Donde quedarán mis lágrimas,
Esas que salieron en el atardecer,
Si ya no te tengo conmigo o al menos así parece,
Si en tu cuarto escondes tu las lágrimas de los besos fúnebres de aquel abril,
Donde quedarán las ganas de escribir líneas de poemas en tus pieles extensas con algunas estrías,
Cuando vayas de desnudarte en tu habitación
Recuerda cada paso que di,
Cada paso que me llevaba hasta ti en la afán de tocarte,
Si mis manos se dieron gusto acariciando tu universo sideral,
¿Por qué no podría darse el gusto cualquier cosa que te toque?
Dichoso los centímetros de tela que forman la ropa interior de encaje que tanto me gustaba,
Dile a tu piel que me recuerde al rozar las sábanas que te cobijan en las noches frías,
Que tu piel sea carcomida por la ropa que te ponias cada vez que eras mía,
Provecho en la ducha y al agua que tiene la delicadeza de tocar tu cuerpo
Provecho a esas paredes que pueden ver tu cuerpo desnudo que una vez me perteneció,
Provecho a la tela de la toalla con que secas la humedad con la que destilas pureza,
Provecho a cada gramo de aire que puede ser parte de ti con tan solo suspirar a tu oido,
Si pudiera ser viento levantaría tus vestidos en la calle para que vieran la mujer perfecta que sos,
Dime mujer, donde quedarán las ganas de ser tatuaje en tu piel y pertenecernos en un beso,
Cuando todo se haya perdido recuerda,
Qué de mi tienes todo, aunque yo de ti,
No tenga ni la hora de vernos ni las ganas de verme.
