Prisionera del alma

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Capitulo dos: Una propuesta indirecta.

-Bienvenidos a mi dulce, dulce hogar, queridos amigos, esta es mi mujer victoria Stonger y mi hijo de cuatro años William Stonger.

Luego de diversos saludos, presentaciones y charlas, los adultos se fueron a una sala y nos dejaron a nosotros tres.

-Bien, si tu no hablaras, hablare yo, ¿Qué te pareció la fiesta de ayer?, ¿Fue de tu agrado?- le dije con un tono dulce, mientras sostenida al niño en mis brazos, quien estaba a punto de caer dormido, por alguna razón sentía que podía hablar con normalidad con él.

-Fue algo interesante, pero debo admitir que bastante aburrida al comienzo.

-Jkajkajka, lo sé , cuando era pequeña me aburría bastante, pero siempre debía mantener la postura frente a las personas, así que aunque estuviera cansada debía verme agraciada y elegante- al decir aquello me di cuenta de lo que había dicho y pedí disculpas.

- De que te disculpas, ¿De decir la verdad?, deberías disculparte si hicieras algo malo, pero que yo sepa no lo has hecho, y por alguna razón siento que es la primera vez en años que dices la verdad respecto a tus sentimientos, me gusta que sea así conmigo, así que no temas en hablar con la verdad frente a mí.

-Gracias, seguiré tu consejo de ahora en adelante- al decir eso sonreí por primera vez desde el corazón, luego de eso el volvió a ser el mismo temible chico de siempre.

-Bueno, ¿Qué tal si vamos a dejar a mi hermano a su habitación?

-Claro, no te preocupes, yo lo llevo, pero necesito que me guíes allí.

-Claro, no hay problemas, y gracias por cierto.

Lo recosté en su cama, le acomode el pelo de su cara, lo tape y le bese en la frente.

-Vas a ser una buena madre en el futuro.

-¿Tú crees?, bueno la verdad es que me gustan los niños, solo espero no ser una madre muy consentidora y también tener el tiempo para cuidar bien de él.

-No te preocupes, que estaré yo para ayudarte a criarlos.

Me sorprendí mucho al oirá eso, le mire sorprendida, pero el miraba hacia fuera.

-iré a ver si nuestros padres necesitan algo.

-Sí, ve, yo me quedare aquí si no te importa.

-Bien, voy entonces.

Luego de un rato el no volvió y cuando lo hizo fue para avisarme que mi padre ya quería irse a casa, luego de eso nos despedimos y mi padre y yo nos fuimos.

-Bien, ¿Cómo va tu relación con el pretendiente?

-No se preocupe mi señor, que lo tengo comiendo de mi palma, está donde nosotros lo queríamos.

-Que aburrido creí que te costaría más con él, al parecer no hay nadie lo suficientemente bueno para retarte.

-El no necesita retarme, si puede poseerme, ¿no?

-Supongo que tienes toda la razón, querida hija.

Él se comportó muy distinto a comparación con sus acciones en la fiesta, aunque debo admitir que incluso mis acciones fueron distintas, tal vez los dos somos unos reprimidos, ya que pienso yo, que los dos actuamos de forma cercana y más tratable, como si nos conociéramos de toda la vida, yo sabía que no debía dejarme llevar, ya que si lo hacía significaría mi derrota.

Al otro día mi padre invito a venir a la familia Stonger a tomar él te, por alguna razón me sentía incomoda con la presencia de Sr. Tomas, ya que una vez que llegaron nos volvieron a dejar a los menores de edad en una sala y a los adultos en otra, a veces me pregunto de que hablaran los adultos, conociendo a mi padre de negocios seguramente. Me quede demasiado sumida en mis pensamientos, cuando Sr. Tomas comenzó a hablarme.

-Escuche de mi padre que trabajarías en nuestra empresa como mi socia o ¿Me equivoco?

-No, no se equivoca Sr. Tomas, como nuestros padres son amigos y necesito comenzar a ganar experiencia para poder comenzar a dirigir  mi propia empresa a la perfección, y mi padre considera que debería hacerlo en un lugar en que nadie me conociera, ya que en la empresa de mi padre somos todos una gran familia, y es mejor no trabajar con familia.

-Pero yo te conozco y mi padre también, ¿Acaso ya no somos una familia?- me miraba con el ceño fruncido y una mirada aterradora, y con un tono algo rudo.

-Sí, pero en su empresa no conozco a nadie a parte de ustedes dos, en cambio en la empresa de mi padre conozco a cada uno de sus empleados, sin excepción, pero si usted no desea tenerme allí, puedo ganar experiencia en otro lugar- mientras decía todo esto el me miraba con atención.

-Bueno supongo que tienes razón, además no me gustaría que te fueras a otro lado donde no conozcas a absolutamente a nadie, donde todos sean desconocidos, por tu comodidad prefiero que te quedes en nuestra empresa- lo dijo con un tono dulce y derrotado.

-Lo lamento, no quería hacerte sentir incomodo, siento que hice algo mal, en serio lo lamento Sr. Tomas.

-Tranquila no hiciste nada mal, lamente haber sido tan rudo contigo y podría por favor dejar de llamarme Sr. Tomas cada vez que me necesites, por favor llámame solamente Tomas y yo te llamare Liz ¿De acuerdo?

-Como desee Sr. Tom….., lo siento, quiero decir como usted desee tomas.

-Mejor, pero aún falta algo.

De repente su rostro se ilumina como si tuviera una idea, se levanta se acerca al toca disco y comienza a sonar un bellísimo vals.

-¿Bailamos mi querida Liz?

-Sería un honor.

Hicimos una reverencia y comenzamos a bailar, al principio de forma muy lenta, y de apoco el vals comenzó a acelerar el paso. Hasta un punto en que terminamos bailando a toda velocidad, no pudimos evitar reírnos, y cuando el vals estaba a punto de terminar, el me tiro hacia tras, quedamos así por un buen rato, contemplándonos el rostro del uno al otro, luego me levanto y ambos nos dimos una reverencia y volvimos a nuestros asientos, luego de un rato el comenzó a hablarme.

-Bailas bastante bien, de hecho casi como una profesional del vals, mantuviste muy buena tu coordinación, a pesar que aumento el ritmo, te felicito.

-Así que era una prueba ¿Eh?

-En parte si y en parte no, la diversión fue real para mí y ¿Para ti?

-Creo que debería ir a ver si nuestros padres necesitan algo- me levanté, y al Salir de la sala, podía sentir clavada su mirada en mi espalda.

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