4.

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1 año después.

Un hermoso prado estaba justo frente a sus ojos, su sonrisa se hizo mucho más pequeña cuando sintió una fuerte presión en su pecho. No entendía, el por de ese dolor, de esa presión que cada vez crecía más y más a medida que la oscuridad se replanteaba en el hermoso lugar. No supo que hacer, pero dejó caer aquel vaso de vino.

Dejándolo sin gota ninguna.

Cerró sus ojos en un intento de que tal vez la noche lo consumiera, pero lo único que encontró fue una extraña figura dándole una sonrisa, no sabía quién era, pero un extraño escalofrío recorrió su espina dorsal.

Abrió levemente sus ojos rascando ambos mientras el único ojo que tenía abierto gracias a recién se había levantado miró a todos lados, ya se había acostumbrado a dormir aquel cuarto que desde hacía  ya casi diez años que no dormía ahí.

—Buenos días~— Sintió un beso en su nuca que lo hizo estremecer y mirar hacia arriba cuando estaba en pleno pasillo, allí se encontró a SeokWoo con una enorme sonrisa a la vez que rodeaba su cintura.

—Buenos días Seok.— No sonrió, pero sus ojos brillaron al ver a su otro mejor amigo allí, delante suya y con una gran sonrisa de oreja a oreja.

Caminó junto con aquel hombre alto detrás suya hablando de cosas sin sentido, iban camino de una pequeña pero acogedora cafetería que se encontraba no muy lejos de su casa, y la cual era muy agusto para desayunar.

—Neh JuHo, no volverás a irte...¿verdad? No quiero que te vuelvas a ir.— Susurró acariciando el pelo rojo del mayor por meses, quien suspiró haciendo un mohín mientras elevaba sus hombros. No sabía exactamente que podía decir, no quería volver a mentir a su amigo.

No otra vez.

—No lo sé, Seok, yo...no sé si tendré que volver o no. Perdón.— Agarró las mangas de la camiseta mientras bajaba su cabeza intentando no mostrar ninguna emoción.

—Está bien.— Sonrió con lágrimas en los ojos, JuHo solo asintió mientras entraban por la puerta de madera con tranquilidad, se sentía agusto con esa persona, pero sentía que aquel pequeño vacío en su corazón se agrandaba todavía más.

[…]

Sus veinte años eran presentes, y tal vez por eso decía que ahora mismo estuviera pasando la crisis de los veinte, a pesar de que fuera mentira. Últimamente había tenido pequeños ataques de ansiedad donde por momentos su respiración se aceleraba, cosa que le ponía nervioso y hacía que hiperventilara mucho más rápido de lo que ya hacía.

Dejó caer su cuerpo contra la cama, cerró sus ojos fuertemente a pesar de que lo único que estaba en su mente era la sonrisa de YoungBin, sus ojos siendo medias lunas como una pequeña sonrisa también.

Agarró con fuerza su libreta mientras dejaba salir con una gran fluidez aquella letra de canción que estaba haciendo desde haber llegado allí, hablando sobre el desamor, engaño, traición, mentira y el como cambiar al menos un poco.

—JuHo, ¿te sientes mejor?— Asintió a las palabras de SangHyuk sin prestarle mucha atención cuando se había sentado a su lado, no estaba mejor, a cada día se sentía mucho peor que antes.

Su corazón estaba arrugado cual bola de papel, aquella pequeña bola de papel que dentro ponía en japonés ‘desamor’ por que si, aquel idioma para él mostraba amor, carisma y sencillez en palabras humildes. Tal vez por eso escribía de vez en cuando palabras en japonés que dejaban mostrar aquel amor en el papel.

—Mucho mejor, solo me sentía agobiado, creo que el hecho de haber llegado aquí a sido la mejor opción.— Sonrió levemente por primera vez, aquella sonrisa verdadera que solo enseñaba a su padre, a DaWon, MinKi y su amigo Seok.

—Me alegra.— Besó la mejilla de su hermano menor acariciando su mejilla con cuidado como si se fuera romper, como si en cualquier momento aquella piel de porcelana podía romperse en mil pedazos, como si de una muñeca se tratara.

Una muñeca que necesitaba la protección de alguien.

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💍Mi única fantasía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora