Cat ⇒ Jeon JungKook.

19

Hoy era uno de esos días en los cuales a JungKook no le importaba nada.

No le importaba que el tiempo siguiera pasando, no le importaba su apariencia, ni que tenga que regresar a la universidad.

Los momentos que ha pasado con YoungMi, nunca los cambiaria.

Mucho menos esos momentos en los que un silencio absoluto, para nada incomodo se creaba entre ellos.

Esos momentos mágicos en los que no puedes dejar de contemplar a la persona que más quieres.

Después de abrir los ojos, para JungKook, no había nada más hermoso que contemplar que no fuera YoungMi, su mundo dio un giro inesperado después de conocerla, después de hacerla su novia, ella era su mundo.

Nada importaba mientras ella permaneciera a su lado.

Y eso era algo que lo reconfortaba, sabía que nunca lo dejaría solo.

Tranquilidad era lo que sentía en estos momentos, mientras él estaba sentado en su cama, ella en su regazo, abrazándola por la cintura para sentirla aún más cerca.

YoungMi tomo su rostro con sus delicadas manos.

Jeon se sentía como en un sueño, uno del que nunca quería despertar.

Podria parecer muy cursi para algunas personas.

Pero eso era otra de las cosas que no le importaban a JungKook.

La tenía por fin como desde hace mucho tiempo la quería tener, entre sus brazos.

Suaves y delicadas caricias en su rostro lo sacaron de sus pensamientos.

— Eres tan...

Interrumpió sus propias palabras para besarlo.

— Tan hermoso, podría jurar que naciste con esta apariencia de gato.

Volvió a besarlo

Y justo en el momento en el que el contacto de sus labios terminara.

— Lo sé.

Inconscientemente de los labios de JungKook salen esas palabras.

YoungMi por su parte lo ve incrédula y lo empuja para que se aleje de ella, su espalda toco el colchón y así bajo de su regazo.

— Tú sí que sabes cómo arruinar un ambiente, ¿debería de aplaudirle a tu ego?

Con los brazos cruzados camina hacia la puerta.

— ¡Hey!, espera. 

La tomo en sus brazos una vez más y la recuesta en la cama para poder atacar sus labios.

— Solo estoy jugando hermosa, ya sabes como soy.

— Si lo sé, un completo idiota.

Rio ligeramente al ver el rostro ofendido del chico, al ver que un pequeño puchero se formó en sus labios, volvió a besarlo.

— Mi idiota obviamente.

— Sí, claro, ven acá.