Capitulo siete: ¿Amigos inseparables?
Por varios días Will no fue a trabajar, Tomas me dijo que Will se encontraba enfermo, yo estaba bastante preocupada, pero trataba de no demostrárselo demasiado a Tomas, no quería que se volviese a enojar conmigo, pero Tomas de alguna forma pudo sentir mi preocupación, así que me ofreció a ir a visitar a Will, después de todo él es su amigo también, así que fuimos a visitarle. Allí nos recibieron los padres de Will, y una de las sirvientas nos guio hasta su habitación, allí estaba recostado Will, yo me acerque a él, pero Tomas se quedó parado enfrente de su cama.
-¿Cómo estas will?
-Podría estar mejor, pero si logro que me vengas a ver, estoy mejor que nunca-al decir aquello Tomas se acercó y me tomo del hombro, lo que hizo sorprender a Will.
-Que bueno que estés bien querido amigo, espero que pronto puedas venir a trabajar, y respecto a lo de la otra vez, espero que me perdones, no era uno de mis mejores días, olvida todo lo que te dije ¿Bien?
-Claro, después de todo somos mejores amigos ¿No?- aquello lo dijo con un tono sarcástico y una sonrisa falsa.
-Liz, ¿Puedes dejarnos solos un momento?
-Claro, entonces me retiro, recupérate pronto Will, te estaremos esperando en la empresa. Tomas, te esperare en el carruaje.
-Bien, espérame allí Liz.
- ¿De qué quieres hablar Will?
-Quiero hablar sobre Liz, tú sabes que estoy enamorado de ella ¿No?, planeó pedirle matrimonio a Liz cuando sea el momento apropiado, y me gustaría recibir tu bendición.
-Tú también sabes lo yo que siento por Liz, y aun así ¿Te atreves a pedirme mi bendición?
-Lo sé, pero si tu no me lo dices no puedo darlo por hecho.
-No te permitiré casarte con ella, Liz será mi mujer, y tú no puedes impedirlo, y nadie podrá.
-Tú no deberías tratar a Liz como si fuera un objeto, debes tomar en cuenta sus sentimientos.
-Lo mismo va para ti Will.
-Bueno ya se me hace tarde, recuerda que Liz espera por mí en el carruaje, cuídate querido amigo, ya me voy.
Al día siguiente, cuando llegue al trabajo, me di cuenta de que Will y Tomas ya habían llegado y se encontraban trabajando.
-Disculpa por la tardanza.
-No te preocupes Liz, llegas a tiempo, solo que Will y yo llegamos antes, toma asiento y comienza con tus labores.
-Claro, como usted desee mi señor- me acerque a Will, le di los buenos días, pero él me miro y luego bajo la vista, parecía algo deprimiendo al verme.
-Will, tú sabes que puedes contarme cualquier cosa que te moleste ¿No?, por favor no te reprimas, y cuéntame si algo te está molestando, yo no te reprochare nada.
-Yo sé que puedo contar contigo para cualquier cosa, esa es una de las cosas que me gustan de ti- me sonrió de forma muy dulce y tierna.
-Si no recuerdo mal, yo les pago por trabajar, no para coquetear en frente de mí, por favor no sean tan descarados.
-No le digas descarada a Liz.
-Tú no eres quien para decirme que hacer y que no, recuerda que soy tu jefe.
-Soy tú amigo y tú socio, y eso es suficiente.
-As cambiado Will, no eres la misma persona de la cual me hice amigo y acepte en mi familia, ¿De verdad seguimos siendo amigos Will?
-Ya no lo sé Tomas, tu dime.
-Al perecer no, ya no podemos seguir fingiendo que seguimos siendo amigos, ya es suficiente, aunque me duele perderte Will, tú fuiste mi mejor amigo.
-Lo era Porque nunca me opuse a nada de lo que me dijeras, pero ya no más, no planeo seguirte más el juego.
-Haz lo que quieras Will- en ese momento Tomas se fue de la oficina, yo no sabía que hacer o decir, ya que me había perdido de algo, me pregunto qué fue lo que paso, pero tengo el presentimiento de que es mi culpa, algo en mi interior se sentía podrido.
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Prisionera del alma
RandomEsta historia trata de Liz, una chica de una familia aristocrática, la cual no tuvo una infancia, digamos encantadora, aunque no le faltaba nada material, le hacia falta el amor de sus padres, el cual remplazara por el cariño de un joven cuando meno...