One-shots Hinata Hyuga

Kakuzu: una navidad peculiar

Resumen:

A solo tres meses de la navidad su marido había sido llamado... Llamado a la guerra...

Diciembre 23, Konoha 1995: 23:30 pm.

La nieve caía por las largas calles de Konoha dando un mágico momento. Las estrellas, las luces navideñas, los muñecos de nieve, todo sumado la nieve daban como resultado un momento hermoso y mágico... Lástima que solo ella podía verlo...

Había salido a las ocho de mañana de su casa, solo para comprar algunas cosas que le faltaban, pero ni bien llegó a la tienda encontró una fila interminable. No tuvo mas remedio que esperar. Solo esperaba que su padre no se enfadara con ella por su tardanza...

– ¿hum?... –

Al otro lado de la calle un hombre llamó su atención. Vestía una gabardina negra algo gastada, unos pantalones militares y una bufanda que le cubría hasta la nariz, lo único que se veía era sus ojos, unos hermosos ojos color jade. Aaquello pozos jade eran tan brillantes, pero tan opacos a la vez...

Pero eso no fue lo que llamó su atención, lo que realmente llamó su atención fue que él estaba mirando al cielo, admirando las estrellas, y cerraba los ojos de vez en cuando, dejando que la nieve acaricie sus ojos... O eso le pareció.

Sorprendida y sonrojada a mas no poder empezó a caminar. Él hombre la había mirado, la había descubierto.

¡Kami! ¿Qué la hizo actuar así?. Ella jamás se había detenido a mirar a un hombre tan descaradamente.

– hola, preciosa, ¿necesitas ayuda con eso? –

– te podemos acompañar hasta tu casa –

Dos hombres formidos que estaban sentados por allí, se acercaron a ella. Claramente no con buenas intenciones. Ella no les hizo caso y siguió caminando, apresuró su paso cuando sintió que la seguían. Entró en pánico cunado uno de ellos la agarró del brazo bruscamente haciendo que sus tres bolsas llenas de comida y adornos se fueran al piso, él otro hombre se puso frente a ella.

– ¿qué pasa preciosa? Solo porque eres millonaria te sientes en la libertad de ignorarnos... – dijo el que la sostenía.

– ¿acaso no te enseñaron modales?...¡Anda! ¡Contesta! – gritó el que estaba frente a ella.

Temió lo peor cuando la mano de aquel hombre iba dirigida a ella. Cerró los ojos temiendo, esperando, el golpe...

– ¿y a ti no te enseñaron que a una mujer no se le pega? –

Sorprendida abrió los ojos. Su salvador- como ella misma lo pensó - sostenía la mano de aquel hombre que quiso golpearla, y con la otra mano, en un rápido movimiento aparto al hombre que la sostenía fuertemente del brazo.

– tu no te metas, viejo –

– sera mejor que te vayas antes de que te lastimes, viejo –

Observó con sus grandes ojos perlas como aquello hombre seguían insultando a su salvador. No supo cuando ni como, pero su salvador en un rápido y mortal movimiento dejo a esos dos hombre inconscientes.

– ¿eh? – susurró cuando vio los ojos de su salvador, realmente eran hermosos.

– despierta, niña – le dijo dándole las bolsas. En algún momento él había levantado y ordenado todo.