Capítulo 27

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Cameron tenía razón en realidad me había demostrado muchas veces que me amaba, sus palabras eran tan verdaderas, sus ojos me decían todo...Él decía la verdad.
Pasé mis brazos por su cuello y el hizo lo mismo en mi cintura, metí mi cabeza en su hombro y su dulce aroma quedó en mí, el dio muchos besos en mi mejilla dejando en claro que lo que decía era verdad, yo sólo metí mis dedos entre su cabello, me separé de él para decirle lo de la carrera.

Pauleth: Cameron, yo venía aquí a invitarte a una carrera, ¿Quieres ir? –Sonreí-
Cameron: Claro –Me besó y después subió al asiento del copiloto de mi Camaro-.

Subí al auto y lo puse en marcha.
Llegamos a la tan esperada carrera y la vi ahí...Dasha...Mi mayor contrincante, ella estaba recargada en su mustang cobra color morado, un auto demasiado femenino para mí en lo personal, al bajar de mi auto rápidamente dirigió su mirada hacia mí para después observar con precisión a Cameron, lo recorrió de los pies a la cabeza sin disimular nada, eso me lleno de celos, así que me acerqué a él y lo besé, el siguió el beso, cuando me separe de él dirigí mi mirada a Dasha quien al ver nuestra acción rodeo los ojos y sólo sonreí victoriosa.

Cameron: ¿Celosa, amor? –Dijo mientras mi vista seguía fija en Dasha-.
Pauleth: Tú eres mío –Ésta vez dirigí mi mirada a él-.
Cameron: Lo sé –Me dio un pequeño beso en los labios y después nos separamos-.

"¿Quiénes son los siguientes corredores?" –Preguntó entusiasmado uno de los presentadores a través del micrófono-

Yo alcé mi mano y como en este lugar era nueva nadie me conocía tras el volante, he ido a muchas carreras callejeras pero en esta ubicación jamás había venido.

Presentador: Wow, Wow, ¿Una chica? ¿Conduciendo aquí? –Dijo sorprendido-.
Pauleth: ¿Algún problema? –Dije frunciendo el ceño-.
Presentador: Sólo que...Las mujeres no saben conducir –Dijo como todo un machista-.

Juro que si escuchaba eso una vez más dejaría cicatrices en el rostro de la persona de quien salieran tan repugnantes palabras de su boca.


Pauleth: No has visto nada, que las mujeres que ¡Tú! Conozcas no sepan conducir no quiero decir que ninguna sepa hacerlo... ¡Si pierdo el ganador se lleva mi auto, limpio y claro, pero si gano me llevo el dinero y el respeto! –Dije con mirada fría, observando a la multitud que se encontraba atenta a mis palabras-.
Presentador: La chica tiene agallas, ¿Algún retador?
Dasha: ¡Yo! –Gritó recargada desde su auto-.
Presentador: Pelea de chicas tras el volante –Dijo sonriente-.
Cameron: Suerte –Me besó y después subí al auto-.

Preparamos los motores, estaba lista para salir disparada, los motores rugían a todo el volumen que era posible hacerlo y en cuanto la chica bajó las banderillas salimos a toda velocidad de ahí.
Íbamos a la mitad de la carrera y se aproximaba una vuelta, yo iba al frente y Dasha detrás de mí pero sólo por unos cuantos metros, algo que he aprendido de mi papá y tíos es: jamás abrirte en una vuelta si no eso le dará ventaja al contrincante para alcanzar la delantera.
Así que gracias a sus sabios consejos Dasha no pudo alcanzarme, reí ante eso.
Un poco antes de llegar a la meta Dasha da un golpe con su auto en la parte trasera de mi Camaro haciendo que este salga dando varias vueltas, yo quedé en mi asiento pues tenía puesto el cinturón de seguridad pero mi cabeza golpeó el volante con gran fuerza, me comencé a marear, miraba como todas las personas corrían hacia mi auto, pero yo no conseguía poder moverme, mis ojos pesaban y segundos después vi todo negro.

*Narra Cameron*

Dasha golpeó el auto de Pauleth haciendo que éste diera varias vueltas, paró y yo salí corriendo los más rápido que me permitían mis piernas, empujaba personas, no me importaba quienes eran yo sólo quería llegar a ella y ayudarla, llegué al auto, el vidrio estaba quebrado en miles de pedazos y ella tenía sus hermosos ojos cerrados lo que me desesperó aún más, rápidamente la saqué de ahí, la tomé entre mis brazos mientras gritaba su nombre pero ella no reaccionaba, me tiré al suelo con ella aún en mis brazos, escuchaba la sirena de la grúa que se aproximaba, todos subieron a sus autos y huyeron pues esto era ilegal, la ambulancia llegó minutos después de que me tirará al suelo, la subieron a la camilla y después a la ambulancia, yo subí con ella, rápidamente llegamos al hospital y a ella le comenzaron a hacer análisis, curaciones y le pusieron oxígeno para que reaccionará.
Me sentía devastado ella era la única que podía hacerme sentir mejor y en estos momentos ella era mi preocupación...Sí le llega a pasar algo, yo me muero, ella es mi todo, ella es mi vida entera y jamás me podría perdonar el no poder haber hecho nada por ella.

*Fin de la narración de Cameron*

Un amor peligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora