DÍA 6

3.6K 268 59
                                    

La noche anterior no habíamos logrado encender una fogata porque toda la leña de los alrededores estaba húmeda. Intentamos de todas las formas posibles iniciar el fuego, pero todas fueron un fracaso. En la mañana, cuando me desperté, fui a hacer mis necesidades tras un arbusto y para mi sorpresa encontré algo alarmante. Había dos enorme huellas. Las brutales garras estaban perfectamente marcadas en la tierra húmeda. Un oso. Por suerte no era una huella fresca, pero, por desgracia estábamos en terreno de osos.

Vi a Wells salir de su tienda a lo lejos. A lo que moví mi mano para llamarlo. Cuando el joven se acercó le mostré en silencio la enorme marca que yacía en el frío suelo.

— ¿Es de un oso? — Preguntó el castaño.

— Tú lo has dicho.

— Mierda. — Me miró preocupado. Entonces se agachó para ver la marca con mayor claridad.

— Supongo que se acercaron anoche porque no encendimos la fogata.

— Tienes razón ¡Mierda! — Volvió a decir. — ¿Qué pasará con Blake y Ally? Hay osos en la zona. ¡OSOS! ¡Oh Dios mío! — Vi como la cara del joven claramente se estaba descomponiendo a causa de la preocupación.

— ¡Viene Lauren! — Dije asustada. Entonces con mis botas empecé a deshacer las huellas. Tratada de ocultarle la verdad a mi novia. No la quería preocupar más de lo que ya estaba. — Ni una palabra de esto Wells.

— Buenos días. — Dijo Lauren cuando estuvo cerca de nosotros.

— Buenos días Lolo. — Le contesté con una sonrisa nerviosa.

— Hola Lauren.

— ¿Qué están haciendo? — Nos miró Lauren con curiosidad.

— Estamos buscando piedras para señalizar el camino. — Dije rápidamente.

— ¿Puedo ayudar? — Preguntó la hermosa joven.

— Claro. — Contestó Wells más pálido que de costumbre.

— ¿Estas bien? — Volvió a preguntar mi novia.

— Sí. — Contestó el castaño oscuro. — Supongo que es el hambre.

Entonces detallé a Wells, el joven policía tenía unas enormes ojeras oscuras bajo sus ojos cafés claros. Su barba castaña empezaba a poblar su blanco rostro y su cabello se notaba algo sucio.

Después de unas horas, decidimos continuar con nuestro camino. No sin antes llenar nuestras cantimploras con abundante agua. También bebimos hasta más no poder porque, lo cierto era que, no sabíamos dónde estaría la próxima fuente hídrica. En medio de los frondosos árboles caminábamos sin hablar.

— ¿Wells es tu nombre? — Habló mi novia rompiendo con el silencio del bosque.

— No. Wells es mi apellido. — Contestó el joven. — Me llamo Luke Wells.

Días atrás, cuando la aventura había empezado, Blake nos había presentado a Wells pero nunca mencionó que ese era su apellido.

— ¿Cómo prefieres que te digan? — Fui yo quien preguntó.

— Luke es más personal. — Dijo aún caminando a nuestro lado. — En la policía me llaman Wells porque es costumbre que te llamen por tu apellido, pero es como si le hablaran a alguien más. No sé si tienes sentido.

— Creo que entendemos. — Hablé en nombre de Lauren y de mi. — ¿Y desde hace cuánto tiempo eres policía?

— Seis años. — Contestó Luke.

Perdidas | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora