Capítulo 42.

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Ha pasado un año del intento de mi boda forzada, hemos pasado muy buenos momentos los chicos y yo, a excepción de Jeff y Derek, pues ellos y el tío Deckard se mudaron a Paris, y no hemos vuelto a verlos, por lo menos en persona, pues no dudamos en llamarlos por Skype, cada vez que los extrañamos.

Hoy, Cameron y yo iríamos a cenar, un hermoso y elegante lugar, no es necesario mencionar, que nuestra relación es que cada vez más fuerte y mejor, con el paso del tiempo.

Comencé a arreglarme pues ya casi era hora de que llegara por mí, me vestí con un vestido negro ajustado al cuerpo, algo formal, con unas zapatillas altas de punta color doradas, unos aretes algo grandes de color dorado, me peiné con unas ondas en el cabello, me maquillé natural, me rocié un poco de perfume y bajé, pues mientras me arreglaba alcancé a escuchar la voz de Cameron, indicando que ya se encontraba abajo.

Mientras bajaba las escaleras pude escuchar un poco de la conversación de Cameron y Dylan.

Dylan: ¿Sabes? A mi hermano le caes bien, y eso que usualmente no le cae bien nadie.

Cameron: Es lo menos que merezco, supongo, después que me agarrara a golpes en un centro comercial –Dijo por lo que los dos rieron, haciendo que yo también lo hiciera, por lo que los dos dirigieron su mirada hacia mí-.

Cameron: Sin duda alguna tengo a la mujer más hermosa a mi lado –Dijo mirándome con una sonrisa para después depositar un beso cálido en mi mejilla-.

Pauleth: Gracias, pero yo tampoco me quedo atrás con el hombre más guapo sosteniendo mi mano –Dije tomando a Cameron de la camisa acercándolo a mí para después besarlo-.

Dylan: Ustedes dos me provocan nauseas –Dijo haciendo cara de asco-.

Por lo que yo rodeé los ojos.

Dylan: Pero no cabe duda de que te llevaste todos los genes de mamá. –Dijo con una sonrisa observándome con ternura-.

Pauleth: Vuelvo pronto, hermano –Dije tomando mi bolso para después depositar un beso en su mejilla y después salir de ahí-.

Cameron y yo subimos a su auto y emprendimos en camino al restaurante, el cual se encontraba algo retirado, recosté mi cabeza en el asiento y miré hacia la ventana, conversábamos poco, notaba algo nervioso a Cameron, pero no quise preguntar, si él quería decírmelo, lo haría y si no, no lo obligaré a hacerlo.

A mitad del camino decidí hablar.

Pauleth: Dicen que la carretera te ayuda a pensar dónde has estado y hacia dónde te diriges. Yo sólo sé, que a donde sea que me lleve, quiero ir contigo –Dije con una sonrisa, para después dirigir mi vista hacia él, por lo que Cameron tomó mi mano y la beso-.

Cameron: Te amo –Dijo con una sonrisa-.

Yo sólo sonreí y devolví mi vista hacia la ventana.

A los pocos minutos después llegamos a nuestro destino.

Bajamos y nos dirigimos a nuestra mesa, tuvimos una comida exquisita, buen vino y sobre todo la mejor compañía, al terminar nuestra cena, fuimos al hermoso balcón que se encontraba en el restaurante.

Cameron me rodeo por la cintura, y recargo su cabeza en mi hombro, yo coloque mis manos sobre y las suyas y nos detuvimos a mirar las estrellas.

Un gran chidillo de las llantas nos hizo separarnos rápidamente para acercarnos al balcón, una gran multitud de autos comenzaron a correr rápidamente, hacer trompos o incluso repararlos, lo extraño era que cada auto llevaba una letra y hasta signos de integración en el techo, para mi sorpresa todos comenzaron a alinearse formando una frase "¿Te quieres casar conmigo?", por lo que voltee a ver rápidamente a Cameron, quien ya estaba arrodillado a mi lado con un anillo en sus manos.

Pauleth: ¡Claro que sí! –Dije con gran entusiasmo y me lance a abrazarlo-.

Cameron me separó del abrazo, para darme un dulce beso en los labios, nos separamos y él se acercó al balcón para gritar.

Cameron: ¡Dijo que sí! –Gritó a todo pulmón con una sonrisa-.

Por lo que todos los conductores de los autos comenzaron a bajar, eran todos los chicos, incluidos Jeff, Derek y el tío Deckard, mis tíos, tías, mis padres y mis hermanos, quienes comenzaron a gritar de felicidad.

Rápidamente bajamos, los abracé y nos felicitaron.

Nos fuimos a festejar a con unos tragos y después de eso, nos topamos con una carrera callejera, no pudimos resistirnos y llegamos, después de unas cuantas carreras nos dirigimos a casa.

Después de todo si me casaría con el amor de mi vida.

Un amor peligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora