha sus 19 años sufrir algo como eso le doliera. Era propenso, lo sabía, pues su madre difunta y las hermanas de esta habían sufrido del mismo cáncer, pero tenía miedo.

Dejó caer su mochila a la cama sin cuidado alguno, no le importaba lo que tenía dentro, ya que estas eran pura ropa. Había quedado con YoungBin al día siguiente, pero claro, en ningún momento se sentía preparado para estar delante de él, sonriéndole como si no le doliera.

Pero igualmente lo haría, haría de ese día su último día que tuviera aquellos sentimientos por él, ¿porqué? Simple, solo quería que fuera feliz con quien amara, con la persona que le mereciera, y si este ya lo había encontrado cuando el no estaba, estaba feliz, por que su sonrisa sería grande.

Limpió con cuidado aquella fotografía a carrete que le hizo sonreír, era amante de la fotografía, si, y cuando el mayor le regaló aquella cámara a carrete a pesar de ser antigua le había encantado. Cerró los ojos cuando las lágrimas habían bajado por sus mejillas, ¡él nunca lloraba! Entonces, ¿porqué le dolía tanto al punto de que lo estaba haciendo?

—Pequeño idiota, ¿te sientes mal? ¿Te duele algo?— Negó hipeando ante las palabras de SangHyuk, cerró sus ojos fuertemente cuando el chico colocó su cabeza en el pecho del mayor.

Sus manos temblaban como todo su cuerpo, se sentía impotente en todo momento, a pesar de tener a su hermano y su padre junto a él, le faltaba algo, le faltaba aquel sentimiento de amor que sentía antes, para poder quitarse el de rechazo. Tener el corazón roto era demasiado poco para lo que él estaba sintiendo.

Sabía que nunca nadie lo miraría de aquella forma donde, con anterioridad, YoungBin lo hacia, donde se sentía protegido de todo lo que podía suceder, y lucha por eso. No, no quería y no dejaría que nadie más lo mirara así.

El amor duele, y sobre todo si este era tu primer amor.

—¿Puedes decirle a papá que venga?— Susurró contra el pecho de su hermano, quien limpiaba rápidamente sus lágrimas antes de que su hermano lo viera llorando. No le gustaba ver a aquel pequeño así de destrozado, él era el mayor, pero a pesar de eso, le dolía no poder sacarle una sonrisa.

[...]

Los únicos tres hombres y dueños de la casa se encontraban en el sillón, el menor de los tres, JuHo, suspiró rascando su pelo, no sabía exactamente que podía decir, se sentía intranquilo a lo que tal vez ellos dijeran que no, pero, después de todo, ya no es como si tuviera nada que perder.

—Papá, Hyukkie...pasado mañana, ¿podemos marcharnos a Busan? No quiero estar más tiempo aquí, hasta dentro de unos años, quiero tener mi mente tranquila. Si todo empeora podemos volver, pero mientras tanto, por favor.— Golpeó sus palmas mientras hacía una leve reverencia.

—Está bien, nos marcharemos a Busan, mañana verás a YoungBin, ¿no? Sé que te duele todo esto, lo haremos.— Besó con delicadeza su frente, SangHyuk estaba de acuerdo, después de todo tampoco es como si tuviera amigos como para echarlos de menos.

—Gracias.— Se abrazó fuertemente a ellos dos tirándose encima, ChanYeol sonrió acariciando su pelo, mientras su hermano también se tiraba a él.

Sentía el amor fraternal de ambos, se sentía a gusto, pero a pesar de todo eso necesitaba tranquilizarse, que alguien lo volviera a amar como a lo mejor hacía antiguamente YoungBin, por que ha decir verdad, no sabía exactamente si es que antes lo amaba o no. Cerró los ojos por un momento intentando no soltar de nuevo más lágrimas de las que ya tenía acumuladas, parecía estúpido.

Oh bueno, según él, era un puto estúpido.

—Haz las maletas, según vengas nos marcharemos a la casa de Busan, volveremos a ver a Min Ki.— Sonrió alegre, había hablado por móvil a su mejor amigo, y sin duda alguna aquella podía ser la mejor noticia que podía tener.

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💍Mi única fantasía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora