capitulo 6

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VI

'Recuerdo que la felicidad que me dio en ese momento pensaba que no me la podía quitar nadie y al final me la quitó él mismo. ¿Cómo? os preguntaréis, esperad unos segundos y ahora os lo cuento. 

A día de hoy aún cierro los ojos y es como si aun sintiera ese primer beso, no fue el único en esa habitación, después del primero vino el siguiente, me besaba sin dejarme respirar para compensar los segundos que no habíamos estado juntos. Recuerdo el primer beso pero también recuerdo todos los demás, con él era como si cada beso fuese el primero. Teníamos miedo, miedo a que viniese mi hermano y rompiera la burbuja en la que estábamos, miedo a no querer separarnos. Esa tarde me dí cuenta de que pasaría mucho tiempo enganchada a sus labios y colgada de su cuello. Recuerdo que, él, me acercaba más a su cuerpo como si notase que la ropa ya nos separaba suficiente. A veces, se separaba un poco para mirarme y parecía como si sus ojos se quedaran con cada centímetro de mi rostro para recordarlo más tarde, y para qué mentir, yo también lo hacía. Me encantaba mirarle y ver las arruguitas en sus ojos o ver como sus ojos negros me quitaban el aliento, nunca sabías lo que escondían. Había algo que siempre me había gustado desde el primer momento en que me fijé en él,su sonrisa. Tenía la cara siempre sonriente y para ese entonces ya deseaba poder besarla a cada segundo de mi vida. Acariciarle y quizás empezarla a necesitar. Pero.. eso no iba a durar para siempre. Al final tuvo que irse para que mi hermano no nos descubriera. Parecía que le costaba, me cogió la cara entre sus manos por última vez y después de rozar nuevamente mi nariz volvió a besarme de la manera más tierna que nunca, en toda mi vida, me habían besado. Recuerdo que él tenía la manía de morderse el labio al separarse de mis labios. Me acarició una de mis mejillas y me besó la frente. Un gesto que me sorprendió pero a la vez me pareció bonito, era como si con ese beso me hubiese dicho que todo iba a estar bien. Pasara lo que pasara.

Pero no tenía pinta de que las cosas fuesen fáciles. 

Me desperté feliz, todo hay que decirlo pero todo cambió. Eso es lo que pasa cuando empiezas a dejar que tu estado de ánimo dependa de otra persona que no eres tú. Supongo que eso no logra controlarlo nadie.  

La mañana iba bien pero como no, las cosas cambiaron un poco cuando me encontré a mi hermano y a sus amigos delante de mi taquilla. Miré a Marcos primero para luego mirar a Iván,me sonrío y qué ganas de besarle la sonrisa. 

-¿No llegará el día en que te canses de venir a buscarme y utilices el teléfono para decirme lo que tengas que decirme?- le dije.

-Yo también te he echado de menos enana- respondió y me besó en la mejilla- ¿Podrás volver a casa con Vicky?- preguntó- Hoy voy a salir con los chicos.

-Sabes que sí- respondí y miré a Iván. Mi hermano me pilló y se giró.

-¿Qué tanto le miras?- me dijo y me puse nerviosa. Intenté buscar una excusa.

-Nada- respondí- Solo que tiene mala cara- parecía cansado, la verdad.  

-Eso le pasa por salir de fiesta cuando no toca- respondió- Y por dormir en cama ajena- se rieron todos menos Iván.

No sabía si reír o llorar. Mi corazón se decantaba por la segunda opción pero no dejé que nadie lo viese.

-Que se aguante- reí y mi hermano me imitó- Me voy chicos, tengo cosas que hacer- me giré pero mi hermano me agarró por la muñeca, él me conocía demasiado bien. 

-¿Estás bien?- me miró extrañado.

-Sí- respondí forzándome a sonreír- A mi no me pasa nada, solo que hay un capullo que quiere hacerme la vida imposible. 

¿Dónde Estás Amor?(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora