Capitulo 3:

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III

Recuerdo que días después llegó mi cumpleaños, un cumpleaños que no se me olvidará en la vida. Llegaba tarde porque mi hermano se había ido antes hacia clase y había tenido que coger el autobús, ya le metería la bronca más tarde. Corrí hacia mi taquilla ya que ahí me había dejado el día anterior el libro de filosofía y lo necesitaba. Al abrir la taquilla vi una bolsa que no recordaba haberla dejado ahí, la cogí después de dejar un momento la mochila en el suelo. Era un regalo, ¿quién lo habría dejado ahí? ¿Marcos? Imposible..si nadie se sabía la combinación de mi taquilla como para poder abrirla. Saqué el regalo y empecé a romper el envoltorio. Sonreí de la nada al ver lo que era, no podía creérmelo, ¿Iván había logrado convencer a mi hermano para que me comprase el libro del mundo amarillo? De repente se me había pasado el enfado con mi hermano por haberme dejado tirada. Estaba deseando que llegara el recreo para buscarle y agradecerle el regalo. Mi hermano cuando quería era el mejor del mundo, otras veces se esforzaba para que le odiara.

Fui a clase y me senté en mi mesa de siempre pero no atendí mucho a la clase. Pasó la primera hora y después de ésta otra más. La verdad es que había empezado bien el día y estaba deseando llegar a casa para leerme el libro. Miré el reloj y me fijé que quedaba poco para que sonara el timbre, después dirigí mi mirada hacia la ventana y vi a mi hermano con su grupito de amigos, entre ellos Iván. Desde que me llevó en coche no hemos hablado más, sí que hay que decir que siempre que nos cruzamos por los pasillos me mira o me busca con la mirada pero..yo también lo hago. Es como si necesitáramos buscarnos para estar bien y una vez que nos encontramos es como si sintiéramos que nada puede ir mejor.

Volví a la realidad cuando vi que todo el mundo se levantaba, ni siquiera me había dado cuenta de que había sonado el timbre, me levanté y me dirigí al banco donde siempre iba mi hermano con sus amigos. Al llegar vi como uno de sus amigos le tocó el hombro para que se girase mientras le indicaba que yo estaba llegando. Se levantó y me miró sonriendo, sus amigos se callaron de golpe.

-Si vienes a echarme la bronca por lo de ésta mañana, lo siento- dijo poniendo su mejor cara de cachorrito para que le perdonase. Me acerqué a él y le abracé bien fuerte, me correspondió el abrazo pero parecía que no entendía a que venía. Me separé de él y le sonreí.

-Gracias por el libro- le dije.

-¿Qué libro?- preguntó sin entender.

-El que me has dejado en la taquilla- le dije frunciendo el ceño.

-Yo no te he dejado nada en la taquilla enana- me miró confundida.

No entendía nada. ¿Si no había sido él, quién había sido? Negué con la cabeza y sin querer se me fue la mirada hacia detrás de mi hermano, vi que estaba Iván y me miró fijamente. Estaba serio pero segundos después empezó a sonreír lentamente y me guiñó un ojo. ¿Cómo? ¿Había sido él? Pero..¿porqué? Tenía que hablar con él, ya vería como lo haría. Vi como se reía ante mi cara de sorpresa e intenté disimular para que mi hermano no me pillara. Volví a mirar a mi hermano.

-No te preocupes- le dije sonriendo- Debe de haber sido Vicky, ella sabía que quería el libro.

-Vale, pequeña- dijo - Luego nos vemos en casa.

-Me encanta tu forma de echarme.

-Y a mi tu forma en la que te vas- sonrío y me dio un beso en la frente.

Me fui riendo, éramos tal para cual, siempre la misma historia. Pero en estos instantes no podía dejar de pensar en si Iván había sido o no quién me había comprado el regalo, tenía que encontrar la forma para que se separase de mi hermano y hablar aunque fuese unos cinco minutos. Tengo que admitir que se me derretía el corazón al pensar que él había comprado eso pensando en mi y en que me haría mucha ilusión.

¿Dónde Estás Amor?(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora