LEVI: ¿Cómo está mamá?
Tuve un pequeño resentimiento al ver el mensaje de mi hermano. Mamá estaba de maravilla, parecía que la ausencia de mi padre y mi hermano no le afectaba en ningún sentido y en casa, siempre se le escuchaba riéndo junto a mi tía Leyna. Ella no parecía preocuparse.
Por otro lado... yo tuve que dejarlo todo en la vieja casa, tuve que decir adiós a todo lo que conocía. A mis amigos, a mi familia, a mi hermano. Además tratar de adaptarse en un nuevo instituto a mitad de curso donde ya todos se conocen es difícil.
Sabía que Iris estaba comportándose linda conmigo desde el inicio y que gracias a eso no tendría por qué estar quejándome, pero no sentía que realmente fuera a llevarme bien con sus amigos. No entendería sus bromas privadas, no tendría experiencias para compartir, sencillamente sabía que no iba a encajar.
Cada día que pasaba tanteé la opción de tomar mis cosas y regresar a mi hogar. Donde había alguien que me quería. Sé que todo esto suena egoísta, pero, ¡Estaba asustada, quería ver a mi padre! Pero... desde que llegamos aquí, nadie tuvo la consideración por preguntarme cómo estaba yo.
GIO: Ella está bien, lo preguntas a diario.
LEVI: Bueno... me preocupa.
GIO: Ajá. ¿Qué tal la universidad?
LEVI: Parece un sueño, hermana. Es casi surrealista poder extenderme así.
Le sonreí a la pantalla. Lo admito, sentía un poco de envidia. Él sabía lo que amaba hacer, y estaba cumpliendo sus sueños.
GIO: Me alegra. Levi, estoy frente al instituto, debo irme.
LEVI: ¡Buen día!
Chasqueé la lengua guardando mi móvil dentro de la mochila. Ajusté las correas a mis hombros y caminé por la entrada del instituto hasta llegar a mi casillero. Ahí comencé a guardar las provisiones que traje del mini súper, entre éstas, galletas, barras energéticas y papas fritas.
—¡¿Cómo sabías que me encanta esta marca?! —exclamó alguien arrancando de mis manos uno de los paquetes de galletas.
Ámber. Sus amigas no estaban con ella esta vez.
—Dame eso, urraca —dije mientras continuaba con lo mío, tratando de restarle importancia—. No estoy de humor.
Ella se rió, pero lo que salió de sus labios parecía más un graznido. sí, así fue como se ganó su apodo.
—¡Já! Mírate, crees que tienes opción —se burló—. Para la próxima vez, trae tamabién fritura de maíz, gracias.
Cuando me di la vuelta, estaba alejándose. No permitiría que me robara, así que intenté tomarla por el hombro, pero "fallé" y jalé su cabello con bastante fuerza.
—¡Auch! —se quejó girándose para verme—. ¡Maldita!
Me empujó. Gracias a eso el paquete de galletas se cayó al suelo, pero lo olvidé por un segundo.
—¡¿Por qué no puedes dejarme en paz, urraca?! —gruñí, dándole una patada a las casillas detrás de mi.
Amber se sobresaltó con el sonido del golpe y se hechó para atrás. Fue entonces cuando la muy idiota se tropezó con sus propios pies y cayó al suelo.
—¡¿Qué hacen?! —exclamó la directora.
Y claro, ¿Qué más iba a pensar? Tenía frente a mi a Amber en el suelo y la mujer había escuchado el estruendo. Ella enfureció conmigo, para luego ordenarme que fuera a detención. Hice una mueca y me agaché para recoger las galletas, así tendría algo para distraerme.
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Love is not Over »Castiel CDM [Liars #2]
FanfictionLuego de haberse dañado a si mismo, Castiel se prometió no volver a hacer tratos sin sentido con una chica. Sin embargo, si lo hubiera cumplido no habría una historia que contar. Y tras la llegada de su exnovia al instituto, no pudo evitar idear un...