Para el onceavo día nuestras reservas de comida estaban llegando casi al límite. Lo único positivo era que teníamos agua fresca a escasos metros de distancia. La noche anterior, antes de irnos a dormir, hicimos un inventario de la poca comida que teníamos. En nuestra corta lista había: una lata de sardinas, 2 latas de atún, 4 barras energéticas, Un kilo de leche en polvo y 9 caramelos. Eso era todo lo que teníamos. Ese día, estábamos rezando por encontrar algo de comida a nuestro paso por la reserva. La noche anterior tratamos de pescar usando antorchas y piedras, pero fue un real fiasco. Al final, Luke se quedó dormido junto a la fogata y Lauren y yo nos fuimos a la cama con el estómago vacío.
Ese día empezamos a caminar desde muy temprano desconociendo la sorpresa que nos esperaba. Lauren estaba empezando a cojear debido a las terribles ampollas en las plantas de sus pies; lo mismo le pasaba a Luke Wells. Yo por mi parte estaba bien. Lauren también tenía ampollas en su espalda causadas por el pesado morral que llevaba a cuestas gran parte del día. Aunque no lo decían en voz alta, los chicos empezaban a desanimarse.
Ese día caminábamos siguiendo el riachuelo entre la acumulación de enormes árboles. El frío nos abrazaba a cada paso, era agradable y aterrador a la vez. Era como si a cada paso el ambiente se tornara más y más gélido. En ese punto no lo sabíamos, pero nos estábamos adentrando peligrosamente al bosque.
— ¿Karla, qué es lo más loco que has hecho? — Luke me preguntó sin detenerse. Los tres caminábamos juntos. Estábamos atentos y nos cuidábamos la espalda.
— Un día noqueé a un tipo con un taco de billar. — Dije sin separar la mirada del terreno.
— Eres el diablo. — Dijo Luke causándome una enorme sonrisa. — Y tú Lauren, ¿Qué es lo más loco que has hecho?
— Un día robe una novela de una feria de libros. —Dijo la joven sonrojándose por su confesión.
— ¿Tú qué? — Miré atónita a mi novia.
— Dinah me retó y yo acepté. — Dijo la joven con vergüenza.
— Deberían llamarte la ladrona de libros. — Le dije a mi novia haciendo referencia a ese libro que tanto le gustaba. Recuerdo que ella prácticamente me obligó a leerlo.
— ¿Y tú Luke? — Lauren le preguntó al joven policía.
— Venir a acampar con ustedes. —Dijo el joven burlándose.
— Muy buena respuesta señor Wells. — Le dije.
Después de un buen rato caminando, vi a lo lejos algo fuera de lo común en el bosque. Un pequeño bulto de algo tan blanco como la cal estaba al pie de un árbol. Me alejé un poco del riachuelo para ver de qué se trataba. Enorme sorpresa me llevé. Era una pila de huesos. Tomé una vara para pincharlos sin necesidad de tocarlos. Todos eran grandes y alargados.
— El animal al que le pertenecían debió ser enorme. — Dije sorprendida.
— No era de ningún animal. — Dijo Luke. — Son huesos humanos.
En ese momento miré estupefacta al joven rezando internamente para que fuera una mala broma, pero el chico lucía tan serio que no había lugar de jugarretas ahí.
— ¿Cómo lo sabes? — Dijo Lauren quien hasta ese momento no había notado su presencia a mi lado.
— Llevo bastante tiempo siendo policía como para reconocer huesos humanos.
— ¿Crees que sean de...— Trató de decir Lauren.
— No. Estos llevan años aquí. — Luke tomó uno de las alargadas piezas en sus manos. — Han estado mucho tiempo a la intemperie.
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Perdidas | Camren
FanfictionUno de mis pasatiempos favoritos cuando era adolescente era tomar mi mochila e irme a explotar la enorme reserva natural que esta cerca de la cuidad. Tenía cierta fascinación por atravesar, y soportar desiertos y nieve. Caminar entre la acumulación...