Harry, y la pesadilla de Auradon《HarryHook》

|05. Planes|

Harry había creado su plan perfecto. Tomaría la nave de su padre, aquella que estaba abandonada y en las ruinas, casi siendo parte de un lúgubre paisaje. Haría lo posible por arreglarla y con algún hechizo, poder salir de la isla.

Claro, Harry se llevaría a Gil y Adara, ¿y a donde irían?, bueno, es muy predecible.

Escaparía a Nunca Jamas.

Tenia su perfecto plan, y lo primero que debía hacer era lograr ser el nuevo villano mas temido de la isla, para tomar el control de cada uno de los presos, poder obtener todo lo que quisiera con facilidad y sin obstáculos. Gracias a la desaparición de Uma, sería sencillo. Harry caminaba por la isla, mostrando autoridad y causando temor en todo aquel que se interpusiera en su camino. Llegó a la zona de comercio, y pasando entre puesto y puesto, robaba lo primero que estuviera a su alcance, así hasta llegar a la tienda de brujerías de El doctor Facilier.

Obviamente, el Doctor Facilier no logró sobrevivir a su encierro como paga a los espíritus, pero esta tienda estaba a cargo de su hijo, Pharrel Facilier. Este chico era de los descendientes de mayor edad en la isla, y pasaba algo desapercibido. Siempre deseó tener el poder que su padre llego a tener, sin embargo, Pharrel era un simple mortal con anhelos de poder. Harry entro a aquel local oscuro y casi en las ruinas, al entrar sonó aquella pequeña campana sobre la puerta. El lugar olía a hierbas extrañas, polvo y algunas cosas que no lograba ubicar. El piso de madera crujía con cada paso, los estantes tenían frascos con ojos, cabezas de animales disecados, había muñecos voodoo colgados, y hasta el final de la habitación, el mostrador, y sobre el estaba la delgada figura de Pharrel durmiendo. Harry clavo fuertemente su garfio sobre el mostrador, provocando un ruido que exaltó a Pharrel, haciéndolo despertar.

-Ooh, Harry Hook, pero que sorpresa. -dijo Pharrel reincorporandose-. Creí que no te volvería a ver, puesto que ya no haces todo por Uma.

Harry apretó sus dientes y vio fulminante al moreno, quien sonreía burlón con sus dientes tan extraños, filosos, algunos faltantes y otros de oro. Sus enormes ojos saltones resultaban incómodos de mirar, puesto que Pharrel casi no parpadeaba, su rizado cabello oscuro estaba bajo un sombrero negro con un lazo púrpura.

-¿Por que no mejor haces lo único que sabes hacer que es imitar a tu padre y atenderme de una maldita vez?. -dijo Harry separando su garfio del mostrador.
-¡Ja ja!, vaya que esta de mal humor nuestro apuesto. -hizo énfasis en la palabra apuesto-. Pirata de agua dulce.

Y al decir aquello, Harry en un rápido movimiento puso la punta de su garfio en la garganta de Pharrel.

-Quiero polvo de hadas. -dijo Harry a centímetros de Pharrel.
-Mmmh, es tu día de suerte. -Harry soltó a Pharrel, quien enseguida busco en los estantes un muy pequeño frasco dorado.
-¿Como se que no es falso?. -dijo Harry observando el frasco.

Pharrel sonrió, y abrió el frasco, tomando una pizca y saltándola sobre un lápiz que había sobre el mostrador, el cual comenzó a flotar. Harry iba a arrebatar el frasco, pero Pharrel lo detuvo.

-Ah ah. -dijo Pharrel negando con la cabeza-. Esto, mi querido Hook, tiene un precio.
-¿Y cual es?. -dijo Harry fastidiado.
-Mmmh, digamos que, llevo cierto tiempo observándote, y se que planeas algo. -habló Pharrel provocando una risa en Harry-. Te hablo en serio, piratita... Se que sabes donde esta algo que yo busco.
-¿Algún tesoro?, todos son mitos. -dijo Harry quien de nuevo trato de obtener el frasco.
-Mmmh, no, no es un tesoro... Es Tártaro.

°

En Tártaro, Hades se preparaba para el mejor de sus planes, viendo a través de su esfera de neblina, como su plan marchaba a la perfección, y para finalizarlo, necesitaba un pequeño empujón.