13. Hug me

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Terminé por decirle a mi hermano donde estaba. Si Levi me dijo que vendría por mi era porque mi madre estaba lo suficientemente molesta conmigo como para hacerlo regresar de la capital. Claro, ella jamás lo haría personalmente. Sabía que merecido lo tenía por salir sin avisar, pero cuando mi hermano se enojaba conmigo podía ser impulsivo e insensible.

«Nos parecemos demasiado, me temo»

-¿Gio, estás bien? -preguntó Rosalya-. No has tocado tu comida.

Estaba sentada en la mesa justo frente a mi. No me había dado cuenta antes de que en todo este tiempo, lo único que estuve haciendo fue jugar con la ensalada de soya.

-Uhm... sí, lo estoy -me rasqué la nuca-. E-es difícil... de explicar.

No quería que Levi armara un drama por esto y mucho menos frente a los chicos, en especial porque literalmente, acababan de aceptarme de nuevo con ellos. Y ahora el ambiente era tan cómodo a pesar de que tenía el mismo problema de no poder incluirme en sus chistes personales y el tipo de charla que llevaban.

-Seguro le afecto la caída -aseguró Castiel, burlándose de mi. El se había sentado a mi lado en la mesa y esas fueron las primeras palabras que me dirigió.

-¡Cállate, soltaste mi mano! -me giré para estrujar sus mejillas mientras él reía.

-No es mi culpa que seas tan torpe -Castiel puso una mano sobre mi cabeza despeinándome sin piedad.

-Ustedes se llevan mejor de lo que creí -comentó Kate de la nada, cosa que nos hizo detenernos.

-¡¿EH?! -exclamamos al mismo tiempo. Lo miré frunciendo el ceño ante eso.

-No es así... -mascullé.

Castiel se levantó de su asiento cuando el timbre de llamada de su móvil sonó, luego se alejó de nosotros. A la otra orilla de la mesa, Alexy estaba molestando a Kentin diciéndole que si estuvieran saliendo le prepararía galletas de chocolate cada fin de semana. Me reí al ver al pequeño pecoso quejándose mientras su cara se volvía cada vez más roja.

-Y te juro que nunca tendrás que volver a usar ese molesto uniforme de soldado -Alexy sonreía de oreja a oreja tratando de pasar sus brazos por el cuello de Kentin.

-Kaaaaaate, dile que me deje en... -él detuvo su lamento en seco en cuanto se dio cuenta de lo que había dicho, como si Kentin tuviese prohibido abrir la boca.

La atmósfera cambió súbitamente cuando Kate y Kentin se miraron con sorpresa. Incluso la usual sonrisa de Alexy se borró. Yo... no comprendía.

-¿Pasa algo? -pregunté a nadie en especial-. No me digan que ustedes no son amigos.

La escena del Kentin borracho y somnoliento de ayer vino a mi mente otra vez. «Perdí relaciones con personas que me importaban»; esas fueron las palabras que me hacían sospechar cada vez más de que él estaba hablando de Kate y por lo tanto, también de sus amigos. ¿Qué había ocurrido entre ellos?

-Uhm... no pasa nada, Gio -susurró él-. Fue la costumbre.

-¡HEY! -Rosalya dijo en un intento desesperado por desviar la atención-. ¿Les gustaría que mas tarde vayamos al karaoke?

-¡Sí! -respondió la mayoría con incomodidad, excepto Kate y Kentin que apartaron miradas.

-Pues yo -balbuceé tomando por primera vez de mi cajita de jugo-. No sé si pueda quedarme, ya que...-

-Gio.

Casi me atraganto con la bebida al escuchar su voz. No porque me asustara, sino por el tono de furia que utilizó. El cual sólo fui capaz de escuchar pocas veces cuando se trataba de mi hermano. Los chicos le miraron desconcertados y yo lo evité, sabiendo en el fondo que ahora él armaría un escándalo.

Love is not Over   »Castiel CDM [Liars #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora