Los casilleros estaban helados. La tela delgada de mi blusa no ayudaba en nada para evitar que mi piel se pusiera de gallina. Aunque ese efecto, bien podría ser causa de que Castiel estaba acorralándome, con amabas manos a los lados de mi cuerpo.
Estaba... demasiado cerca de mi espacio personal, y yo no podía retroceder mucho más porque mi espalda ya estaba tocando las taquillas. Me había tomado por sorpresa, también.
Cuando me pidió ayuda, sin explicaciones ni nada, además de ese tono prepotente que utilizó para dirigirse a mí, como si por el simple hecho de hablar tuviera que obedecerle, no lo dudé.
Mi respuesta fue un audible NO.
Pero al parecer, eso no fue suficiente para él, porque al momento siguiente tomó mis brazos y me empujó con fuerza hacia los casilleros. Dejándome sin escapatoria.
—¿Crees que tienes opción? —preguntó con arrogancia—. Escuché lo que le decías a tu madre por teléfono; "No hables tan alto. Nadie debe saberlo"
Sorprendida de que usara mis propias palabras en contra, traté de empujarlo, pero estaba aplicando demasiada fuerza y no pude moverlo. Demonios, sabía lo que venía a continuación.
Su maldita sonrisa a centímetros de mi rostro me lo dijo.
—Házlo... o le contaré a todos tu secreto.
¿Cómo se atrevía a chantajearme con algo así? Estoy segura de que ni siquiera le importaba que el asunto por el que estaba amenazándome fuera algo de tanto impacto en mi familia. Era más serio de lo que este payaso se imaginaba, no lo entendería, por eso nadie nadie debía saberlo tampoco.
—¿Trato hecho? —preguntó expectante.
—Bien —cedí de mala gana, tirando de uno de sus brazos hacia abajo para salir de allí—. Pero más te vale no abrir la boca.
—¡¿A dónde vas?! —gritó cuando me alejé.
—¡Tengo clases, Castiel! —le grité de vuelta—. ¡Lo que sea que quieres... tendrá que esperar!
Mi humor no era inalterable el día de hoy. Sólo esperaba que las cosas no empeoraran. Hay días buenos y días malos... sin duda hoy no era uno de los buenos.
Luego de entregar el teléfono y llevarme una pequeña reprimenda por parte de la directora, de la que por cierto, el timbre me salvó, me dirigí al laboratorio a clase de Química.
—Kate, por aquí —Rosalya agitó su mano desde una de las mesas.
Miré a mi alrededor porque al parecer todos los equipos de laboratorio ya estaban formados. Sentí una pequeña punzada al ver que realmente cada quién ya tenía un grupo de amigos, era cierto, así que decidí acercarme a Rosalya. Cuando llegué a su lado, vi que Kate estaba con ella, igual que otra chica de cabello castaño.
—Le pedí a la profesora que nos dejara incorporarte a nuestro equipo —dijo Rosa, luego miró a la castaña—. ¡Lo siento! Ella es Melody, es parte de los delegados escolares.
—Así que eras tú —apunté a la chica con el dedo—. Te conocí ayer, cuando caí sobre Nathaniel.
Melody hizo una mueca, frunciendo los labios, y apretó los papeles que tenía entre sus manos hasta arrugarlos. Mientras tanto Rosalya y Kate no podían estar menos desconcertadas, pero al mismo tiempo, divertidas.
—Jé... —me encogí de hombros—, accidentes.
—Sí —Melody apartó la vista—. Qué infortunio, ¿no?
Alcé una ceja, reprimiendo una sonrisa. A ella le había molestado lo que ocurrió con el rubio y lo reflejaba tragándoselo todo, ¿Por qué no simplemente me lo decía y ya?
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Love is not Over »Castiel CDM [Liars #2]
FanfictionLuego de haberse dañado a si mismo, Castiel se prometió no volver a hacer tratos sin sentido con una chica. Sin embargo, si lo hubiera cumplido no habría una historia que contar. Y tras la llegada de su exnovia al instituto, no pudo evitar idear un...