Un café en el expreso

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Era un día de esos soleados,
La luna aún estaba puesta en la mañana y el sol brillaba junto con ella,
El sonido de los vehículos se hacía notar como cualquier lunes por la mañana,
Y ella,
Iba allí en el fondo de aquel transporte colectivo,
En el último asiento junto a la ventana,
Ella,
La niña bella de Marsella con sus ojos cafés,
Con esa cara de niña inocente queriendo despertar curiosidad,
Ella iba allí,
Donde los asientos se sienten dichosos de su cuerpo,
Mi viaje era tardío,
Pero al verla solo quise seguir viajando,
Así como viajan mis penas al verla,
Ella,
Iba allí con su mirada susurrando una caricia,
Con su piel morena acariciando los rayos del sol,
El destino era corto y lo odiaba,
Odiaba el hecho de que,
Al bajar de aquí no volvería a verla hasta quien sabe cuando,
Ella,
Iba allí con su mirada hacia el exterior como disimulando el "mírame",
Cómo queriendome decir algo con sus ojos cafés,
Ella iba allí,
Sin decir nada,
Sin ver nada y observando,
"Callada y como ausente"
Sin que los hilos del viento tejieran incomodidad,
Ella,
Con su cabeza recostada al vidrio de la ventana,
Y sus pensamientos viajando al sur,
Su cabello medio atado,
Y sus párpados medio adormecidos,
Sus labios con un poco de sed,
Y yo a pocos metros de ella,
Estaba allí,
En el sin fin de mi pensamiento y las letras de un poema marchito que sucede de su lectura,
Iba allí,
Sin saber que le escribo un poema e imaginando que pienso en ella,
Iba allí,
Dandome un café expreso, bien cargado como el bus y tan rico como sus ojos cafés,
Ella,
Iba allí besayunando mis anhelos,
Sin síntomas de pensarme,
La niña bella de Marsella,
Y yo aqui,
Frente a ella con poca importancia,
Dándole sentido a nuestro viaje sin que ella se de cuenta,
Queriendo decir un "Hola" sin ser rechazado,
Explorando mis recuerdos y seduciendo su indiferencia,
Yo,
Iba aquí desde mi asiento que me susurraba "vete" pero con mis ojos en ella,
Iba aqui sentado frente a mi pasado,
Sin ánimos de nada mas con ganas de hablar,
De gritar en el espacio su nombre,
Con las carcomidas ganas de su piel tocando la mía,
Aprovechando los espacios entre la gente para conectar mi mirada con su rostro,
Pero...
Ella era así, como un café expreso,
Fuerte y pequeño,
De esos que solo se disfrutan en un momento,
Cómo lo hago yo con sus ojos cafés cada ves que de mi se aprovechan para enloquecer mis instintos,
Cómo lo hago cada vez que logró verla,
Cómo lo hago cada vez que se nos da el tomarnos sin su consentimiento,
Un café expreso.

M.L

café con versosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora